La canciller de México, Alicia Bárcena, dijo en la red social X: “Lamento informar que nuestra @EmbaMexIsr, nos ha comunicado que una mexicana y un mexicano han sido presuntamente tomados como rehenes por el grupo Hamas, en Gaza, este sábado. Estamos en contacto con autoridades en Israel y los familiares para dar seguimiento, apoyo y atención”.

La periodista Danielle Dithurbide identificó al mexicano secuestrado por el grupo terrorista que atacó al pueblo de Israel: “Ella es Shani Louk (alemana-israelí), su mamá la ha identificado en la espantosa imagen en la que integrantes de Hamas la llevan sin vida en una camioneta. Él es Orion, su novio, es mexicano y sería uno de los rehenes del mismo grupo. Ambos estaban en un festival de música muy cerca de la Franja de Gaza”.

Tengo el privilegio de tratar a personas de Israel que brillan por su civismo, su creatividad, su capacidad innovadora y su pasión por el trabajo productivo. La sobrina de una ciudadana israelí que conozco desde hace tiempo y aprecio bastante estaba en un festival de música en el momento del asalto terrorista, quizá el mismo espectáculo en el que fue tomado como rehén el mexicano Orion. La familia de la jovencita vivió horas de angustia porque ella no aparecía. Finalmente la encontraron, viva afortunadamente. Ella necesitó ayuda para salir de donde estaba atrapada, debajo de un par de muertos que le impedían moverse.

La mexicana secuestrada por Hamas es Ilana Gritzewsk. Lo confirmó su padre a Encale judío. Ilana, también una mujer joven, seguramente acudió al festival en el que Orión fue privado de su libertad.

Nada justifica el terrorismo, menos aún contra muchachos y muchachas que se divertían escuchando música. Pero, desgraciadamente, he visto ya demasiadas personas en las redes sociales de México argumentando que el pueblo de Israel merecía lo que pasó por supuestamente negarle a los palestinos el derecho de habitar las tierras que les pertenecen. Me parece por lo menos exagerado decir que el Estado de Israel es el responsable de todas las desgracias de Palestina, pero inclusive si fuera el caso, tendría que buscarse la justicia con métodos civilizados y pacíficos.

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Me duele que existan mexicanos y mexicanas de izquierda que justifiquen el terrorismo solo porque golpea a Israel. No entiendo la razón de tal antisemitismo. Desgraciadamente no tarda en aparecer en la prensa y en las redes sociales la peor justificación de los actos terroristas: el consecuencialismo, es decir, la tesis falsamente ética según la cual se pueden cometer asesinatos si se trata de lograr un beneficio superior. Algo así como el utilitarismo de la famosa frase el fin justifica los medios.

Leí un artículo del italiano Giorgio Faro, de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en el que analiza las motivaciones del personaje de la novela Crimen y Castigo, de Dostoievski. En esa obra maestra Rodión Raskólnikov asesina a una anciana usurera “porque es inútil, mientras que su muerte será útil robándole sus posesiones”.

Giorgio Faro hace dos preguntas:

  • ‘¿Tiene el hombre el derecho de cometer un poco de mal para conseguir un gran bien, asesinar un ser malvado (la vieja usurera), para salvar a muchos buenos (por ella chantajeados), de otro modo condenados a la perdición?’
  • ‘¿Se puede cometer uno de los peores delitos, en nombre de un ideal (como piensan también los nihilistas revolucionarios rusos)?’

Es la lógica del terrorista: una cuantas muertes a cambio de un bien mayor. En la novela Raskólnikov se arrepiente después de confesar su crimen a Sonia, la mujer que ama. En la vida real, ¿se arrepentirán los terroristas de Hamas cuando hablen de lo que hicieron en Israel, sobre todo de sus crímenes en un festival de música al que llegaron los y las jóvenes después de conducir su automóvil durante horas?

The Guardian asegura que unas 200 personas fueron asesinadas en el mencionado festival y al menos a 100 se les tomó como rehenes: “Algunos asistentes vieron a sus amigos morir frente a ellos; otros se hicieron pasar por los muertos durante horas hasta que escucharon voces que hablaban en hebreo y supieron que la ayuda había llegado”.

El citado diario británico informa que “en el pasado, Hamas ha utilizado a los israelíes cautivos como moneda de cambio para asegurar la liberación de sus miembros en las prisiones de Israel, pero nunca ha logrado apoderarse de más de una pareja a la vez hasta ahora. Gilad Shalit, un soldado detenido en Gaza durante cinco años, fue puesto en libertad en 2011 a cambio de más de 1,000 prisioneros palestinos”.

Un rehén para liberar a mil. Absurda lógica aritmética con la que el terrorista se justifica. ¿Tiene sentido que la utilice gente en México para justificar y aun aplaudir el ataque contra tantas personas inocentes en Israel?

Por lo demás, Hezbolá ha decidido entrar al conflicto. Una razón adicional para que México no permanezca neutral en la guerra que Israel NO inició. Mal hará el presidente López Obrador si su posición es la acostumbrada: anunciar que no debemos intervenir en conflagraciones ajenas, ni siquiera con una condena a los terroristas.

Esa neutralidad será un error de Andrés Manuel no solo porque la moral exige estar con el agredido, sino también porque —cito un artículo de Raymundo Riva Palacio de 2019— “documentos judiciales en Estados Unidos han demostrado que esa organización (Hezbolá) financió algunas de sus actividades militares con dinero de Los Zetas, y, a través de esos vínculos, el Cártel de Sinaloa envió cuadros a Irán para adiestrarse en la preparación de autos-bomba, que comenzaron a usar en 2008″.