DESDE EL SEXTO SOL
Los ojos del mundo admirarán este Viernes Santo, la escenificación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa con el fervor y el amor de un pueblo, que invita a creyentes y no creyentes a vivir las últimas horas de Jesucristo.
Hay malos religiosos y ateos extraordinarios y gnósticos y escépticos, pero lo importante es hacer lo correcto en la vida y ser un buen ciudadano, con respeto a todos y al resto de las religiones, México ofrece la escenificación más importante que es vista en el Vaticano, en Jerusalén, por musulmanes e incluso, turistas de todo el mundo y de todas las religiones, incluida la prensa, ya arribaron a la Ciudad de México, para estar en Iztapalapa, ya que se requiere acreditación con tiempo, ante las aglomeraciones de visitantes, que cada año, rompen récord.
México se sigue ofreciendo al mundo, con lo mejor de su gente, los actores de Iztapalapa, que ensayan desde enero.
Este año, David Uriel González representará a Cristo, cargando una Cruz de casi cien kilos en el trayecto de dos kilómetros desde la avenida Hidalgo hasta la subida al Cerro de la Estrella, que representa al Gólgota de Jerusalén.
Hoy en día, se toman medidas estrictas por la seguridad de todos y el avance de la prensa es en la retaguardia de la procesión.
Hace años, cubrí está escenificación y aún podíamos acompañar el avance de Cristo cargando la cruz y en verdad, es muy peligrosa para todos los actores realizarla, pues quienes hacen el papel de soldados romanos y pueblo y nazarenos que vienen detrás, hacen todo tipo de movimientos con tanto realismo, que no puedes fallar en su seguimiento, aunque los raspones y caídas son inevitables, de ahí, los cambios a la cobertura de prensa.
Es única, fantástica, maravillosa y de mucho peligro para el actor principal que representa a Cristo y para el resto de los actores, por eso, los invito a verla.
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