Como que algunos morenistas y aliados “ven bajito el zarzo”. Se les ha hecho fácil jugarle chueco al gobernador Rubén Rocha Moya. No están acostumbrados a un verdadero jefe político. Sí están habituados a negociar por la libre para sus intereses.
El lunes comenzó con todo.
El gobernador de Sinaloa utilizó su espacio semanal para hablar sin pelos en la lengua. No se cortó nada y fue transparente. Entre diversos temas destacaron dos. El primero, confirmó la versión de lo que habíamos dicho en este espacio en torno a la famosa cena de AMLO con empresarios sinaloenses.
Segundo, la elección de consejeros en morena en Sinaloa. Fue claro al decir que otro partido político se involucró activamente en el proceso interno de su partido. Señaló al Partido Sinaloense (PAS) que regentea Héctor Melesio Cuén de meter una consejera y un consejero por distrito, 14 en total.
Desde la elección del 2021 Cuén ha calculado mal sus jugadas.
Anunció prematuramente un cogobierno que no sería nunca, pues jamás se acordó. Filtró que no sería menos que Secretario General de Gobierno o de Educación. Renegó de la Secretaría de Salud que recibió. Utilizó al PAS desde los cabildos para torpedear a los alcaldes morenistas y provocar inestabilidad política.
No conforme, los legisladores pasistas en el Congreso se opusieron en diversas ocasiones a la voluntad del ejecutivo.
El cuenismo también estuvo apoyando al impresentable ex alcalde de Culiacán Jesús Estrada Ferreiro. El colmo, contravenir una instrucción directa del gobernador al solicitarle desistir de las demandas contra periodistas.
Ello derivó en su destitución. Pifia tras pifia y con una visión obtusa de la política Cuén se ha cansado de provocar al mandatario sinaloense.
Melesio Cuén ha presumido últimamente cercanía con Adán Augusto. Ha dicho que se la va jugar con él para la presidencia. De aquí deviene el más reciente error. Seguramente el maestro y ex rector de la UAS presumió en Gobernación su gran estructura y fuerza.
Seguro cuenta como hazaña haber colado 14 consejeros en Morena. Si le preguntan a él, lo contará como una proeza y el resultado de su gran habilidad política. Nada más alejado de la realidad. El líder pasista opera obcecado con el poder que detenta por el control faccioso de la UAS.
Tras la salida de Cuén, Rocha fue respetuoso y preservó en el cargo a diversos pasistas. Este mismo lunes el gobernador anunció la intromisión del PAS y no tardó en hacer cambios en su gabinete en consecuencia.
Premio para Randy Ross quien apoyó al gobernador en campaña y se suma a COEPRIS. También Pucheta que se pronunció por Rocha inmediatamente después de su victoria junto con Adolfo Rojo; ambos llegan respectivamente como subsecretario y director en la Secretaría de Turismo.
No dimensionan la cercanía de AMLO con Rocha
López Obrador ha sido contundente en sus mensajes políticos. Cada vez que ha podido ha ponderado el nivel de jefe político en el estado para el Gobernador Rocha Moya. AMLO confía plenamente en él.
Tanto, que en Palacio Nacional identifican a los mandatarios de Sinaloa y Baja Sur como los únicos gobernadores verdaderamente de la izquierda legítima.
Se les respeta y da su lugar.
Al mismo tiempo, Adán Augusto tendrá ahora la película completa. Ya podrá valorar la desmedida ambición política de Cuén. El Secretario de Gobernación no puede ni debe sumar a su equipo a un personaje que no respeta la jefatura de un gobernador morenista.
No imagino a un presidenciable desplazando a cualquier mando del ejecutivo estatal para negociar directamente con grupúsculos locales.
Mientras, se acelera el paso para la conformación del “rochismo”. Olvídense de las filias. No son priistas ni panistas. Son “Rochistas”. Y si hace falta, serán morenistas. Pero eso si, los impulsores más fieles de la 4T tienen y tendrán siempre un lugar en el equipo político del ejecutivo en Sinaloa.
Manotazo en la mesa de Rubén Rocha Moya. Los cambios llevan mensaje.
Ya se verá.
Vanessa Félix | Twitter: @vanessafelixmx