“Parecióme sentir que me llamaban.

No me engañaba: era una voz divina

la que mi alma escuchó; guiada por ella

llegué a un rosal: de aquel rosal venía.

Toqué una flor, mas, antes que sus pétalos

encontraron mis manos las espinas

que en mi carne clavándose quedaron

por gotas de mi sangre humedecidas.

¿Fué traición de la rosa? No. Las rosas

no saben de traición ni de perfidia,

las rosas del rosal, las rosas bellas,

que hablarme saben con su voz divina,

al alma y no a las manos de la ciega

llaman. Me hirió el rosal... La culpa es mía”.

Vicenta Castro Cambón

Hablemos de los “judas” en la histórica votación que tuvo lugar ayer en la Cámara de Diputados. En el esquema binario que el presidente ha impuesto para México, cada bando los tiene.

Primero hay que decir que en la tradición de la ‘Quema de Judas’ se utilizan muñecos de cartonería, representando a políticos, al mismo Judas o a personajes conocidos, para hacer un recuerdo (y escarnio) de aquel que vendió a Jesucristo por unas monedas. En el caso de la ‘quema eléctrica’, la discusión se llevó más de once horas y terminó con una votación de 275/223. No se llegó así a las dos terceras partes que se requerían para cristalizarla como reforma constitucional.

Para la Cuatroté, el ir contra la propuesta del Ejecutivo federal es traición a la patria. El presidente confunde su voluntad (o la de Manuel Bartlett) con la de la nación. Mas esta tiene implicaciones mucho más profundas que no se deben al querer de una sola persona.

La oposición no se queda muy atrás. Considera judas a los diputados del partido Verde Ecologista que votaron a favor de esta reforma, una que de acuerdo a expertos habría resultado nociva.

Por su parte, el PVEM tachó de traidor a Andrés Pintos Caballero, quien apenas ayer solicitó su cambio de bancada a Movimiento Ciudadano (esto por los intereses que tiene en su estado, Nuevo León).

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Morena, la 4T, la oposición, los que se consideran independientes, todos en general saben que Carlos Aysa es un ‘judas oportunista’.

Cambió de bancada y de parecer sobre la contrarreforma al sector eléctrico para conseguir, con su voto, que su padre obtenga en algún momento la embajada de nuestro país en República Dominicana.

‘Judas legislativo’, pero ferviente creyente en la música y en el libre mercado para venderla, el diputado de Morena, quien dejó el debate de la contrarreforma eléctrica para dar un concierto en los Estados Unidos. Marco Antonio Flores pidió licencia y fue respaldado por su suplente, Jeu Ramón Márquez, mientras él se encuentra en Illinois para ofrecer un concierto con su banda ‘Jerez’.

‘Judas mentiroso’ (de esos hubo muchos), Martí Batres quien en sus redes sociales puso: “un hogar paga 5.2 pesos por kilowatt, Walmart paga 1.7 pesos por kilowatt. Los hogares subsidian a las empresas extranjeras que usan la red de transmisión gratis o cobran a la CFE por energía eléctrica no entregada”. Omitió decir que para que todos paguemos las tarifas de Walmart necesitamos tener derecho a comprar electricidad a los proveedores más baratos y que no se nos obligue a comprarla a CFE, pues es más cara.

‘Judas ensoberbecido’ fue Fernández Noroña al afirmar que con esta decisión (la de desechar la propuesta de reforma), la oposición “les está entregando la presidencia en 2024″.

‘Judas bloqueadores’ son quienes claman libertad política y de pensamiento, pero incitaron a unos cuantos para que organizaran un bloqueo a la Cámara de Diputados con el fin de que los legisladores de oposición no pudieran acceder al recinto y votar en contra de la reforma eléctrica.

Judas de la dilación’, los diputados de la 4T, quienes ya sabiendo que no contaban con los votos necesarios, utilizaron todo tipo de artimañas legislativas y otras violentas, para aplazar, presionar o buscar más votos a favor de la iniciativa de ley.

‘Judas soberbios’, quienes tuvieron la oportunidad de dialogar con la oposición e integrar los doce puntos que esta solicitaba en la reforma y no lo hicieron. Olvidaron representar a todos los mexicanos, no solo a una parte.

‘Judas acusador’, John Ackerman, quien ni siquiera es diputado pero igual acusó a Mario Delgado de que no se lograra el número necesario de diputados morenistas en la cámara, debido —según él— a su pésimo desempeño como presidente de Morena.

‘Judas antifeministas’, los (y las) que utilizaron violencia política de género para que Margarita Zavala no pudiera votar —alegando ‘conflicto de interés’— cuando ya había sido establecida por la misma cámara que el mismo no existe. Vale señalar que los cuatroteístas no vieron conflicto de interés cuando la ministra de la SCJN, Loretta Ortiz, votó hace unos días sobre el tema de la electricidad…

Se conocieron los ‘judas interesados’, quienes argumentaron no entender la ley o no querer votar como lo pidieron sus representados. Ayudó —y mucho— a que no hubiera más de estos la señalización que surgió de la ciudadanía en las redes sociales, en especial en Twitter. (Algunos conocidos tuiteros se dieron a la tarea de preguntar a todos los diputados de la oposición —aunque también del PVEM— el cómo sería el sentido de su voto). Quienes fueron votados como representantes legislativos, tuvieron que compartir su intención de voto y con ello la ciudadanía supo de antemano cómo se inclinaban las preferencias.

Hoy en la mañanera, López Obrador dirá que los traidores a la patria son quienes votaron en contra de su propuesta. Esos nada más.

Sabemos que no es así. Atestiguamos, eso sí, dos grupos de diputados que se formaron en general de acuerdo a lo que ponderaron serían los costos y beneficios de la contrarreforma para el país.

Oficialmente, junto con la Semana Santa, la temporada de judas ha terminado. Desafortunadamente en la vida política de nuestro país es muy probable que esta práctica apenas comience.