En el Siglo XXI, lugares tan alejados como Mulegé o las islas Marshall son destinos de sacrificio para el sector inmobiliario, de ese sector para crear megaciudades elitistas para mover millones de dólares. No importa cuántos recursos se necesiten: allí se crearán estas urbes VIP.

Baja California Sur es un buen negocio para estos inversionistas. Un ejemplo es Seramai, resultado del extravagante plan para desarrollar inmobiliariamente bahía Concepción justo entre las playas “El Coyote” y “Requesón”, pero ¿quién está detrás al megaproyecto que desde 2005 insiste en desarrollar más de 533 hectáreas en Mulegé?

Como suele pasar generalmente, estos megaproyectos están constituidos en torno a fideicomisos. En este caso son cuatro: Deutsche Bank SA-Institución de Banca Múltiple; División Fiduciaria BANAMEX SA en un carácter de fiduciario del fideicomiso 4438.3; Theodore Edmons Gildred Green y Bahía de Baja California SA.

El megaproyecto Saramai

Propone la construcción de dos hoteles de cinco estrellas, un campo de golf con 18 hoyos de 584 mil metros cuadrados, un lago artificial y áreas comerciales, así como villas residenciales de lujo. Uno de los recintos hoteleros es el Hotel Amán con un tamaño de 10, 084 metros cuadrados en Punta Santa Bárbara.

30 lotes se destinarán para construir las villas Amán de 2 y 5 recámaras con 97 mil metros cuadrados, 35 más para villas Guest Pavillion de 1 y 2 recámaras con una extensión de 14, 352 metros cuadrados, 20 lotes para villas Seramai con 41 mil metros cuadrados, 21 lotes para villas de Golfo con una dimensión de 27 mil metros cuadrados y 58 lotes para villas la zona más elevada con un tamaño de 45 mil metros cuadrados.

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Va el segundo intento

No es la primera vez que el megaproyecto tiene autorización. Ya había tenido el consentimiento ambiental en 2008, pero el permiso otorgado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a Bahía de Baja California SA de CV venció, por lo que apenas fue ingresado otra vez en modalidad particular este 30 de septiembre de 2021 para su evaluación de impacto ambiental.

Bon Vivant Resorts (BV Resorts) es el consorcio que está detrás del Seramai. Lo forman tres personas: Theodore Gildred, Frank Stork y José Fimbres Mendoza. Juntos operan y administran el ambicioso megadesarrollo que podría dejar, sin dudas, varios millones de dólares en las cuentas de los bisnes men en cuestión.

Construir en una zona de protección

Información integrada en el Programa de Ordenamiento Ecológico General del Territorio (POEGT), Seramai está dentro de la Región Ecológica 6.32 y la Unidad Biofísica Sierra La Giganta (UAB-3), misma zona que es considerada para Protección, Preservación y Aprovechamiento Sustentable.

Conforme al Programa de Ordenamiento Ecológico Marino del Golfo de California, el sitio coincide con la Unidad de Gestión Costera 3, integrada por 11 unidades ambientales, una de ellas integra al cuerpo de agua de Bahía Concepción.

¿Quiénes están detrás?

Empresarios involucrados en desarrollar Saramai en Mulegé

Sin duda, el que llama más la atención de la triada de empresarios es José Baraquiel Fimbres Mendoza, parte del consejo directivo que José Fimbres Moreno (1931-2008) fundó como Empresa Central Detallista, S. A. de C. V. que, al mismo tiempo, es operadora de los cerca de más 50 Mercados Calimax.

Además, supervisa las inversiones inmobiliarias de la empresa Bon Vivant Resorts que cuenta con tres proyectos: Seramai en el municipio de Mulegé en Baja California Sur, Beran Island con 18 hectáreas ubicada en el paraíso fiscal de islas Marshall y el hotel Downtown La Proper, en Los Ángeles, California.

El otro cofundador es Theodore Gildred que a su vez es director de The Lomas Santa Fe Group, establecida en los sesentas cuando desarrollaron 468 hectáreas en el norte de San Diego y crearon Lomas Santa Fe en Solana Beach. Además, fue banquero de inversiones en Morgan Stanley.

El tercero es Frank Stork que en las últimas décadas se enfocó en proyectos empresariales y desarrollo inmobiliario. En 1995 fundó Portico Development en Europa central. Se centró en proyectos comerciales de alto perfil centrados en cines y conceptos de venta minorista.

A consulta pública

Sin duda, este tipo de desarrollo esconde un doble discurso. Por un lado, se vende la idea a los locales que se impulsará la generación de empleos, pero por el otro se observa las grandes movilizaciones de capital a un territorio como Mulegé.

Lo que no dicen cómo impactará los sistemas socioecológicos, es decir, las playas que tradicionalmente eran usadas por los locales serán ahora de reservas prístinas para sus nuevos dueños buscando el confort y la privacidad para ellos.

Por ahora, ya solicitaron la consulta pública a la autoridad ambiental mexicana. Algunas organizaciones, como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), ya analizan el caso de otro megaproyecto inmobiliario disfrazado de complejo turístico.

La pregunta es: ¿quién gana más: ellos o nosotros?

Carlos G. Ibarra: @Cachobanzi