El acontecimiento más importante en los últimos años en el universo de las redes sociales es la compra que hizo el billonario, Elon Musk, de la compañía Twitter.

El proceso no estuvo exento de complicaciones, pues después de haber anunciado la compra, el dueño de Tesla pareció varias veces arrepentirse de la adquisición.

Sin embargo, la semana pasada se completó la operación y Musk ya tiene el control de la red social.

Lo primero que hizo fue despedir a quienes, según él, habían tomado decisiones que llevaron a la censura de figuras incómodas para lo que él cree es la hegemonía progresista y liberal. Inmediatamente, el ex-presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elogió a Musk y anunció su posible regreso a la plataforma.

Se habla de que Musk gastó poco más de 44 trillones de dólares en la compra de Twitter. Muchos se preguntan la razón por la que Musk se interesó tanto en adquirir la que quizás sea la red social más influyente en todo el planeta.

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Más que económica la razón podría ser política. La causa de corto plazo radica en las elecciones en Estados Unidos en 2024. Existe la creencia en muchos de quienes apoyan a Trump de que, una de las razones de su derrota en 2020, se explica por su expulsión de Twitter justo antes de la elección. No es imposible que influyentes figuras del trumpismo, cercanos a Musk, lo hayan convencido de adquirir la compañía. La explicación de largo plazo, que se encuentra sin embargo ligada con la de corto plazo, es la lucha por la hegemonía principalmente dentro de Estados Unidos, pero también en todo el mundo, entre los populismos de derecha y los grupos liberales hegemónicos.

Cómo lo ha contado recientemente el autor español, José María Lasalle, en su libro El Liberalismo Herido, esta batalla por el poder político pasa necesariamente por ver quién controla las redes sociales, que han probado ser herramientas esenciales para mantener o conquistar el poder. Lasalle se coloca del lado liberal del espectro político en esta batalla y llama a otros liberales a conquistar el valiente mundo nuevo digital, pues considera que los populistas de derecha van ganando la partida.

De igual manera, aunque en el lado político opuesto, Musk parece haberse dado cuenta, o haber sido convencido por sus allegados, de que el poder hoy en día ya no pasa necesariamente por el dominio económico, sino por el control de los algoritmos.

Pronto sabremos si tendrá éxito en su misión y la siguiente prueba serán las elecciones de Estados Unidos en 2024.