Coordinar labores específicas no es tarea sencilla. Muchos piensan que, como tal, llevar la batuta de una fracción es una encomienda como cualquier otra. Eso, en cualquiera de las cámaras legislativas, conlleva una enorme responsabilidad. Hay que tener la sobriedad, pero sobre todo la tolerancia para aguantar la inmensa presión que se genera en el salón de sesiones. En ese entorno, de hecho, hemos podido atestiguar batallas álgidas con la oposición que, desde hace mucho, dejó de debatir. Hoy, en efecto, no existe un contrapeso. Eso, desde luego, no es culpa de Morena, sino de la humillante derrota que propició el tsunami hace más de un año. Dadas esas condiciones, a propósito de ello, vemos esa desazón que brota de personajes impresentables como Marko Cortés y Alejandro Moreno, que, sin alternativas, se han dedicado, ante su inevitable debacle, a montar un circo mediático en cada oportunidad.
Y con una oposición a merced de la aplanadora morenista, el legislativo federal, especialmente el Senado de la República, seguirá siendo un motor de impulso de este proceso de transformación. La pasada legislatura, que marcó la era de la 4T, nos acostumbramos a un espacio plural, donde se flexibilizaba el diálogo con todos los sectores sociales. Eso, precisamente en este camino de la continuidad, sigue a favor de esas mismas causas. El propio Adán Augusto, que tiene el control político de la cámara alta, se ha convertido en el principal referente. A él, por supuesto, podemos atribuirle ese andamiaje de reformas constitucionales que son una realidad. Hacerlo, desde luego, fue producto de una buena planeación y organización. Recordemos que, hace unos meses, hizo lo que parecía imposible al sumar los votos suficientes para construir la mayoría calificada.
Los votos que incorporó de otras fuerzas políticas, que al final hicieron enormes diferencias, fueron producto de una operación minuciosa que tejió durante un largo periodo en la previa. Aunque muchos criticaron que esas voluntades desembocaban de miembros activos de la oposición, en aquel entonces, Adán Augusto asumió el costo de la crítica que, en resumidas cuentas, quedó plasmada como un triunfo histórico. El mismo tema de reforma al poder judicial, pionero de este proceso de transformación, fue el marco perfecto para presumir que, tras bambalinas, López Hernández estaba alcanzado esas metas que se trazaron, pues los votos, vengan de donde vengan, han generado esas condiciones que, desde luego, allanaron el camino para garantizar ese paquete de iniciativas que hoy, desde el periodo extraordinario de sesiones, salen a flote.
Y qué decir de la postura que ha tomado el coordinador de la fracción parlamentaria de Morena en la cámara alta, especialmente ante la desinformación y los ataques a rajatabla de la oposición que, en ese afán de ofender, ya ni siquiera se contienen en la narrativa que esgrimen. A nuestro juicio, Adán Augusto ha mantenido esa sobriedad, aunque, en ocasiones, ha tenido que subir el tono, pues la derecha, que solamente sube a tribuna a hablar de vulgaridades, no se ha medido en sus comentarios. Por eso, hoy más que nunca, hemos visto a Adán Augusto salir al quite. Ha defendido a capa y espada el proyecto y, de paso, pone al descubierto las estrategia perniciosa del PRIAN.
Lo que vemos en el Senado, si nos guiamos por el trabajo, la organización y la coordinación, es la mano de Adán Augusto López Hernández. Hoy, en efecto, el exsecretario de gobierno tiene una columna vertebral fuerte y unida que, desde luego, están representando dignamente el proyecto de la cuarta transformación en un espacio clave donde se construyen los cimientos de esta plataforma de nación. Su fuerte presencia y liderazgo, en efecto, están sentando un precedente importante. En este tiempo transcurrido, con datos más precisos, el Senado ha sacado adelante absolutamente todos los temas que son prioridad en la agenda de la presidenta constitucional de México, Claudia Sheinbaum. No ha sido una tarea sencilla; sin embargo, en resumen, todos estamos de acuerdo que, en ese punto crucial, hay un guía que sabe conducir los quehaceres que, desde cualquier ángulo, hay que trabajarlos minuciosamente, en especial cuando el ambiente se tensa. Por eso hemos visto, en lo que va de este ejercicio, batallas intensas donde el cálculo político, déjenme decirles, termina imponiéndose por las piezas del ajedrez que mueve Adán.
Notas finales
El trabajo que está haciendo el gobierno de Guerrero, en materia de seguridad, es digno de resaltar. Hablamos de los registros que divulgó el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), correspondientes al acumulado anual de junio 2024 a mayo 2025. Precisamente allí, desde cualquier ángulo, se puede percibir un avance sustancial a comparación de administraciones pasadas. Tan solo en este periodo, por ejemplo, la entidad ocupa el lugar número 28 a nivel nacional en feminicidios. Si comparamos los datos que predominaban en 2018, el territorio subió 16 posiciones por las acciones y programas que se promueven. De hecho, estos parámetros, en esa perspectiva de estos delitos, ponen a Guerrero fuera de ese esquema de mayor incidencia en ese rubro. Son muy buenas noticias para este proyecto de transformación que, en sí, continúa avanzando a pasos agigantados.