La movilización sucedió y nada pasó. Una argucia estridente más por parte de Jesús Madueña que al final, acató la medida cautelar impuesta por el juez. Se ha separado del cargo y Robespierre Lizárraga Otero es encargado de despacho de rectoría en ausencia del titular.
Hoy la vida universitaria sigue su curso normal, tan autónoma como siempre, las clases vuelven a la normalidad y los administrativos a lo suyo.
¿Por qué pienso que hay una gran área de oportunidad para la comunidad universitaria?
Me parece que la separación del cargo de un rector acusado de corrupción es la coyuntura perfecta que los grupos disidentes alcen la voz y hagan sentir su peso en Casa Rosalina. Creo también, que es una oportunidad para todos aquellos libertarios y demócratas que han tenido que estar sometidos bajo el yugo del grupo en el poder universitario para no ver truncado su desarrollo profesional.
Es momento de liberar a la UAS. Estoy segura de que son muchos más los universitarios que desean que su voz sea escuchada. Que esperan ser tomados en cuenta por méritos académicos y laborales, y no por sumisión a un grupo que se ha dado el lujo de crear un partido político al amparo de la máxima casa de estudios del estado.
La movilización de este miércoles será el Waterloo de Madueña. Desgastar al aparato universitario para su defensa personal, politizando al máximo nivel una situación meramente judicial, ya comienza a tener consecuencias al interior de la UAS, porque la comunidad universitaria no defenderá corruptelas.
Tampoco cayó bien en el seno de la sociedad, que muchos renegaron de ver a sus hijos fuera del aula para una innecesaria marcha. Lo más grave fue la irresponsabilidad de sacar a menores de edad de las preparatorias sin permiso expreso de los padres de familia. Arriesgar así a jóvenes fue un acto que pudo acabar mal, un accidente, insolación, o cualquier altercado habría sido una falta gravísima.
El desespero por defender en las calles lo que en tribunales no ha podido, ha llevado a cometer error tras error. El ex rector no debe escudarse en la comunidad universitaria. Tanto él como el comité de adquisiciones deberán demostrar su inocencia, o en su defecto, devolver los recursos.
La autonomía no se toca desde afuera. Dicha virtud, es tan vigente que la misma comunidad universitaria tiene en sus manos abrir paso a una nueva vida democrática interna. Haciéndose escuchar, haciendo valer sus derechos. Las condiciones comienzan a darse en un momento inmejorable.
Deseo que las y los universitarios aprovechen el respaldo del poder judicial y las instituciones para envalentonarse y rebelarse al régimen. Hay que decirlo con todas sus letras: el cacicazgo cuenista en la UAS debe terminar ya.
Vanessa Félix en X: @vanessafelixmx