No nos andemos con rodeos. Joe Biden cuenta con mayoría en las cámaras alta y baja de su país. Podría acabar con la crisis migratoria en la frontera sur de Estados Unidos si lo ordenara. Pero no lo hará.

La falsa dicotomía de un Donald Trump “malo” y un Joe Biden “bueno” que vendieron en la mayoría de los medios “liberales” de los Estados Unidos y en sus apéndices mexicanos y latinoamericanos resultó ser un embuste, una chapuza. Aunque los voceros de la Casa Blanca finjan estar “horrorizados” por las imágenes de los abusos de la patrulla fronteriza contra los migrantes haitianos en Texas, la realidad es que los peores abusos contra los migrantes se han dado con gobernantes demócratas, no con republicanos.

Fue con Bill Clinton con quién inició la asesina “Operación Guardián”. Fue Barack Obama quien fue bautizado como el “deportador en jefe” por deportar a millones de mexicanos y latinoamericanos.

Y es Joe Biden quien ya ha deportado a más migrantes que el propio Donald Trump (690 mil versus  440 mil).Los medios norteamericanos y sus aliados vendieron una mentira sobre un regreso a la “decencia”, cuando en realidad regresó la “demencia”, las actitudes demenciales y represoras de los demócratas contra los migrantes indocumentados cuando llegan al poder.

Hoy Joe Biden dio un discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en donde pretendió vender la idea (falsa) de que los Estados Unidos “están de vuelta”. Sí, de vuelta a castigar, torturar y asesinar migrantes. Como siempre han hecho a lo largo de la historia.

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Además, México no debe cargar con la responsabilidad, total o parcial, de los migrantes provenientes de los propios países que los Estados Unidos han saqueado, invadido, desestabilizado y destruido. Debemos ayudarlos, en la medida de lo posible, a llegar a su destino, a asentarse en nuestro país o a regresar a sus tierras de origen.

Ningún ser humano puede ser “ilegal”.