A la derecha fascista y panista en México -así como en muchas otras partes del mundo- no le interesa en lo más mínimo, el diagnóstico estructural y las líneas alternativas de acción programática: los por qué, para qué y cómo se están haciendo los cambios, dado el actual contexto socio político y socio económico del país.

De igual forma -y evidentemente por su propia naturaleza conservadora, vil y corrupta- no les importa el esfuerzo ético, conceptual, empírico, práctico y estadístico de -por ejemplo- los programas sociales universales y de otras muchas cosas de la historia, la cultura y la vida pública de México.

Y finalmente -obvio- tampoco les importa (incluidos ciertos sectores “progres” que hoy -de forma totalmente desmemoriada y ruin- están alineados, hermanados e igualados con los canallas y corruptos conservadores) qué tan bien se intenta explicar la coyuntura del actual cambio de régimen -vía pacífica y electoral- en cuanto a objetivos, antecedentes, alcances, obstáculos, resultados, indicadores, ajustes y continuidades por realizar.

Y eso de parte no solamente de sus corruptisímos dirigentes y candidatos prianistas y oligarcas de cuello blanco, sino de sus más -brutalmente- ignorantes seguidores (incluyéndolos en su modalidad facha o derefacha) algunos -aun con carrera o posgrado en camino o terminado- siguen atrapados en esa retrogrades tóxica y de falso aspiracionismo que los primeros les proveen desde hace años.

Ya que -y esto va para los segundos mencionados- si estás prosperando en tu vida de forma legal y legítima, no sólo es por tu propio esfuerzo, hay muchos factores adyacentes de por medio, ya que incluso, siempre habrá gente que se ha esforzado más y con mayor talento que el tuyo, pero que no ha tenido la oportunidad de avanzar, ya que han existido muchas condiciones estructurales en contra, y debes entender que lo que a todos nos conviene -sí, también para que sigas progresando- es que se busque y procure la paz y la tranquilidad social, ello como fruto de la justicia, la equidad y el bienestar social.

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Por lo mismo y de igual forma, es muy imbécil tu intento de ridícula ostentación: nadie te va quitar nada -si lo has conseguido conforme a la ley- al contrario, que haya amplitud y mejores servicios públicos (mejor y mayor cobertura en educación y salud), más trabajos, mejores salarios, funcionarios honestos, eficientes y austeros es -hasta por sentido común- lo mejor para todos y todas.

Y qué decir de tu rechazable clasismo y racismo en motu proprio (tú vales igual que todos: ni más ni menos) y del que te imprimen en el día a día -y desde hace décadas- esos mismos oligarcas reaccionarios y traficantes de influencias (vía sus esbirros mediáticos de siempre), sólo para que ellos regresen al poder, junto con sus mediocres y corruptos políticos-tecnócratas prianistas (que volverían para seguir haciendo sus sucios -pero jugosos- negocios al amparo del poder público) y para que los grandes corporativos empresariales de los oligarcas -entre otras cosas- vuelvan a dejar de pagar sus impuestos, ya que hoy -gracias al cambio de régimen vía el mandato de las urnas con Andrés Manuel al frente- los tienen que pagar de forma proporcional a sus cuantiosas ganancias (justo como lo dice la ley).

Entonces: ¿ahora entiendes el por qué de un simple “meme” salinista y listo? No quieren que comprendas, debatas, ni reflexiones, te quieren engañado, manipulado y dócil por siempre y para siempre.

Así que: ¡Carajo! ¡No sigas o no te conviertas en un analfabeta político de tiempo completo y sin retorno!

No obstante y pese a todo lo mencionado con anterioridad, desde aquí la obligación moral de crear un poco de conciencia social, seguirá sin duda alguna.

Por ello es que hoy en día, si bien es cierto, que desde este lado del cuadrante verdaderamente progresista, hay que resaltar la importancia de la transversalidad de los movimientos sociales que empujan diversas causas justas, de la misma forma es indispensable tener en claro (impulsándolo desde la izquierda social e intelectual que apoya la 4ta trasformación de la vida pública del país y al gobierno de la República encabezado por el hoy presidente Andrés Manuel) que esas demandas colectivas se deben necesariamente de trasladar al ámbito institucional, es decir, a la agenda de un gobierno progresista y de ahí a leyes (ámbito legislativo), programas e inversión social productiva -de dispersión de recursos- en beneficio directo de la población.

Sólo así valdrá la pena (se cristalizará) todo el esfuerzo de organización y movilización social (incluyendo desde luego a la encomiable agenda feminista).

Claro es que de lo primero -de la constante participación del pueblo de México-, siempre se impulsa lo segundo, ya que es todo un intrincado círculo -óptimamente virtuoso- de gobernabilidad democrática.

Por ello, es que para seguir construyendo -como se está haciendo desde hace más de 4 años y medio en nuestro país- una nación con igualdad de oportunidades, con inclusión, justicia social, equidad de género y libertad (dentro del marco de leyes progresistas), se tienen que dejar atrás las posiciones sectarias, los infantilismos, un tipo de pensamiento mágico y en concreto se debe optar -con convicciones, ideales y principios solidos- por la democracia participativa, para -en el mediano plazo- recuperar y renovar las instituciones públicas del país y ponerlas directamente -así como evidentemente el presupuesto público- al servicio del pueblo, justo como -repetimos- se ha venido haciendo paulatinamente y aún con muchas cosas por mejorar y consolidar, durante el primer gobierno progresista de la 4T en México, ello durante el gobierno de un líder histórico y honesto como lo es y ha sido el presidente AMLO.

Por eso, no hay que olvidar como un ejemplo ilustrativo de la actual transformación del país, la correcta decisión de gobierno (después de una amplia consulta pública), para decretar y reconvertir el antiguo lago de Texcoco en una Área Natural Protegida, la cual fue la -decisión pública- más adecuada para el interés del bien general, tanto ambiental como de desarrollo económico y social sustentable.

También -y en el mismo tenor ejemplificador- el gobierno de AMLO ha emprendido diversas acciones para rescatar a las hidroeléctricas, las cuales están -y más adelante lo harán de forma mucho más sostenible- abasteciendo de energía a la nación. ¿Cómo?

Modernizándolas y cambiando sus turbinas que llevaban muchos años sin mantenimiento, para generar energía eléctrica de calidad, a bajo precio y limpia (no contaminante), todo ello junto a la reciente adquisición de plantas de generación eléctrica de ciclo combinado y eólicas, además de la nacionalización del litio y la regulación -como protección medio ambiental- de buena parte de las concesiones y la actividad minera inherente a ellas.

Sumado a ello, con los anteriores problemas y el brutal déficit -no sólo en energía eléctrica sino sobre todo- en refinación -y su posterior distribución- de gasolinas, siendo corregidos con aptitud y prestancia en el presente, más la estrategia contra la ilegalidad y el hurto en Pemex, todo ello ha generado sólidos rendimientos positivos y en lo inmediato el plan ha sido eficaz para generar un ahorro fenomenal -para después reinvertirlo social y productivamente- no sólo a la hacienda pública mexicana (el dinero de todos y todas), sino en el bolsillo de cada uno de nosotros.

¿Se entiende mejor para qué sirven los pilares de combate a la corrupción, eficiencia, honestidad y transparencia en el manejo y la redistribución de los recursos públicos, así como el pilar de la soberanía y la estratégica autosuficiencia energética?

En esa misma tesitura (aparte de que jamás se había hecho antes) algo interesante de la política de transparencia y rendición de cuentas del actual gobierno de la República, es que ha evitado ataques a futuro.

Por ejemplo: los bienes inmuebles con los que cuentan los funcionarios públicos dentro del gobierno federal, han salido a la luz pública -de hecho- por sus propias declaraciones patrimoniales presentadas ante la Secretaría de la Función Pública ¿Se comprende?

Es decir, no existe simulación alguna, incluso ello ha servido para darle mejoras al sistema de declaranet, ya que en esencia, las declaraciones de los bienes y el patrimonio con el que cuenta cada funcionario (recordemos que los otrora ofensivos sueldos de los altos funcionarios públicos -así como más de la mitad de sus onerosos puestos- dentro del gobierno federal incluido el del Presidente de la República, se ajustaron a la baja -a menos de la mitad de lo que antes ganaban- vía Ley de Remuneraciones) están siendo periódicamente actualizadas (sus declaraciones patrimoniales), fiscalizadas y son públicas, y ese es el camino, ir mejorando cada vez más los mecanismos de rendición de cuentas y transparencia en la gestión y conducción del gobierno, además de tratar de hacer cada vez más con menos, en cuanto al gasto operativo del gobierno federal -sin ningún privilegio ni lujos- dentro de cada una de las Secretarías de Estado.

Y por eso también es muy importante (en este proceso de transformación): la comunicación directa, honesta, valiente, horizontal, concietizadora (con el contexto histórico correcto), la información pública y el diálogo diario, circular y de ida y vuelta del presidente Andrés Manuel -y de su sucesora Claudia Sheinbaum con rectitud, visión, aplomo y tenacidad- para con el pueblo de México.

Además, por la misma razón en la actualidad, no hay ni un sólo argumento que pueda justificar lo indefendible: el despilfarro, el gasto superfluo, el lujo y boato de la actual SCJN y del anterior y mediocre -hasta la médula- consejo general del INE y demás consejos estatales (así como de otros organismos autónomos del pueblo de México, no de la oligarquía neoliberal y de su fúnebre pasado).

Por ello y en contraparte (al recortar lujos y estructuras innecesarias en la punta de la pirámide para redistribuirlo en la base), otro pilar sostenible que es vital en la actual 4T, es justo la nueva política salarial y los muy importantes y necesarios cambios a la ley laboral en México, que impulsan plenamente la democratización sindical, y que han revertido poco a poco y en los hechos: la reforma laboral aprobada por el PRI y PAN en 2012, una contra reforma lasciva contra la estabilidad, la productividad y la dignidad laboral de los y las mexicanas.

Y desde luego, hoy estamos viendo lo qué nos indican -y seguirán indicando- las distintas evaluaciones del INEGI y Coneval sobre pobreza y desigualdad, ya que observamos claramente (con datos y estadísticas fundadas metodológicamente en la realidad) que hay una disminución de ambas, porque en la actualidad contamos -con una estabilidad macroeconómica de por medio- con esa recuperación progresiva del salario mínimo (ya muchísimo más acotado el outsourcing y también con un mayor y mejor reparto de utilidades), junto con la política de inversión social productiva expansiva del gobierno federal, con los millones de becas y pensiones del bienestar (ya con rango constitucional y con presupuesto anual incluido producto de una reforma propuesta por el Ejecutivo Federal y aprobada por una mayoría progresista en el Congreso: importantísimo).

Sumado a las nuevas escuelas, prepas y universidades públicas, con nuevos hospitales (con medicamentos gratuitos y de calidad, así como nuevos cuadros de jóvenes médicos especialistas muchos de ellos y ellas formándose con becas del renovado Conahcyt en el extranjero), con reforestación productiva y apoyo directo al campo (a los pequeños y micro productores), con microcréditos, bancos del bienestar, internet para todos en avance, con caminos, puentes, presas, parques ecológicos, centros culturales públicos, carreteras, vías férreas y transportes públicos -con nuevos aeropuertos, puertos, trenes- de calidad, asequibles y ecológicos.

Finalmente, reflexionamos que una adecuada convergencia entre la protección medio ambiental y la sustentabilidad, son -como vemos- la clave en el equilibrio natural y el vital desarrollo regional en infraestructura pública hídrica y de movilidad e interconectividad sustentable, que se busca durante esta etapa de configuración de la 4T en México.

Así que: vamos a seguir, desde luego.

Twitter: @JorgeGarciaG26