Toda transformación conlleva una reacción de los grupos de “élite” que ven tocados sus intereses, sus mafias. En este caso, la reacción clasista y racista mexicana está encarnada por Claudio X. González, eterno miembro de la “sociedad civil” mexicana blanca, rica y privilegiada que durante décadas lucró con privilegios, nulo pago de impuestos y dinero de la jugosa ubre gubernamental, mediante canonjías disfrazadas de “fideicomisos” y contratos por adjudicación directa.

Los resultados en la Ciudad de México son una seria llamada de atención para Morena y los personajes aburguesados que se apoderaron de la estructura partidista en la capital del país. Pero el resto de las contiendas favorecieron en su mayoría al partido fundado por el presidente.

Al momento de escribir este texto, se ganaron 12 de las 15 gubernaturas en juego, incluyendo un par que no se tenían contempladas. Se mantuvo la mayoría simple (NUNCA se tuvo la mayoría calificada), necesaria para controlar el presupuesto de los programas sociales y las obras impulsadas por el presidente.

Apoderarse del congreso y de la mayoría de las gubernaturas era la meta de Claudio X. González y sus partidos membrete. No se logró.

Es una derrota estratégica fuerte y creo yo, catastrófica, para la derecha mexicana. Ni con la pandemia, ni con la tragedia de la Línea 12 del metro, ni con la recesión económica por la situación económica se logró voltear a los votantes mexicanos en contra del proyecto de la Cuarta Transformación. Ni con todo el dinero invertido por Claudio y los Estados Unidos, ni con todos los medios tradicionales haciendo propaganda en contra del gobierno, ni con el partido opositor INE lo lograron.

Fracaso total de los “fifís”, en pocas palabras.

Claudio X. González es un perdedor y el gran perdedor de esta elección.

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Ahora, lo interesante, será ver como los medios tradicionales tratan de manufacturar el consenso para pintar este resultado como un “derrumbe” de Morena.

Por lo pronto, ya están mintiendo con el tema de la inexistente mayoría calificada “perdida” por Morena y se están dando vuelo con las alcaldías ganadas por el PRIANRD en Ciudad de México.

Mientras tanto, a Morena y a su dirigencia les tendrá que quedar muy claro que el bono del presidente Andrés Manuel López Obrador no durará para siempre y que no pueden dar por sentado ningún resultado.

Así de fácil, así de simple.