“¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?”

Dicho popular

La jugada

Ya se ha dicho hasta la saciedad: en el tema de la revocación, la 4T y Andrés Manuel ganan sea cuál sea el desenlace. El asunto sirve para lo que todo indica es su misión, esto es, defenestrar al INE, aunque en ello se juegue la certeza de elecciones limpias en un futuro, incluso las que definan vencedor entre los propios lopezobradoristas. Algo así como lo que ocurría hace años entre los aspirantes emanados de un mismo partido, el PRI.

En caso de que no se junten las firmas de ciudadanos que son necesarias para solicitar se lleve a cabo el ejercicio revocación de mandato presidencial, la Cuarta Transformación ya tuvo publicidad y una forma de golpear al Instituto Nacional Electoral. Si las llegan a juntar (poco más de 2.7 millones de firmas válidas) tendrán propaganda adicional en un año electoral en que se celebran elecciones en diversas entidades federativas del país, eso gracias a un ejercicio que nunca alcanzará los números para ser vinculante. Uno que solo empoderará aún más a la administración central.

¿Cómo están los tiempos?

La consulta de revocación de mandato, de llevarse a cabo, ocurriría el 10 de abril del 2022. Para ello, como ya se estableció, se requieren firmas de al menos el 3 por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista de electores, que procedan de 17 de los 32 estados o más que integran nuestra nación (en cuyo caso, el INE deberá emitir la convocatoria para la revocación de mandato el 12 de enero del próximo año).

El tiempo para la recolección de las firmas está pronto a finalizar, pues inició el 1º de noviembre y concluye el 25 de diciembre. Así, se está a dos semanas y la organización ‘Que siga la democracia’ entregó apenas al INE un millón de firmas más. Habrá que checar cuales de esas firmas están en el padrón electoral vigente y cuales no están en el mismo o pertenecen a fallecidos.

Viejas mañas…

No se olvide, en estas épocas decembrinas de milagros y celebraciones, la 4T busca revivir tradiciones del priismo oscurantista, entregando firmas de personas que no están empadronadas o, bien, que estando muertas dan su firma para celebrar la consulta. ¡Milagro cuatroteísta!

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Al momento, de las firmas entregadas al INE, se han registrado únicamente 308 mil 771 de manera definitiva; todas de electores que se encuentran en la lista nominal del Instituto (ausentes de irregularidades como duplicidades o que intenten suplantar la identidad de otra persona).

Tal vez, viendo que los números todavía ‘no dan’, las autoridades dispusieron puntos de recolección de firmas en las cercanías de La Villa donde llegaron algo así como 3.5 millones de peregrinos de diversos puntos de la República (y de otros lados de Centroamérica). Si esas son las prácticas que se imponen, ya van tarde para instalar módulos de recolección de firmas en todos los centros de vacunación del país...

Innecesaria desesperación

La desesperación debe de ser mucha, pues la misma Citlalli Hernández interrumpió una reunión virtual del cuasi extinto partido Redes Sociales Progresistas para solicitar firmas a su amigo Fernando González, yerno de la maestra Elba Esther.

No solo eso, Acción Nacional mostró evidencia fotográfica en la cual se pueden ver estos centros de firmas fuera de las oficinas de programas sociales en los que el gobierno federal (Morena) brinda apoyo. Se ve mal y huele peor.

A todo lo anterior, como si no fuese suficiente, para realizar la encuesta de revocación de mandato, se requieren 3 mil 830 millones de pesos, los cuales les fueron negados al INE por la aplastante mayoría de Morena y demás aliados en el Congreso de la Unión. Dinero que podría ser utilizado en otras muchas necesidades ciertamente más apremiantes.

Si la reelección existiese…

Llama la atención que, Morena, gobernando 17 entidades federativas de la República (Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Colima, Guerrero, Michoacán, Morelos, Nayarit, Puebla, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas) y más de 58 millones de mexicanos, no haya conseguido ni el 10 por ciento de las firmas requeridas por ley.

Algunos alegarán que ni siquiera los más fervientes morenistas ven una ganancia en esta consulta. Y estarán en lo cierto. El tener a tantos electores convencidos que no salen a dar su firma es un aviso de que creen en AMLO y no ven la necesidad de ratificarlo (que es en el fondo el objetivo oculto de este mayúsculo desplante del gobierno).

Lo que es más, la verdad de las cosas, si la figura de la reelección presidencial existiese en México, López Obrador sería reelecto hoy con holgada mayoría en elecciones federales.

Y es en ese sentido que afirmo con absoluto convencimiento: lo de las firmas de la revocación de mandato es “cambiar” para que todo siga igual. Hacerse tarugos todos, pues.

Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero