El IMSS en la pandemia
El Programa Universal de Vacunación es una de las tareas más importantes del Gobierno de México para no solo prevenir, sino también continuar con la erradicación en el país de diversas enfermedades transmisibles y fortalecer el sistema inmunológico de la población.
Desde el norte hasta el sur del país, en las 32 entidades de la República todos hemos acudido en diferentes etapas de nuestra vida a recibir una o varias dosis de las vacunas que forman parte del esquema de vacunación.
Sin embargo, antes de que nos sean administradas, hay una larga historia detrás de ellas, pues para que una vacuna pueda sumarse a este Programa Nacional de Vacunación, que es responsabilidad del Gobierno de México, debe superar satisfactoriamente una serie de investigaciones y pruebas sumamente estrictas, tanto a nivel internacional como nacional, ya que cada una de ellas deben garantizar una respuesta positiva de grupos poblacionales específicos en el territorio nacional.
Con independencia de la enfermedad que previene, el método de producción, o su modo de aplicación, cada vacuna es objeto de estudio en dos elementos primordiales: la eficacia, es decir qué tanto éxito tiene para prevenir la enfermedad o sus complicaciones; así como la seguridad, esto es cuál es la tolerancia en los individuos.
Hay que recordar que cada una inicia su camino en una etapa preclínica de investigación sobre cuáles antígenos producirán una respuesta inmunitaria efectiva. Durante esta primera etapa no participan seres humanos.
Una segunda etapa, conocida como de ensayos clínicos, se compone de tres fases en donde la aplicación pasa de decenas de voluntarios, a cientos de ellos y, posteriormente, a miles en la tercera fase, siempre bajo vigilancia y evaluación.
El resultado de todo este trabajo científico permite conocer la eficacia de cada una de las vacunas. Se trata de una labor de expertos que analizan diversos modelos biológicos verificables hasta identificar, con certeza, la dosis suficiente para desencadenar la respuesta inmunológica protectora, el número óptimo de aplicaciones, así como la frecuencia entre cada dosis para mantener esa protección a corto, mediano y largo plazo.
Es en este contexto, los expertos analizan los resultados, consistentes y verificables, de estos ensayos en humanos, sobre los intervalos idóneos de vacunación en poblaciones semejantes, esto es importante pues los grupos humanos y la región influyen en el resultado.
Asimismo, se analizan las recomendaciones para su uso, propuestas por organismos internacionales como lo es la Organización Mundial de la Salud (OMS) y no menos importante, es el comportamiento epidemiológico de la enfermedad a prevenir.
El proceso no termina aquí, pues una vez que forma parte del Programa Universal de Vacunación hay que mantener una vigilancia permanente, tanto de la seguridad como de su eficacia.
Esto permite a las autoridades de Salud, dar seguimiento a los resultados en grandes y diversos grupos poblacionales durante un tiempo prolongado y con los datos se analizan y modifican, en caso de ser necesario, el uso de la vacuna, siempre con el objetivo de que mantenga un excelente nivel de eficacia.
De esta manera, los Sistemas Nacionales de Salud definen políticas, estrategias y esquemas de vacunación óptimos que se ajustan al escenario epidemiológico propio y a sus capacidades de respuesta para la protección a la población.
Para el caso de México, cada uno de los esquemas que seguimos es resultado de la recomendación de expertos en la materia para proteger a un grupo determinado, el cual tiene como característica central, ser el grupo que goza de mayor beneficio con esa vacuna en particular.
Es por ello que cada estrategia enfocada en cumplir con un esquema de vacunación de determinada población, incluyendo el volumen de dosis y el intervalo entre cada una de ellas, atiende invariablemente la recomendación de los expertos.
Ahora bien, si por algún motivo la recomendación no ha podido llevarse a cabo en tiempo y forma, es conveniente acercarnos a expertos en salud para personalizar el esquema de vacunación conforme a una situación especial. Siempre hay opciones de completar un esquema de vacunación.
Un beneficio adicional al hecho de vacunarse con el esquema recomendado, es que se reduce el número de personas susceptibles a enfermarse, esto resulta relevante porque se rompe la cadena de transmisión de una enfermedad, permitiendo que aquellos que por alguna condición especial y excepcional no se han vacunado, también reduzcan su riesgo de enfermedad, esta protección se conoce como inmunidad colectiva o de rebaño.
Vacunarse con el esquema recomendado es, antes que nada, un derecho y un compromiso nacional que requiere de la responsabilidad individual y la conciencia de que, al vacunarnos, cumplimos también con una responsabilidad solidaria con los que nos rodean para evitar la propagación de enfermedades.
Juan Carlos Martínez Vivar en Twitter: @CarlosMartzV