En 1994, Carlos Salinas de Gortari tenía un plan definido para su sucesión y para eternizarse en el poder que no pudo concretar por el desaseo de su administración y la lucha entre quienes aspiraban a obtener la nominación presidencial, Manuel Camacho Solís, Pedro Aspe, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Lozoya, Emilio Gamboa, Patrocinio González Blanco Garrido y Ernesto Zedillo.
Cuando la decisión favoreció a Colosio, Manuel Camacho, decepcionado, protagonizó un rompimiento con el sistema y con su gran amigo Carlos Salinas quien intentó conciliar designándolo secretario de Relaciones Exteriores y a su operador y escudero, Marcelo Ebrard, subsecretario.
Tiempo después el país se descompuso con la irrupción del EZLN en Chiapas, entonces Camacho y Marcelo, junto a un equipo entre los que figuraba el hoy secretario de la Función Pública, Roberto Salcedo, viajaron a ese estado para negociar con los sublevados.
Fue como Camacho inició una contra campaña que lo colocaba como candidato sustituto de Colosio. La economía colapsó, cada aparición de Camacho en la prensa significaba fuga de capitales y devaluación del peso.
Por su parte Luis Donaldo comenzó a consolidarse como candidato presidencial, dejando claro con su discurso del seis de marzo de 1994, que su proyecto realmente no tenía nada que ver con el de Salinas .
El Magnicidio
Finalmente, la crisis política y económica de fin de sexenio y el terrible atentado que le quitó la vida al candidato del PRI, destruyeron el plan de Salinas . Sobre ese episodio, mucho se ha escrito de la participación de otro aliado de AMLO, José Murat Casab, quien formó parte esencial en la organización del mitin de Lomas Taurinas.
La llegada -involuntaria y obligada por las circunstancias- de Ernesto Zedillo como candidato y luego como presidente de la República marcó de forma definitiva la pérdida de poder del grupo salinista.
AMLO y el retorno de Salinismo
Los gobiernos subsecuentes de Fox, Calderón y Peña también mantuvieron distancia, de hecho, Calderón y Peña tuvieron marcadas diferencias con Salinas.
Pero, con la llegada de AMLO hay indicios del retorno del Salinismo y de la reposición del proceso fallido de sucesión de 1994.
AMLO coincide con Salinas, en los equipos empresariales y políticos, y en principios, discurso y forma de actuar.
Los salinistas encontraron cabida en la administración de AMLO, empezando por el heredero de:
√ Manuel Camacho
√ Marcelo Ebrard
√ Zoe Robledo
√ Manuel Velasco
√ Roberto Salcedo
√ Manuel Bartlett
√ Ricardo Monreal
√ Ignacio Ovalle
√ Alfonso Romo
√ Josefa González Ortiz Mena
√ Javier Jiménez Espriú
Y empresarios como:
√ Carlos Slim
√ Ricardo Salinas
√ Carlos Cabal Peniche
√ Carlos Peralta, entre otros.
AMLO parece seguir el guión que su jefe político; Salinas, escribió en su libro Democracia Republicana, ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana, ahí se pueden encontrar importantes coincidencias entre ambos, pero como dice el maestro José Luis Camacho: en política no hay coincidencias.
Por ejemplo, Salinas en su libro aborda la “cantaleta” de diario de AMLO, como los efectos nocivos del “neoliberalismo” y la falta de ciudadanos participativos. También expone el dominio de la delincuencia organizada desde que el PAN y dos de sus militantes ocuparon la presidencia; habla de las transformaciones de México, la Independencia, la Reforma y la Revolución y de su programa “Solidaridad” como herramienta de política social (similar a la de AMLO implementa con “Bienestar”).
También hace referencia a que en 1995 los “neoliberales” tomaron el poder en el PRI. Es decir, ante el fracaso de su proyecto sucesorio, quien lo sustituyó, rompió con la pretensión hegemónica que pretendía y, hablando por la herida, explica cómo lo aniquilaron políticamente: “En primer término, adoptó el proyecto neoliberal como programa de gobierno. Acto seguido, eliminó el ideario del liberalismo social de su declaración de principios. Por último, los nuevos priístas en el gobierno, con el presidente de la República a la cabeza, cancelaron el programa Solidaridad y lo sustituyeron por otro que, bajo diversas denominaciones, ha favorecido el individualismo y, cosa más grave aún, ha propiciado la pérdida de capital social en el país”.
El texto de Salinas realmente parece el guion de las mañaneras de AMLO
Salinas y AMLO también coinciden al referirse los “intelectuales orgánicos”. Afirmación que, aparte de tramposa y simplista, trivializa la historia: “Se ha cocinado en los cubículos y los estudios de una serie de ‘intelectuales orgánicos’ que hoy coinciden con neopopulistas o neoliberales, con el propósito de conformar una imagen del pasado reciente a la medida de sus intereses.
¿Será que Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze y otros más cuestionaron a Salinas quien se sintió traicionado y ahora la venganza justiciera viene de parte de AMLO?
Y, lo más importante ¿Hasta dónde llegará la intención de Salinas por recuperar su sucesión fallida a través de AMLO?
En 2012, Salinas comentó que Marcelo Ebrard, exjefe de Gobierno de la CDMX, quien había sido nombrado “Alcalde del Mundo” por la Fundación City Mayors, “es un servidor público profesional, dedicado a cumplir su responsabilidad”.
Lo lamentable es que por ahora en Morena no existe un Colosio capaz de enfrentar la voluntad de un presidente autoritario y de servir como contrapeso con un verdadero proyecto de nación democrático, plural y efectivo.
Salinas lo logró: sus negocios, sus amigos, sus intereses hoy habitan impunemente en la 4T, con una estrategia mediática que tiene a sus “adversarios” pensando que lo combaten apoyando a su sucesor: el compañero presidente y camarada Andrés.