Con 809 votos a favor y 497 en contra, la suspensión de labores del Poder Judicial continuará de forma indefinida, informan amablemente sus voceros.
Piense usted, estimado lector, qué pasaría si cualquiera de nosotros dejara de asistir a su lugar de trabajo, o de ejercer sus labores, durante tres días. En el mejor de los casos, sería despedido por abandono de trabajo. En el peor, enfrentaría serias repercusiones legales.
Muy extraña es esta “dictadura” en donde la ganadora arrasó con casi dos terceras partes de los votos y en donde un bloque político tiene la mayoría calificada para reformar la constitución, hecho que no puede ser revertido mediante sediciosas “suspensiones legales” de jueces locales de pacotilla.
Aún así, se mantendrán la “suspensión de labores” (con goce de jugosos sueldos) en juzgados y tribunales. Y, ojo, esto no se trata de una huelga, en donde los manifestantes no reciben remuneración alguna, sino de vacaciones pagadas con la anuencia de la golpista Norma Piña y sus secuaces en un país en donde más de 60 mil personas encarceladas aún no reciben sentencia.
¡Quién fuera uno de estos trabajadores para disfrutar de estas vacaciones eternas, que han causado un daño al erario de más de 10 mil millones de pesos y contando!
Que no se sorprenda, luego, del enorme rechazo que sus acciones vengativas causan entre el grueso de la población.