Lo supimos y a todos nos indignó: una niña de cinco años fue abusada sexualmente presuntamente por profesores del jardín de niños “Graciano Viniegra” de Mexicali, Baja California.

La madre de Kim relata a través de su cuenta de Facebook que tras recoger a su hija el pasado 9 septiembre la menor le confesó que le dolía su parte íntima y al quererla revisar, la pequeña se quejó.

Ante la insistencia de su mamá Kim fue revisada y con horror se descubrió que tenía una herida en sus genitales, por lo que la madre localizó a la directora del plantel para exigirle una explicación, pues la niña insistía que dos maestros la habían “tocado” con la cara tapada para no ser descubiertos.

La docente aclaró que los baños tenían cámaras, en las cuales no había evidencia, pero sí comentó que los maestros y alumnos compartían el mismo sanitario.

No sé a usted pero a mí esa revelación me causó escalofríos. ¿Cómo podrían compartir los y las docentes un espacio tan íntimo como un baño con las y los alumnos?

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Como era de esperarse la noticia se viralizó y las voces de justicia se escuchan y se leen en todo el país.

Una criatura fue violada y hay culpables que no están detenidos. Y una atrocidad más: el rostro de Kim circula en redes sociales atentando contra su privacidad y poniéndola en una situación extremadamente vulnerable.

Recordemos que el artículo 77 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes es muy claro al advertir que los menores tienen derecho a la intimidad personal y familiar, y a la protección de sus datos personales, cosa que con Kim no ha ocurrido.

La primera que la exhibió fue su propia madre. Quiero suponer que ante la desesperación, dolor e impotencia de saber que su nena fue lastimada, no se percató de su error y ahora el rostro de esta chiquita está en medios impresos, digitales y redes sociales, esencialmente en TikTok donde hasta brujos, videntes y adivinadores “predicen” el desenlace de esta terrible historia haciendo lives para ganar audiencia y lucrar con esta tragedia. Da náuseas de tanto horror.

Por un mínimo respeto a la víctima, una menor que quedará marcada de por vida, esto se debe aclarar y hacer que los responsables paguen.

No sabemos qué líneas de investigación está siguiendo la Fiscalía, pero deben actuar con toda la rapidez que el caso amerita. La gobernadora Marina del Pilar, en su cuenta de X dijo que los docentes sospechosos habían sido separados de sus cargos, pero insisto, no hay detenidos.

Uno de estos sospechosos, también en sus redes sociales, se ha defendido y sostiene su inocencia, solo nos queda esperar el resultado de las investigaciones. Quien sea culpable debe pagar.

Sabemos que por desgracia Kim vivirá el resto de su vida con el recuerdo de lo ocurrido y con las huellas del abuso en su mente y en su corazón, pero el crimen que se cometió para ella no debe quedar de ninguna manera impune.