Alejandro Encinas es un hombre emblemático en la política de este país.   No creo que muchos lo desconozcan al escuchar su nombre. Desde 1989 ha estado dentro de la política y se ha ganado su prestigio y su fama como un político de fondo.

Alejandro Encinas fue miembro del PRD durante muchísimos años. Además fue jefe de Gobierno sustituto de la Ciudad de México Cuando AMLO para ser candidato en las elecciones del 2006, es decir muy cercano al hoy presidente de la República

Hoy día, tiene un puesto llamado (casi casi inventado) “subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población de México”. Así ante la ausencia de Rosario Piedra como secretaria de Derechos Humanos, todo le terminan aventando  a don Encinas, porque además que tener que ver con todo el tema de los Derechos Humanos de todos los mexicanos que repetidamente sabemos que  son pisoteados, de pronto también le “cargan” el caso de Ayotzinapa como comisionado de la Verdad Histórica.

Alejandro Encinas tiene toda una trayectoria en la política y toda la sapiencia y sabiduría también. Tanto que hace años decidió renunciar al PRD precisamente porque consideró que ese partido fue omiso ante la tragedia sucedida en Iguala. Qué ironías que ahora lo culpan a él por serlo.

Durante muchos años trató de liderar el PRD, pero muchos de los militantes lo obstaculizaron por creer que era impuesto por Andrés Manuel López Obrador, así que ambos se dieron la espalda.

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Desde mi muy particular punto de vista, me parece que Alejandro Encinas es una joya en medio de un basurero.

Me da la impresión de que es un hombre con mucha inteligencia emocional, que raramente manotea y explota y que trata de conciliar, pero el puesto que aceptó francamente tarde que temprano lo terminara hundiendo.

Y es que, aceptar el cargo que le dio Obrador como “comisionado de la Verdad” es haberle aventado una bolita muy pesada. Pero Encinas lo aceptó.

Y ahora está metido en algo que jamás imaginó. La defensa de militares detenidos consideraron como falsas las especulaciones de Alejandro Encinas, he incluso empezarán un proceso legal en su contra por involucrarlo a través de la fabricación de pruebas, dicen, en la desaparición de los 43 normalistas en Ayotzinapa en el 2014.

Además, lo acusan de querer politizar el asunto, al acusar a unos un día  y al día siguiente liberar a otros militares.

Me parece que el propio Alejandro Encinas se cuestionará qué hace y porqué lo hace. Y todos los mexicanos sabemos la respuesta: Hace y dice lo que le dicta el presidente hacer y decir.

Alejandro Encinas podría haber ejercido un extraordinario papel en algún otro puesto, incluso habiendo sido suplente de Rosario Piedra, a quien nadie ha visto y creo que nadie verá, o bien incluso como secretario de Seguridad, así como el cargo que ejerció en el 2005,  en lugar de una débil Rosa Icela que no se le ve accionar, pero que cada ocho días en la mañanera sale a decir que los índices delictivos van a la baja.

Yo pienso que el presidente ha tenido la capacidad de tener de su lado a gente que realmente lo quiere, es a esa misma gente a la que invitó a estar cerca de él. Se siente protegido y acompañado si se sabe querido.

Y por eso el presidente sigue manteniéndose en el poder. Porque seamos sinceros, así como el presidente sabe ganarse miles de antipatías, también tiene muchísima gente que lo rodea que lo quiere bien  y  que le admiran.

Pero, AMLO no se da cuenta que su amor puede ser tóxico y destructivo. Y una de las personas a las que está asfixiando aún queriéndolo mucho, porque imagino que lo estima, es a Alejandro Encinas.

Me parece que lo que se ha sabido del tema de Ayotzinapa es por demás grave, pero Alejandro Encinas lejos de reconocer estas nuevas “verdades”, se retuerce de enojo porque se le salieron de control y alguien más las tuvo que decir.

Hasta hace unos días  la reputación de Alejandro Encinas era realmente intachable, pero ahora y sin él  si quiera imaginarlo, la confiabilidad y el liderazgo de su puesto y de su labor  están en duda.

La única salida honorable para don Encinas, desde mi punto de vista, sería que renunciara.

O bien si el presidente es inteligente, moverlo de posición en el tablero para darle otro puesto que salvaguarde su honra.

Sin embargo, se quedaría el espacio de su actual puesto vacío y no creo que absolutamente nadie lo quiera ocupar, es una carga inmensa de conciencia y de moral .

Alejandro Encinas tiene 68 años. No está para juegos ni cambios bruscos. Tampoco  que termine en la cárcel me parecería justo.

Pero está atrapado, he insisto, su única salida es renunciar.

Lo malo es que el presidente como  si fuera miembro de una secta no deja ir tan fácilmente a nadie. Y el que Encinas le renuncie sería como darle a entender a la gente que tampoco este presidente dirá la verdad ni hará  justicia, pero tampoco lo veo defendiéndolo como defiende a un Gertz Manero o a un Zaldívar, por ejemplo.

Y en medio de todo, con tanta tristeza, sabemos que con toda certeza 43  padres que pedían la entrega de sus hijos vivos, hoy ya no están entre ellos.

Algo tiene que hacer Encinas y pronto.

Ya es hora de que los miembros del gabinete piensen por ellos mismos y no actúen bajo instrucciones del presidente. Incluso por el bien de su Jefe no deberían de hacerle mucho caso ya. Es real.

Veremos qué sucede, andamos muy avispados muchos y no dejaremos de estar observantes.

Es cuanto.