La lucha social no ha sido sencilla; son años y años en que la manifestación se ha convertido en la punta de lanza, y en un instrumento u órgano que es el portavoz de millones de mujeres que, a lo largo y ancho del país, han mantenido la esperanza de que sus derechos no solo se reconozcan, sino que se lleven a la práctica para fortalecer las políticas públicas del país. De hecho, la Ley 3 de 3 es ya, en este momento, un mecanismo constitucional declarado y aprobado por más de 16 congresos estatales. Esto significa que muy pronto será publicado y, por consiguiente, una realidad.

Tuvieron que pasar años para que se estableciera un marco constitucional con estas características. Es, ni más ni menos, un triunfo para millones de mujeres que jamás se rindieron. Muchos de ellos colectivos feministas que se defendieron a capa y espada de la discriminación, pero sobre todo de la violencia en todos sus tipos. En ese sentido, valió la pena que, ante la necesidad inminente, se insistiera tanto en el legislativo federal. Está claro que, en esa coyuntura, fueron los senadores de Morena, con aliados, quienes avalaron la iniciativa.

A raíz de ello, el pasado miércoles se emitió la declaratoria de constitucionalidad de “La Ley 3 de 3″ contra la violencia a niñas, niños y mujeres. Con ello, los artículos 38 y 102 de la Constitución Política serán una realidad para proteger los derechos de millones de mujeres y de personas menores de 18 años. En ese mismo caso, ninguna persona agresora sexual, deudora de pensión alimenticia o que haya ejercido violencia familiar, podrá tener un empleo en el servicio público o ser registrado como candidato o candidata para ocupar un cargo de elección popular. Es decir, un acto de justicia social.

Por ello, fue un gran paso el que ha dado el legislativo federal, pero sobre todo, este marco constitucional es el fruto que ha cosechado la manifestación de millones de mujeres que, ante el espiral de violencia que muchas han vivido desafortunadamente, les llega un poco de justicia después de haber sorteado contratiempos, burocratismo y, lo peor de todo, la indiferencia de otros gobiernos. De hecho, siempre fueron temas de interés, pues el reclamo social tuvo constantemente un sentido estricto de urgencia para que fuesen atendidos.

Esa lucha permanente de las mujeres a través de distintos medios tuvo un efecto positivo. A raíz de ello, hay que reconocer también el papel clave que jugaron los legisladores de Morena que, con responsabilidad legislativa, y ante el clima que se generó el día que se votó la Ley 3 de 3, se mantuvieron firmes en el compromiso que abrazaron para que la iniciativa tuviera efectos constitucionales. Ósea, este hecho significa el parteaguas de un nuevo proceso, especialmente en el equilibrio para las mujeres.

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Lo podemos denominarlo, sin duda, como un hecho sin precedentes en la vida pública del país y, por supuesto, un proceso histórico que quedará grabado en los anales de la historia como uno de los momentos en que, la mujer de nuestro país, avanzó en una de las prioridades de la agenda en ese papel clave que han jugado desde la lucha social.

A propósito, la participación que tuvieron muchos colectivos feministas fue determinante e influyente, a la postre, en los resultados que ahora se materializan en una reforma constitucional para salvaguardar los derechos humanos de millones de mujeres en México.

Enhorabuena.

Notas finales

Hay datos muy interesantes que tienen que ver con el rendimiento de los gobiernos en algunos puntos del país. Por ello, nos situamos en Michoacán: uno de los sitios geográficos donde la participación política es álgida a través de distintas manifestaciones. De hecho, esos mismos datos o evaluaciones que han circulado reconocen a la clase política de los municipios más importantes de la entidad federativa. Es el caso de Morelia, Apatzingán y Pátzcuaro, territorios situados con una base de apoyo importante.

Por ejemplo, Morelia es la capital del estado de Michoacán. Es, en términos políticos, la joya de la corona. Quien gobierna esta ciudad tiene grandes posibilidades de seguir trascendiendo. De hecho, el alcalde en funciones, Alfonso Martínez, es uno de los ediles mejor calificados en su desempeño. Tiene grandes posibilidades de reelegirse en el próximo proceso electoral del 2024 y, una de sus cartas de presentación, es la policía de primer nivel que, incluso, ha recibido premios internacionales.

Es muy previsible, también, que figuras como el alcalde de uno de los municipios más importantes del país trasciendan. Hablo de Apatzingán: cuna de la Constitución de 1814. Ahí, por ejemplo, su alcalde, José Luis Cruz Lucatero, igualmente se sitúa entre los primeros cinco mejores evaluados en trabajo y desempeño. Por ello, la cosa pinta bien para él, en relación con sus aspiraciones políticas a futuro.

Finalmente, el caso de Pátzcuaro que, hace poco, recibió un reconocimiento internacional de la Revista Forbes. Su presidente municipal, Julio Arreola, es de los más eficientes en cuanto al trabajo administrativo. Para él, al igual que otros casos, los vientos soplan a su favor y dicen que, llegado el tiempo, pedirá licencia para competir nuevamente por la alcaldía. Es decir, es muy probable que, a la postre, viva su segundo periodo al frente del ayuntamiento a partir del 2024.