La desesperación, las quejas, las denuncias de Marcelo Ebrard lo pintan de manera perfecta, como un “mal perdedor”.
Sus reacciones, sus declaraciones, son palabras y actitudes priistas. Marcelo, exuda ahora abatimiento, la consternación.
Ha declarado que está “muy preocupado” por el proceso de la encuesta con la que se definirá quién será el ganador de la encuesta.
Difícil comprender que un político inteligente no se haya dado cuenta desde un inicio que iba a perder. Menospreció, en silencio, la popularidad y la seriedad de Claudia Sheinbaum; su historia y convicciones. Olvidó que ella era la que poseía y posee lo necesario para darle continuidad a la Cuarta Transformación, que ella tiene enraizadas las convicciones. Millones de mexicanos quieren que el sendero de AMLO siga consolidándose.
Ebrard y su equipo han denunciado irregularidades en el proceso interno del que emergerá el que reciba el bastón de mando que entregará López Obrador. No es irregular ni sorpresivo la reacción del excanciller.
Ebrard hizo recorridos, se vistió de pueblo… de nada le sirvió. Las encuestas no le han favorecido ni una sola vez. Lo único que tiene Marcelo es no reconocer los resultados y eso, ese berrinche, esa reacción, lo hundirán más.
Se ha dedicado desprestigiar la encuesta de Morena que ha sido la más vigilada de la historia y la más trasparente. Los candidatos participaron para la elección de las casas encuestadoras. Cinco en total y Ebrard con berrinches eligió la suya.
Una, fue elegida por Morena y las otras cuatro por los participantes mediante sorteo para realizar encuestas espejo y dar certidumbre. Todos los aspirantes han estado informados durante todo el proceso, conocieron de antemano las reglas, las aceptaron y ahora todos, están a la espera, conformes, nerviosos, confiando en que los resultados serán limpios; el único quejumbroso y molesto es Marcelo Ebrard.
Marcelo y equipo han querido denostar una encuesta elaborada con seriedad y transparencia.
Ebrard está nervioso, seguro tal vez, de su derrota. El ego, el machismo, no le permiten aceptar que perderá, el único recurso que tiene es protestar, pelear…
Marcelo Ebrard, es sin duda, un mal perdedor.