Los tiempos y días que vivimos, son apropiados para reflexionar sobre nuestro papel con los estragos del calentamiento global y cambio climático que hemos provocado los humanos; el cual, sigue con un crecimiento desbordado. Las personas, continuamos con consumos masivos e irreflexivos. Debemos entender que productores, comerciantes y consumidores no pueden continuar con sistemas lineales en donde el desperdicio, la basura y los rellenos sanitarios o vertederos son los eslabones obligados en los mercados presenciales y virtuales del momento.

Es necesario y urgente un cambio a dicha cadena de valor y suministro, el cual, corresponde a los Estados y toda la sociedad en general.

Diseñar comportamientos y políticas públicas alternativas para salvarnos. Salvar al planeta. Según la impactante descripción que hace Stephen Hawking, y que reproduzco a continuación:

“Ya se puede ver desde el espacio, cómo la raza humana ha cambiado la Tierra. Casi toda la tierra disponible ha sido despejada de bosques que ahora utilizan para la agricultura o el desarrollo urbano… las capas de hielo polares se están reduciendo.

Las áreas desérticas están aún aumentando. Por la noche, la Tierra ya no está oscura y grandes áreas la iluminan. Todo esto evidencia, que la explotación humana del planeta, está llegando a un límite crítico, pero las demandas y expectativas humanas están aumentando cada vez más. No podemos seguir contaminando la atmósfera, envenenando el océano y agotando la Tierra. No hay más disponibles.”

Está clara descripción, nos demuestra el momento que estamos viviendo y experimentando con el calentamiento global y el cambio climático. En este contexto surge y se desarrolla vertiginosamente la economía circular, que viene a ser un cambio cualitativo de cómo estamos produciendo, comercializando y consumiendo bienes y servicios en este momento y que exigen un replanteamiento global y total.

El derecho económico sugiere, en este caso, claramente establecido en el artículo 25 de la Carta Fundamental, en donde se postula el desarrollo sostenible. Si el artículo 27 constitucional protege los recursos naturales de los riesgos del deterioro ambiental y el artículo 4.º., plantea que todos los mexicanos tenemos derecho a un ambiente sano, digno y útil. En este contexto. El derecho económico circular en gestación dentro de nuestro país plantea instrumentos que pueden coadyuvar al despegue de una nueva economía nacional, una economía que supere la terrible situación ambiental que estamos experimentando y modifique, la economía lineal que implica producir, comercializar y desechar. Los instrumentos los enumeramos brevemente:

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1) Incentivos tributarios de inversión: Esto implica que, a los inversionistas interesados en México, se ofrezca al mismo tiempo, por opciones de economía circular y algunos incentivos tributarios al respecto.

2) Alternativas de financiamiento: Esto plantea que las compras de gobierno les exijan a los proveedores la posibilidad que los productos que ellos ofrecen y venden al gobierno tengan elementos de economía circular, particularmente en lo que se denomina proceso de descarbonización, que son los que provocan los gases de efecto invernadero que nos tienen hoy día atrapado en el calentamiento global.

3) Transferencias tecnológicas: Esto implica que ya están avanzando en el mundo las tecnologías de reciclaje. Las tecnologías que ahorran energías, consumos de agua y al mismo tiempo evitan desperdicios innecesarios. Es oportuno plantear también una agenda nacional de economía circular.

4) Convocar a los distintos sectores, empresarios, comerciantes, consumidores y autoridades a llevar una producción y consumos más racional.

5) Propiciar el desarrollo de redes y asociaciones de economía circular como en Guanajuato, Querétaro, en donde ya existen cadenas de valor en la industria automotriz, aeroespacial y telecomunicaciones, que tienen procesos circulares.

Si bien no hay una Ley Federal de Economía circular, tenemos leyes en algunos estados, como: Querétaro, Baja California, San Luis Potosí, el propio Morelos y últimamente la ley general de Economía Circular de la Ciudad de México. Este tema merece todo el apoyo de los medios y sociedad, ya que es en beneficio de todos y para que las próximas generaciones, tengan un futuro mejor.