Hoy en día, hay un partido político, el Partido Acción Nacional, que, desde mi punto de vista, prácticamente está evaporándose. Creo que tiene que ver con dos cosas:
Primero, la gandallez de Marko Cortés, dirigente del PAN, quien sigue en su pedestal y no quiere bajarse de él para cedérselo a otra persona porque la verdad es que él ha de pensar que se vive muy bien con ese “trabajo” sin hacer nada.
Nadie quiere a Marko Cortés dentro de el partido y tampoco fuera de él. Cuando habla lo hace sin gracia, como si le estuviera hablando a una pared. No expresa mayor emoción, totalmente “aplanado” afectivamente. No le creo nada.
Los ciudadanos tampoco lo respaldan. Lo vibran opaco, poco transparente, un tanto embustero, o así lo vibro yo.
Y bueno, ayer Marko Cortés arremetió contra Felipe Calderón, diciéndole que era muy malo por haber tenido entre sus allegados políticamente hablando a Genaro García Luna.
El golpe que le dio Marko al expresidente de México de fondo me parece que tiene mucha sustancia.
Por algún motivo lo hizo y lo dijo, quizá para distraer, quizá para empantanar a Felipe Calderón, pero ¿por órdenes de quién?, lo dijo con tal rabia que no se lo creí.
Es decir yo lo noté más como una especie de venganza personal que otra cosa.
No podemos separar de nuestra mente que Felipe Calderón Hinojosa tiene tatuado al PAN en la frente. Aunque él haya dicho que se bajaba el partido.
Es inevitable no ver a Felipe Calderón sin el PAN. Es como si tuviera tatuado las siglas de dicho partido y todo lo que representa.
Por eso es que creo que el golpe de Marko Cortés vino de un miedo personal. Quizá Felipe le sabe muchas cosas a Marko.
Hoy sin que Marko haya dicho claramente que se va de la dirigencia del PAN, están contendiendo dos persona para tal puesto:
Jorge Romero Herrera y una figura fresca y nueva con Adriana Dávila.
Jorge Romero es un joven que desde más joven tuvo la macabra idea de enriquecerse con la sobre explotación del subsuelo en la alcaldía Benito Juárez, en la CDMX, siendo su jefe delegacional entre el 2012 y 2015.
En ese entonces yo vivía en la capital del país y la casa de mis padres estaba en la Benito Juárez. Me tocó ver con mis propios ojos la construcción masiva de edificios, unos tras otros, los famosos City Towers, unos complejos de edificios que tienen cientos de amenidades, con cierto lujo.
Después vino la construcción del Hospital Ángeles Universidad. Las potentes máquinas excavadoras hacían que la casa de mi padre quien tenía demencia se cimbrara como si estuviera temblando todo el día. Hice todo lo que pude para que parara esa situación, pero todo fue en van, nadie me quería hacer caso.
El negocio del cártel inmobiliario que sí existió y existe era mucho más grande que yo.
Me mandaron a un abogado de “ellos” (no sé si del hospital o de la alcaldía) mintiéndome, diciéndome, que sería una agencia de coches y que la máquina excavadora pararía pronto. Eso no fue así.
Después, al oído en otro encuentro que tuve con el abogado para rogar que detuvieran esas máquinas, me dijo que le vendiera la casa de mi padre y que me daría incluso el doble de su valor. Me negué. La casa de mi padre era su templo y refugio y no iba a sacarlo de ella.
Nada importó. Fue casi un año de esa pesadilla. Hubieron daños estructurales en la casa de mi padre debido a toda la maquinaria que entró para construir el hospital pero nadie vio por ello tampoco
Ahí me di cuenta de toda la porquería que se maneja dentro del cártel inmobiliario, abanderado por nada más y nada menos que Jorge Romero. El mismo que hoy quiere ser líder del PAN.
Y por otro lado, tenemos a una política sumamente recta y honesta quien sí quiere liderar al PAN para devolverle su integridad y su prestigio y se llama Adriana Dávila.
Ella ha tenido que luchar contra el sistema machista, porque todos los hombres panistas reconocidos en la política están apoyando a Jorge. Un Santiago Taboada, Javier Lozano, y varios amigos más.
Yo conozco a Adriana Dávila, siendo un gran ser humano como lo es, no me cabe duda que ella sería la persona idónea para liderar al PAN.
Ya sabemos para qué quiere Jorge Romero tener el control del partido, y no es precisamente para ayudar a la gente como lo dice en su campaña que por cierto quién sabe quién financió porque me parece excesivamente cara. Parece campaña presidencial.
Adriana Dávila se ha visto mucho más mesurada en su campaña, básicamente queriendo que la gente la conozca.
Y el segundo motivo por el que creo que el PAN se diluye es porque la gente se decepcionó de una Xóchitl Gálvez que al final ni ella misma se creía que pudiera ser presidenta y se bajó del ring.
Hoy casi no se sabe de ella y mucha gente le depositó toda la confianza. Ella también es el símbolo del panismo pero pareciera que se desapareció.
Definitivamente si gana Jorge Romero el liderazgo del PAN yo no voltearé jamás a ver ese partido político. Lo difícil es que no tengo muchas opciones.
En fin…
Dejo aquí el tema para el análisis personal de cada quién.
Es cuanto