IRREVERENTE

Les platico:

Alberto Baillères Gual me contactó en junio de 2019 a través de una amiga en común, que forma parte de la familia propietaria de uno de los periódicos más longevos del interior del País.

Quería narrarme -para ser publicada- la tormentosa relación que tuvo con su padre, lo cual originó que se alejara en California de los negocios familiares.

Ayudó a la realización de ese proyecto el que yo también viviera en Estados Unidos.

Fueron cientos de horas de conversaciones las que tuve con él y otras tantas dedicadas a documentación, investigación, comprobación con otras fuentes y sustento del contenido.

Alberto Baillères Gual es el segundo de los hijos de Alberto Baillères González -fallecido el 2 de febrero de 2022- cabeza que lo fuera de Peñoles, Palacio de Hierro, GNP Seguros y muchas otras empresas.

Recibió en 2015 la Medalla Belisario Domínguez, que motivó el descontento de algunos de quienes se hicieron merecedores a tal distinción, otorgada por el Senado de la República.

Era conocido como el rey de la plata, por sus negocios en la minería y metalurgia, a los que sumaba el comercio, los seguros y las finanzas.

Alberto Baillères Gual vivió -o sigue viviendo- en Estados Unidos, donde se casó en febrero de 1987 con Robin Gage.

Tuvieron tres hijos: Alberto Alexander (+), Natasha y Bijana.

La pareja -ya divorciada- enfrentó la muerte de su primogénito el 30 de septiembre de 2019, a los 29 años.

Cuando esta tragedia sucedió, los siete artículos que escribí ya habían sido validados por Alberto, quien debido a la muerte de su hijo me pidió ponerlos en stand by.

Incluso la amiga en común que nos puso en contacto participó en la revisión de los textos como especie de testigo de calidad.

Pero el mismo mes de la muerte de su hijo, un periódico de San Pedro Garza García publicó profusamente los detalles de ese hecho, con fotos y datos que fueron obtenidas del mismo padre de Alexander o de alguien autorizado por él.

Contacté a Alberto para decirle que si ese había sido el motivo para no publicar la historia que me narró, él mismo se había encargado de quitarle la pausa que me había pedido.

No recibí respuesta.

Nuestra amiga también lo buscó y tampoco le respondió.

Otros proyectos me alejaron de ese y a pesar de su innegable valor noticioso, enlaté los siete artículos referidos.

Tres años después murió su padre.

Entonces, volvimos a buscar a Alberto hijo, con los mismos resultados.

El artículo que publiqué sobre la última reunión de Carlos Bremer con el presidente López Obrador, a la que asistieron miembros de la familia Baillères, revivió el tema y tras consultarlo con quien nos puso en contacto, decidí publicar lo que a partir de hoy y durante los siguientes siete días leerán en estas páginas.

Casos así se dan todos los días en todo el mundo y son del interés de quienes nos interesamos por las vidas de quienes muchas veces actúan -junto a los políticos- como si fueran dueños de un país.

Esta es una manera de bucear en las profundidades de lo que ocurre en el seno de muchas familias de los llamados poderosos influyentes, empresarios, políticos “u” lo que sean.

Cajón de sastre:

¿Arre? ¡Arre!

El Incomparable Iván podrá esperar una semana.