Las elecciones del pasado domingo en España fueron un golpe a los gobiernos populistas y demagogos que surgieron durante la segunda década del presente siglo y que son responsables del debilitamiento de las democracias.

Los españoles votaron para elegir a los presidentes de regiones autonómicas, alcaldes de cada pueblo y ciudad del país y a gobernadores de cada provincia y localidad del país.

El Partido Popular (PP) le arrebató al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Pedro Sánchez al menos seis de las 10 comunidades que gobernaba desde 2019, mientras que Isabel Díaz Ayuso, presidenta del PP, revalidó apoyos en la Comunidad de Madrid, esta vez por mayoría absoluta.

La sombra del populismo

España no ha quedado fuera del fenómeno del populismo presente en la actualidad política de los países occidentales.

Se une a gobiernos que han atentado duramente contra las democracias, las instituciones, los poderes y la rendición de cuentas, generando un ambiente de polarización y confrontación entre la población con mandatarios desastrosos como Donald Trump en Estados Unidos, Jair Bolsonaro en Brasil, Boris Johnson en Reino Unido, Alberto Fernández en Argentina y tristemente, Andrés Manuel López Obrador en México,

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Todos, ejemplos del populismo autoritario y Pedro Sánchez no es la excepción, maneja un discurso que resulta muy familiar para nosotros.

Busca culpables

Previo al proceso electoral responsabilizaba a las “altas esferas” por los salarios bajos y a “lo privado” por la pérdida de poder adquisitivo de la clase media, y acusaba a la derecha como “conspiradora” contra el interés general.

Irrespeta la ley y a los poderes de la unión

En otra narrativa que conocemos muy bien, para evadir responsabilidades y rendición de cuentas Sánchez se queja de que la “ley es la ley”, dice que, “por razones técnicas” la ley tiene “consecuencias indeseadas”.

De igual forma, ha deslegitimado a las instituciones del Estado y saltado la separación de poderes. Pasa por encima del legislativo utilizando el recurso del Decreto Ley, una figura reservada para la aprobación de leyes de urgente necesidad y sobre el poder judicial, politizando a la Fiscalía del Estado y al Tribunal constitucional, dejando a España a la deriva totalitaria.

El PSOR

Sánchez se apoderó del PSOE con un discurso a la Robin Hood suplantando el pensamiento racional de la izquierda y enfrenta a los poderes económicos y mediáticos dominantes para generar una hegemonía política, es decir, una sola forma de pensamiento.

La transición

El PSOE fue determinante para la transición democrática que permitió pasar de la dictadura militar al famoso Pacto de la Moncloa que fue firmado por el gobierno de la legislatura constituyente y los partidos con representación en el Congreso de los Diputados contando con el apoyo de asociaciones empresariales y sindicatos, y que permitió estabilizar el proceso de transición hacia el sistema democrático.

Los acuerdos se pueden sintetizar en dos: un acuerdo sobre el programa de saneamiento y reforma de la economía que sentaría las bases para una recuperación económica, mejor distribución del ingreso y fomento al empleo; y el acuerdo sobre el programa de actuación jurídica y política que modificó las restricciones de la libertad de prensa y prohibió la censura previa.

Así mismo, se modificó la legislación sobre secretos oficiales para permitir a la oposición el acceso a la información, se aprobaron los derechos de reunión, de asociación política y la libertad de expresión mediante la propaganda, tipificando los delitos correspondientes por la violación de estos derechos. Se creó el delito de tortura y se reconoció la asistencia letrada a los detenidos.

Los Pactos de la Moncloa fueron la antesala de la Constitución aprobada en 1978 que ha permitido a los españoles disfrutar del periodo de paz y convivencia más largo que se recuerda.

Ahora, el populismo de Sánchez pretende acabar con esa transición.

Los Pactos de la Moncloa fueron parte fundamental para la convivencia democrática entre las fuerzas políticas y territorios (incluidos los nacionalistas vascos y catalanes) y permitieron iniciar el camino que integraría a España en la Unión Europea.

Sin embargo, Sánchez se apoderó de las banderas de la izquierda y las convirtió en populismo puro. Lo mismo buscó aliarse con los ultraconservadores de Podemos que robarles sus ideales populistas y demagógicos, mientras ataca y busca destruir a los socialistas moderados.

La lección

Las elecciones en España muestran que las sociedades ya reaccionan en contra del populismo autoritario optando por alianzas opositoras que bien pueden convertirse en la versión moderna del Pacto de la Moncloa.

Al estilo de un líder populista Sánchez busca manipular las elecciones y cortar la participación de la sociedad, por ello adelanta las elecciones generales a las vacaciones de verano, así las Cortes Generales se constituirán el 17 de agosto y la campaña electoral el siete de julio.

Con esta convocatoria Sánchez muestra su nulo respeto por las elecciones recién celebradas, ya que podría impedir que se constituyan los gobiernos autonómicos recién votados.

Tampoco le importa la imagen de España hacia el exterior y con sus socios comunitarios a pesar de que, durante el segundo semestre corresponda a España la presidencia de turno de la Unión Europea, aún está en el aire quien la presidirá, lo que no ha sentado nada bien en círculos europeos.

Al final, España dio una gran lección al mundo en favor de recuperar la democracia, la estabilidad política y económica, pero principalmente en bajar la tensión a la polarización que los populistas han vertido en la sociedad.

Twitter: @diaz_manuel