En el Estado de México, la transición de poderes municipales llega acompañada de retos monumentales, especialmente en el ámbito de la seguridad pública. Sin embargo, también se abre una ventana de oportunidad para transformar la relación entre el gobierno estatal y los municipios bajo un modelo de colaboración efectiva, liderado por la gobernadora Delfina Gómez y su equipo, con Horacio Duarte Olivares como pieza clave de la estrategia.

Dos iniciativas recientes, el Operativo Enjambre y el Operativo Atarraya, ilustran un enfoque renovado en la lucha contra la inseguridad. Ambos operativos no solo representan acciones directas contra el crimen organizado y la corrupción, sino que también plantean una visión de seguridad integral, preventiva y sostenible que podría marcar el inicio de una nueva etapa en el Edomex.

El Operativo Enjambre ha sido clave para desarticular redes delictivas en municipios como Naucalpan, Coacalco, Chicoloapan y Amanalco. Con detenciones como la de María Elena “N”, alcaldesa de Amanalco, y varios mandos policiacos vinculados al crimen organizado, el mensaje es claro, la impunidad ya no es una opción.

Pero el alcance del operativo va más allá de los golpes inmediatos. Su modelo, basado en la colaboración entre fuerzas estatales, federales y municipales, permite atacar la inseguridad desde sus raíces. Además, busca sentar bases para la construcción de capacidades sostenibles en los municipios, algo especialmente relevante para los nuevos ayuntamientos que heredan rezagos importantes en materia de seguridad.

Por su parte, el Operativo Atarraya se ha enfocado en otro frente crítico: la inspección y regulación de bares, centros nocturnos y establecimientos que han sido utilizados como plataformas para el crimen, desde el tráfico de drogas hasta la trata de personas.

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Este operativo no solo cierra espacios para actividades ilícitas, sino que también evidencia las complicidades institucionales que los permiten operar.

La llegada de nuevos ayuntamientos en el Estado de México pone a prueba la capacidad de coordinación entre los niveles de gobierno. Para que los operativos como Enjambre y Atarraya tengan un impacto duradero, los gobiernos municipales deberán comprometerse a trabajar de la mano con el Estado y aceptar una supervisión estricta en la selección y operación de sus cuerpos de seguridad.

La gobernadora Delfina Gómez ha dejado claro que la seguridad debe ser una prioridad que trascienda los colores partidistas. Este mensaje ha sido reforzado por Horacio Duarte, quien ha subrayado que no habrá trato preferencial, el único objetivo es garantizar la seguridad de los mexiquenses.