De plano no se midió el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, cuando en su obsesión por impedir cualquier reforma legislativa que afecte sus intereses llamó a dar una “batalla jurídica” en diversos frentes contra el llamado plan B de reforma electoral propuesto por el presidente López Obrador y aprobado ya en la Cámara de Diputados.
Eufórico, efervescente, quizá sintiéndose Leónidas arengando a sus 300 espartanos, Córdova adelantó que el INE peleará como gato boca arriba en los tribunales para que ni les reduzcan el sueldo a los consejeros, ni les recorten un solo peso de presupuesto, no vaya a ser que luego no tengan cómo pagar las colegiaturas de sus hijos en exclusivos colegios particulares, o los tratamientos en lujosos spas para sus señoras, las oficiales y las otras.
Pero donde se voló la barda el delicadito presidente del órgano electoral fue cuando de plano llamó a los ciudadanos a ampararse contra el plan B, ignorando -¿o no?- que la propia Suprema Corte en su jurisprudencia ha dictaminado que la figura del amparo es improcedente contra leyes electorales.
¿Se le chispoteó a Córdova, o por el contrario sabe muy bien lo que dice la jurisprudencia, pero le vale? No sería raro: si algo ha demostrado el poder JODIcial y sus magistransas es que habiendo intere$e$ de por medio, nunca se ha caído demasiado bajo y siempre es posible denigrar aún más la justicia mexicana.
Pero mientras Córdova juega a ser la Juana de Arco región 4 “defendiendo” a la democracia, lo que en realidad está en marcha es un plan perverso, orquestado por la derecha golpista mexicana, para mantener al perfumado y siempre obediente consejerito en la presidencia del INE, aun cuando por ley su nefasto periodo de 9 años termina el próximo abril.
En efecto, lo que en realidad quiere la derecha no es echar abajo el plan B; su verdadero objetivo es que Lorenzo Córdova, que tan funcional ha sido a los intereses conservadores, se mantenga en la presidencia del órgano electoral más allá del término que marca la Constitución. Lo quieren allí específicamente para conducir la elección de 2024; lo necesitan ahí para validar todas las transas y fraudes que el PRIAN cometerá; para bombardear a Morena y sus aliados con multas y sanciones y en última instancia, si todo eso no les alcanza para “ganar” la presidencia, lo quieren ahí para anular los comicios y convocar a una elección extraordinaria. De ese tamaño es la desesperación y la rabia de la derecha: quieren robarse las elecciones del año que entra a como dé lugar.
¿Que no hay forma de que Lorenzo pueda permanecer al frente del INE más tiempo del que le corresponde? Quien así piense es obvio que no conoce cómo se las gasta la “justicia” mexicana. Porque no tendrán, los magistrados del tribunal electoral ni los ministros de la Suprema Corte, ningún escrúpulo en torcer la ley para acomodarla a lo que la derecha ordene. El plan se echó a andar desde el pasado diciembre, cuando el tribunal electoral ordenó a la Cámara de Diputados modificar la convocatoria del proceso de elección de nuevos consejeros del INE.
La ruta de la derecha para mantener secuestrado al INE es clara: van a usar al Poder Judicial para torpedear por todos los flancos el proceso de renovación de consejeros electorales. Los jueces van a emitir una lluvia de sentencias, amparos, controversias constitucionales, y lo que haga falta para impedir que la convocatoria salga; harán cuanto puedan para que el proceso no pueda realizarse en tiempos, y así conseguir lo que buscan: forzar un “interinato” que le permita a Lorenzo Córdova (y a Ciro Murayama) quedarse en el INE hasta después del proceso electoral del año que viene.
De tal modo que mientras Córdova Vianello se rasga las vestiduras alertando sobre el “riesgo” que corre la democracia con el plan B, él y sus patrocinadores fraguan un auténtico golpe al INE, para mantenerlo secuestrado por la derecha, y desde ahí operar el regreso del PRIAN al poder.
Ante este escenario ominoso vale la pena recordar cómo fue posible el triunfo del movimiento democrático en el año 2018: cuando siendo oposición, con todo el aparato del Estado en contra, con un árbitro electoral vendido como hoy sigue siendo, se pudo lograr la hazaña de ganar la presidencia y el legislativo: con una participación masiva, abrumadora, incontenible. Sólo así, votando con tal fuerza que no haya fraude que alcance para robarnos el triunfo, será posible detener este golpe de Estado electoral que Lorenzo y sus patrones han puesto en marcha.
Twitter: @Renegado_L