Basta con leer algunos de los titulares internacionales para darse cuenta que, a dos años del comienzo de la propagación del virus detectado por primera vez en China en 2019, algunas personas no entienden, o fingen no comprender, la forma en que este se propaga.

Aún con vacunas, dos años de medidas de seguridad y toda una gama de información, existen personas que creen que estar en lugares cerrados, mal ventilados, con un grupo de personas festejando, comiendo y bebiendo, es de alguna manera “seguro”, por contar con vacunas, o refuerzos.

Por ejemplo, está el caso de una posada navideña en donde participaron miembros de dos importantes sitios de noticias de Estados Unidos. Pasó lo que tenía que pasar y el evento se convirtió en un evento de “supercontagio”.

Afortunadamente, para ellos, la mayoría de las personas se encontraba vacunada por lo cual presentan síntomas menores. Pero con estas actitudes irresponsables, no nos sorprendamos si después de las variantes Delta y Ómicron, sigan surgiendo otras más contagiosas, o peor aún, más dañinas para la salud.

Acá en México no se cantan mal las rancheras. Hace unos días un empleado de una televisora cuyo dueño se ha colocado dentro del bando de los negacionistas y antivacunas presumía su asistencia a una posada, igual, en un lugar cerrado. La actitud es irresponsable y si alguien terminara por contagiarse, ya sabemos a qué gobierno terminarán culpando. Como dicen en redes sociales: en fin, la hipocresía.