Hay que reconocerlo, desde hace tiempo leo cotidianamente las publicaciones que el columnista Héctor de Mauleón hace. En la gran mayoría de las ocasiones, sus textos me parecen interesantes, sus letras dan claridad a muchas de las historias oscuras que lamentablemente ocurren en la realidad que desde hace años nos han impuesto en este país.

Un periodista respetable con una trayectoria envidiable, siempre crítico y muchas veces bien documentado, al que no le tiembla la mano al escribir sobre temas sensibles pero de gran interés para la ciudadanía. Pero como dice el dicho, hasta al mejor cazador se le va la liebre, y en esta ocasión a Héctor de Mauleón sus “fuentes” parecen haberle visto la cara.

El periodista fue utilizado y convencido de que estaba recibiendo información que algún malandro falsificó, para animar a que publicara su columna en donde acusaba, hasta ahora sin fundamentos, al gobernador electo de Tamaulipas, Américo Villarreal, y a otros miembros del morenismo.

Es evidente que la estela fétida de esa estrategia tiene como origen la capital tamaulipeca, Ciudad Victoria, en donde a unos días de entregar el gobierno, la desesperación se ha apoderado del aún gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, quien ha recrudecido aún más su enfrentamiento con quienes en unos días habrán de relevar a todo su gabinete.

Sin embargo, pareciera que en el fondo, no solo ha sido de Mauleón al que le han visto la cara en esta ocasión, también desde hace meses, algunos vividores del sistema político mexicano que se sienten senseis encumbrados, se han aprovechado de la posición de su supuesto amigo y aliado, el gobernador Cabeza de Vaca, para venderle soluciones audaces que le permitan no solo salir bien librado de su problema, sino también preservar una cota de poder que lo haga seguir vigente y gozando de los privilegios que ha tenido.

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Este grupito de personas, que mientras estuvieron en el gobierno no demostraron ser lo fregones que hoy pregonan ser, han hasta mareado al aún mandatario tamaulipeco haciéndole creer que manejando bien esta situación, podría no solo mantener ciertos privilegios y protección en su tierra, sino que además, se podría convertir en el candidato de la alianza rumbo a la presidencia del 2024.

La realidad, es que aunque Cabeza de Vaca afirme hoy a todo aquel ciudadano, amigo, aliado o conocido, que esa es su firme estrategia y meta, su camino esta muy alejado de dicho destino.

El aún mandatario está siendo usado por sus estrategas (quienes le venden crisis, oportunidades y soluciones), solo para sacarle hasta el último centavo que puedan, mientras le queden unos cuantos días con el control de la chequera del gobierno tamaulipeco. Una vez que pierda el acceso a estos recursos, uno a uno se le irán abriendo, no sin antes haberlo dejado en una posición mucho más comprometida de lo que estaba en un principio.

Así es el sistema político en México, los carniceros de hoy, serán las reses del mañana, y los supuestos amigos y aliados, son los primeros en llevarte al rastro.

Quizá de Mauleón no tenía porque desconfiar de sus fuentes, pero Cabeza de Vaca debió darse cuenta de las verdaderas intenciones de esta gente, y las consecuencias que podría tener para su futuro seguir sus recomendaciones. Para el primero, no pasará de una mala experiencia que le genere críticas por unos días, pero para el aún gobernador, seguirle el juego a estos estrategas, lo ha metido ya en un callejón que no tiene salida.