“Así pasa cuando sucede.”

Filósofo de Güémez

Es un hecho: no fue bien recibido el nombramiento de Leticia Ramírez como nueva titular de la SEP. La comunidad educativa la ha rechazado porque ella no es experta en el tema, y simple y sencillamente no hay forma honesta de refutar tal juicio. Estoy de acuerdo con todas las críticas que se le han hecho a la funcionaria, tal como lo escribí en un artículo publicado esta mañana.

Claro está, en descargo de Lety, debo precisar que pudo haber sido mucho más peor. De hecho, seguramente Delfina Gómez era una peor secretaria, más ¿se imaginan el desastre que hubiera sido la Secretaría de Educación Pública formalmente comandada por Marx Arriaga, comunista trasnochado? ¿O dirigida por Luciano Concheiro, quien se ve a sí mismo como bolchevique de los tiempos de Lenin?

Conste, no pienso que el marxismo sea malo en sí mismo; se trata de una doctrina filosófica con aciertos y errores, como cualquier otra. El problema ha sido su puesta en práctica; y es que ello resultó lamentable para la gente tanto en los países de la desaparecida Unión Soviética como en Cuba y Venezuela. Son ejemplos de naciones empobrecidas y sin libertades, pero eso sí, revolucionarias y proletarias, que para la actual desgracia de México son el ejemplo a seguir por no pocas personas importantes en la 4T.

Supongo que Leticia Ramírez en algún momento de su vida soñó con instaurar el comunismo en México. De todo corazón espero que ese pecado de juventud ya lo haya superado. Tendrá que armarse de sensatez la secretaria para no dejarse llevar por las ridiculeces de quienes piensan que es posible construir un sistema pedagógico popular y rebelde. Porque vaya líos que habrá si ella saca juventud de su pasado y emprende su trabajo al frente de la Secretaría de Educación Pública con la pasión marxista que seguramente la atrapó cuando era una chica comprometida con la revolución… ¿Con cuál revolución? Pues con cualquiera de índole política, porque nunca los y las activistas se comprometen con revoluciones burguesas como la industrial o la tecnológica, movimientos que espantan a las buenas conciencias de tan neoliberales que son.

Pero, carambas, puede haber —y ya se está gestando— algo infinitamente peor que una SEP socialista o guiada por dos rojos tan pasados de moda como Marx Arriaga y Luciano Concheiro. Hablo de la posibilidad de que se presente el conflicto sindical azuzado ahora por Elba Esther Gordillo.

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Cuidado con la vieja maestra, mucho cuidado. Gordillo ha aprovechado el nombramiento de Leticia Ramírez para alebrestar a maestros y maestras; no se le vayan a ir sus huestes.

“Así pasa cuando sucede”, bien lo dijo el Filósofo de Güémez. La maestra Gordillo, que tanto daño hizo durante muchísimo tiempo al sistema educativo mexicano, lanzó este martes en el noticiero de Ciro Gómez Leyva de Radio Fórmula lo que considero una abierta amenaza a la estabilidad sindicalista magisterial: expresó que resulta lamentable poner la política por encima de la educación y, después de su diagnostico —que más cínico e hipócrita no puede ser dado su historial—, sembró la semilla del enfrentamiento entre los dos grupos sindicales más importantes de maestros y maestras: la CNTE y el SNTE.

Desatada, Elba Esther calificó de radical a Lety y la retó —a ella y al sindicalismo en el que militó— a que vuelvan a ser “combativos”, porque ahora se ven “callados y sumisos”.

Qué tristeza con la educación en México. Qué verdadera desgracia. En verdad que no hay palabras.