Marisela Morales, la ex procuradora general de justicia, ahora quiere estar en la Corte, tal vez piensa que el tiempo lo borra todo, pero hemos de recordar su trayectoria delictiva. Esta gente cree que con el paso de los años los mexicanos no recordamos nada. ¿Cómo habremos de olvidar que mientras ella fue procuradora hubo masacres, transas y complicidades con el crimen organizado?

Felipe Calderón Hinojosa se robó la presidencia. Después del fraude electoral, Felipe tuvo que ponerse la banda presidencial en un acto de cinco minutos; entró, cobarde, por la puerta trasera del recinto porque le dio miedo enfrentar a la multitud que protestaba.

Días después, un Calderón arrogante anunció la “guerra contra el narcotráfico”. Durante su sexenio se desató la violencia, se multiplicaron los cárteles; muertos por todas partes; miles de desaparecidos, el territorio mexicano se anegó de sangre mientras que estos funcionarios negociaban y planeaban falsos operativos.

Tenían que hacer la finta; demostrarle al pueblo de México que estaban teniendo éxito con operaciones de inteligencia. Capturaban inocentes, contrataban testigos protegidos y los medios cómplices daban la noticia de que estaban combatiendo al crimen organizado. Así de cruel, de infame.

La estrategia de Marisela Morales Ibáñez era la fabricación de pruebas para “resolver” casos. Técnica frecuente en el sexenio de Calderón. Gracias al talento de Morales como “productora” y no como procuradora, muchos fueron procesados por las declaraciones de los falsos testigos que repetían una y otra vez los guiones elaborados por estos funcionarios.

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Marisela Morales fue acusada de varios delitos; abuso de autoridad, intimidación, cateo ilegal de domicilios, manipulación de testigos y tortura.

También fue investigada por asuntos relacionados con el narcotráfico dentro de la entonces SIEDO y por su relación con la filtración de inteligencia a cárteles del narcotráfico.

Fabricó evidencia en contra de militares y civiles avalando las falsas pruebas y acusaciones con la ayuda de testigos protegidos. Durante su gestión se perpetraron cerca de 73 mil homicidios.

Marisela también fue responsable de más de cincuenta casos, todos elaborados con malicia y sin fundamentos. Su único objetivo era presentar culpables para que la sociedad mexicana creyera que estaban combatiendo al crimen organizado. Ahora se presume que en vez de combatirlo, esos corruptos funcionarios fueron socios de uno de los cárteles más poderosos, el de Sinaloa.

Morales, la “heroína” que combatía a la delincuencia organizada, se colgó medallas a costa de la vida de inocentes; muchos que hasta el día de hoy permanecen en prisión. Logró confesiones ministeriales sin sustento, mientras los verdaderos criminales eran protegidos. Orquestó el conocido “Michoacanazo” y la “Operación Limpieza”, operativos durante los cuales arrestó a doce alcaldes, a militares de alto rango y a civiles. Todos los funcionarios fueron liberados por falta de pruebas y después exonerados. Muchos civiles quedaron presos, mismos que siguen hasta el día de hoy esperando justicia.

Marisela fue enviada por Meade como cónsul a Milán porque temían por su integridad física, de que Morales se convirtiera en blanco de un ataque de algún cártel; y también se presume que la enviaron lejos para evitar que con sus arrebatos y sabidas “crisis” soltara la sopa de todo lo que sabía.

Esa es Marisela Morales Ibáñez, la abogada que ahora quiere ser ministra de la Suprema Corte de Justicia, ¿votarías por ella?