Sus críticos no encuentran la fórmula para perjudicar realmente a Andrés Manuel López Obrador. Más lo cuestionan, más crece la imagen del presidente —y más avanza su partido, Morena, en las encuestas de preferencias electorales—.

Como nada le ha funcionado contra AMLO, la comentocracia ha innovado. Ahora realiza un periodismo Netflix, esto es, de series de narcos.

El primer capítulo de la serie lo presentó ayer Héctor de Mauleón, en El Universal. Dijo, con cierta prudencia, que “existe la versión, surgida del círculo cercano al presidente López Obrador, de que durante la visita realizada a Washington la semana pasada, la vicepresidenta Kamala Harris informó al mandatario mexicano que un equipo de la DEA había localizado en Choix, Sinaloa, al narcotraficante Rafael Caro Quintero”.

El segundo capítulo, a cargo de Raymundo Riva Palacio, en El Financiero, se fue mucho más allá del citado “existe la versión” para dar detalles acerca de cómo, se supone, la vicepresidenta de Estados Unidos presionó a AMLO en un desayuno en Washington.

Raymundo habló, con vocación telenovela, de un “desayuno difícil y tenso”; de que Andrés Manuel “cayó en una trampa”; de que Kamala “dejó caer la bomba”, ya que el “quid pro quo sería Caro Quintero”; de que la vicepresidenta de EU “sorprendió” al presidente de México “con la petición de detener a Caro Quintero con fines de extradición”; que Kamala, cuando vio a AMLO tan sorprendido, “actuó rápidamente para evitar un choque”; que luego, para “acorralar” a López Obrador, “le dijo Harris que le preocupaban las resistencias públicas de su gobierno a capturar y extraditar a narcotraficantes buscados por Estados Unidos”; que durante el encuentro con Harris el presidente (AMLO) reaccionó y alegó contra la extradición, argumentando que Caro Quintero había sido juzgado, sentenciado y purgaba su condena en México”; que “la recaptura de Caro Quintero no había estado en los planes ni en las intenciones de López Obrador”; que Andrés Manuel “se quedó sin margen de maniobra ante Harris y aceptó la petición”; que Kamala “impuso que fuera la Marina la responsable del operativo”; que en cuanto el presidente de México “admitió las condiciones de Harris, la DEA entregó la información a la Marina”; que la captura de Caro Quintero estaba en los planes del gobierno de Estados Unidos previo a la Cumbre de las Américas”; que todo esto es “una prueba más de lo que le costó a López Obrador el boicot a la cumbre”.

Periodismo ficción, sin duda, que le hace a AMLO lo que el viento a Juárez… y que tanto fortalece a Morena. No, la culpa de que el partido de izquierda crezca en cada encuesta y la oposición vaya cuesta abajo no la tienen Alito Moreno y sus escándalos, sino el periodismo absolutamente fantasioso que ha perdido toda su credibilidad.