Normalmente Jorge G. Castañeda es un gran analista. Normalmente, conste, esto es, casi siempre. Pero a veces —pocas, por fortuna— se equivoca. Y cuando falla, lo hace a lo grande.

El Güero Castañeda dijo ayer en un artículo de Nexos que AMLO presiona a ministros y ministras de la corte suprema y también a sus familias. Es falso. Andrés Manuel López Obrador solo expresa su inconformidad ante ciertas decisiones de la cúpula del poder judicial con las que no está de acuerdo, algo a lo que tiene derecho.

El llamado pleno de la SCJN lo integran 11 juristas de primerísimo nivel. Si se les preguntara su opinión sobre las palabras de AMLO contra los ministros y las ministras cuyos puntos de vista le desagradan, unánimemente responderían que Andrés Manuel no violenta la Constitución. Y no puede violentarla porque la carta magna garantiza el derecho a la libre expresión de todos los mexicanos y todas las mexicanas. No puede haber excepciones, no debe haberlas.

Según El Güero Castañeda, a ministros y ministras les costará mucho trabajo resistir las presiones a que les somete el presidente de la nación. ¿Habla en serio el famoso intelectual? He presenciado en la TV las sesiones de la corte en las que se le lleva la contra al presidente López Obrador y nadie que vote en sentido opuesto a los proyectos de Palacio Nacional lo hace con temor o con preocupación. Inclusive, suele verse a los y las juristas más importantes de México comer tan quitados de la pena en restaurantes capitalinos inmediatamente después de haber invalidado leyes propuestas por Andrés Manuel.

Si hubiera presión indebida o excesiva sobre ministros y ministras se les notaría —al menos un poquito— la intranquilidad. Pero no hay tal. Actúan con absoluta imperturbabilidad no solo porque, como dice el refrán, quien nada debe nada teme, sino porque personas tan conocedoras del derecho y experimentadas en la política están convencidas de que el debate con el presidente López Obrador es eso: un debate perfectamente civilizado entre personalidades importantísimas del Estado mexicano.

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El Güero Castañeda se fue mucho más lejos al decir que Palacio Nacional no solo presiona a ministros y ministras, sino también a sus familias. Dijo el colaborador de Nexos y estratega político fundamental para que Vicente Fox llegara a la presidencia: “Los narcos respetan a las familias, se dice, pero López Obrador no”.

Como calumnia para tratar de ganar un argumento eso pasa, aunque sea muchísimo pasar. Pero como expresión seria no se sostiene.

Quienes no respetan a la familia de AMLO son periodistas y gente de la política cercana a Jorge Castañeda. Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, asociación civil fundada por un aliado de El Güero —don Claudio X. González—, lo mismo que Carlos Loret de Mola, en cuyos programas de internet Castañeda llega a participar, se han lanzado a una brutal campaña de acoso contra los hijos de Andrés Manuel. Acoso, sin duda. Es decir, un paso previo a la violencia golpista. Todavía no se cae en la ilegalidad, pero se acercan, se acercan. Deben tener cuidado, creo.

No cae en el terreno de la ilegalidad que se cuestione a todas las personas mayores de edad cercanas a AMLO. Hacerlo en forma coordinada —un día Loret, después el grupo de Claudio X. y luego Reforma, El Universal, bots de Twitter, dirigentes del PRI y del PAN—, eso no ilegal: eso es una chingadera.

Eso, querido Jorge Castañeda, sí es meterse con la familia. Lo hacen así, Güero, tus amigos de la prensa y los partidos de oposición porque con Andrés Manuel nomás no pudieron. En la impotencia se lanzan ahora contra jóvenes —a quienes considero honorables— que no trabajan en el gobierno. Pretenden restarle popularidad al presidente que detestan porque les quitó privilegios. Me parece que no van a poder.

Posdata 1: Mañana hablaré de críticas muy correctas que Castañeda hizo a la colaboradora de Ebrard que acaba de renunciar a la SRE.

Posdata 2: El acoso no solo va dirigido a la familia de AMLO, sino contra un diario excepcional, La Jornada, al que debemos algunos de los más brillantes capítulos en la historia del periodismo de México.