Este lunes pasado el gobernador Rocha Moya dio su primera semanera del año. En esta columna, no hablaré de lo que él profirió, para ello, les invito a verla. Lo que sí, acá analizaré desde mi óptica los mensajes entre líneas que el mandatario dejó en su espacio semanal.
Luego de lo que hemos visto de López Obrador, pienso que a los políticos hay que medirlos en función de dos cosas: su habilidad política y sus resultados como gobernante. En el ejemplar caso del Presidente, he reconocido en él una extraordinaria capacidad política. Sin embargo, como gobernante, sus resultados están muy alejados de la expectativa que generó su apoteósica y longeva campaña de más de 18 años.
Dicho esto, la semanera del gobernador Rubén Rocha este lunes fue, desde mi punto de vista, una cátedra de política y buen gobierno.
Vimos a un mandatario humilde y entregado al pueblo a través de las cámaras. Primero reconoció que, a pesar de los resultados y estadísticas a la baja, estos son insuficientes ante los lamentables hechos que continúan ocurriendo. Otro gobernador, en otro estado u otros tiempos, habría salido airoso a celebrar la ostensible reducción de los índices delictivos en una entidad históricamente violenta. El mantra del rochismo en materia de seguridad va en un sentido tan humanista que refiere que, mientras exista un incidente qué lamentar, no hay nada que celebrar desde gobierno. Y es que, para él, digno representante de la izquierda mexicana, tiene claro que “si no hay paz para el pueblo, que tampoco la haya para el gobierno”.
Que el mandatario le entre siempre al toro por los cuernos, le permite mantener la agenda política en su cancha. ¿Qué le reprochamos a alguien que admite las deficiencias y no rehúye a los temas? ¿Resultados? Los números no mienten y van en sentido positivo. ¿Transparencia? Cada semana le cuestionan todo tipo de cosas, y por más complejas, responde puntualmente cada una de ellas. ¿Los retos sin resolver? Siempre habrá pendientes y jamás habrá presupuesto suficiente para resolverlo todo. Si hay resultados y hay rendición de cuentas, el mandatario reduce significativamente el margen para la crítica.
Ahora bien, no es tampoco perfecto ni cercano a ello. Pero también es el primero en reconocerlo. Lo más sensato es continuar con este ejercicio tanto de informar como el de la prensa de cuestionar. Nos sirve a todos. Los problemas políticos del gobernador Rocha, pasan por otras vertientes, pero definitivamente no por agenda ni por gobierno.
Por ejemplo, la bala que atajó para la 4T con los movimientos del “Químico” Benítez puede comenzar a doler. La FGE recién anunció que esperan continuar con el procedimiento de desafuero. Si la Fiscalía está tan segura, entonces pronto tendremos noticias de gobierno del estado. Resulta obvio pensar, que el actual secretario de turismo, acabará saliendo del gabinete para llevar su proceso legal como civil. Recién empieza el año y las fichas comienzan a moverse.
Vanessa Félix | Twitter: @vanessafelixmx