“La llamada más elevada de la mujer, es guiar al hombre hacia su alma, de forma que pueda unirse con la fuente; la llamada más baja, es seducirlo, separarlo de su alma, y dejarlo vagando sin dirección.
La llamada más elevada del hombre, es proteger a la mujer de forma, que ella sea libre de caminar la Tierra sin hacerse daño; la llamada más baja, es acorralarla y forzarla a estar sujeta a su vida.”
Leyenda cherokee
Lo anterior viene a colación por todo lo que hemos estado viendo en los últimos tiempos, sobre todo con una carretera de información tan fluida como es la Internet y las redes sociales. Los videos de TikTok, los reels en Facebook, los vídeos cortos en YouTube, todo se vuelve una mezcolanza tremenda de pensamientos, de emociones de opiniones; todas ella encaminadas o la gran mayoría, a monetizar, buscando ganarse unos pesos, sin importar que clase de contenido compartan, lo satisfactorio es ganar adeptos, sin cuantificar cual sea el precio que se tenga que pagar por ello.
Últimamente hemos hablado mucho sobre la Revolución de las conciencias. Todo esto aparejado con el tema que desde Presidencia de la República el Licenciado López Obrador, nos ha manifestado en muchas de sus conferencias, dónde hace mención, y da referencias claras sobre esta frase en particular.
Las redes sociales; ¿buenas o malas?
Eso nunca lo hemos puesto en tela de juicio, pero si se habla de revolucionar conciencias y no siempre será el mejor referente, dependerá de lo que cada individuo pueda encontrar, digerir y retransmitir.
Cuando se trata de manipulación emocional, parece no importar el grado escolar; al parecer aquí no aplica el grado intelectual, el grado de estudios que manejas o los títulos enmarcados en la sala que poseas. Lo que podemos ver que se califica es el índice de inteligencia emocional que los ciudadanos o los internautas poseen… ¡Y ahí vaya que presentamos serías carencias!; ¿Que lleva todo esto?
Hablar sobre diferentes tópicos y temas que youtubers, tiktokers e influencers manejan mañosamente en las diferentes redes.
Todo con la finalidad de ganar adeptos, de sumar likes, de monetizar, y con ello sentirse los nuevos dirigentes, los líderes de ciertos grupos; al final terminan convirtiéndose remedos de flautistas de Hamelin. Lo más triste de esto es percatarnos que hay personas con grados de licenciaturas, maestrías, incluso con doctorados académicos en el extranjero, compartiendo y cayendo en las falacias que desde la pantalla de un celular comparte un hombre o una mujer de bella apariencia, que es otro método para discutir, los filtros infaltables te compartirán un rostro o cuerpo casi perfecto que te dirá lo que tu carencia desea escuchar, y obviamente viniendo de una cara bonita y un discurso estudiado o editado, ¿Cómo podrías tú ponerlo en tela de juicio?
Un caso interesante acaba de pasar y fue lo que motivó la escritura de esta columna, pues hizo “match” (Se empató) con información recopilada en mi paso por el aprendizaje de Psicología Jurídica…
Hace poquito tiempo un querido amigo, después de ciertas diferencias en pensamientos, me comparte un vídeo de una mujer, ella se encuentra recostada y está hablando sobre los hombres, haciendo claras referencias; es lógico entender que si un hombre te comparte este video está tomando las palabras como suyas, y dice así:
“El hombre que ha estado soltero por mucho tiempo no le importa estar solo, no le importa comer solo, no le importa hacer sus cosas solo, él ya ha pasado mucho y se ha hecho más fuerte. Y no está para juego de niños, entonces si conoces a un hombre así y te da la oportunidad de estar en su vida, no pienses que puedes llegar y hacer con él lo que te da la gana, porque él tiene claro que quién no lo trata bien se va de su vida inmediatamente, por qué su paz no se la quita nadie.”
Interesante, muy interesante si buscamos entre líneas, puede resultar hasta divertida esa búsqueda, quizá en ella encontremos el verdadero meollo del asunto; Sobre todo como les comentaba al inicio de ésta, si tomamos en consideración los grados académicos de quienes comparten esto.
Para quienes estamos en los medios de las letras o quienes gustamos de leer mucho, de inmediato nos resuena ese discurso y como se lo comenté a mi querido amigo: “QUERIDO, ESE FRAGMENTO ES DE UN ENSAYO DE MUJER… SOLO LE PUSO ´HOMBRE´PARA GANAR LIKES”… Sabemos que todo lo anterior fue escrito por una mujer hablando de mujeres.
Tal vez uno de los más recientes trabajos que también casi puedo asegurar, que tiene una referencia antigua, aunque buscando en su ensayo no la menciona, es el de la periodista, Jazmín Muñoz. Este trabajo data de hace cuatro años, y lo tituló:
¿Qué pasa cuando una mujer está soltera por mucho tiempo?
Sí, palabras más, palabras menos de la tik toker, esta mujer utilizó parte del contenido de Jazmín Muñoz, y solamente cambió la palabra mujer y le puso hombre.
De esta manera llega a un público específico, hambriento de aceptación y hambriento de reconocimiento; Hoy muchos hombres, —nos dicen los expertos en psicología— son solo niños dentro del cuerpo de un hombre. Ello obedece a qué para un hombre es muy difícil exteriorizar sus sentimientos reales.
Por lógica, cuando llega alguien, les transfiere a palabras, lo que deseaban escuchar, lo que desean compartir pero no se atreven o no saben cómo, inmediatamente correrán a aplaudir sin investigar, sin ir un poco más allá, sin saber si quien les está endulzando el oído tiene la preparación adecuada o es una manera simple de ganar adeptos y aplica a ambos, hombres y mujeres, pues quienes están en contra del malformado o más bien deformado feminismo, también aplaudirán el discurso.
Si vamos más allá, se trata de seres humanos, no de hombres y de mujeres, los seres humanos llevamos muchos siglos tratando de comunicarnos entre nosotros. Lamentablemente la educación de la cual hemos sido objetos nos sitúa en escalones diferentes, dónde nos han dicho que las mujeres tenemos “permiso”, y lo entrecomillo, de llorar, de reír, de gritar, de hacer berrinches y demás, como si fuera parte de nuestro sistema.
Mientras tanto y por tantos años a los varones se les fijó la idea de todo lo contrario, se les ha dicho hasta el cansancio que cada una de las actitudes mencionadas, si las llegaran ellos expresar, los convertiría automáticamente en un ser débil, patético falto de valor sexual; en remedo de hombre, decadente y pusilánime, debido a estos estereotipos que la sociedad lleva manejando desde tiempos inmemoriales, la gran mayoría de los hombres han tenido que guardar sus sentimientos.
Y cuando se trata de expresarlos sea de enojo, sea de alegría, tristeza, compasión y demás; opta por, primero morderse los labios antes de quedar como un pusilánime y débil ante una mujer. Hoy los ´influencers´ han descubierto esa agua tibia. Y, como lo comentaba al inicio de esta columna algunas listillas mujeres se apoderan de fragmentos o modifican a su antojo los ensayos donde se empoderaba a las mujeres cambiando una sola palabrita y con esto dan de comer al hambriento hombre, que retribuirá con aplausos, likes y monedas, y a su vez hacen parecer como apapachado a ese público necesitado de atención. Si al mismo estilo de otros influencers hombres que les dicen a las mujeres lo que desean escuchar… sin poner apellidos o nombres saben a quienes me refiero, es mercadotecnia pura.
Y es cuando un hombre, con cargas psicológicas no tratadas, ve en labios de una mujer que por fin, ALGUIEN LE DA LA RAZÓN, aplaude y dice: “¡Bravo, esta sí es una mujer de verdad!”
Yo aquí me pregunto… Realmente esta mujer o estas tik toker o es influencer, como se autodefinen; ¿Están del lado masculino o simplemente encontraron la minita de oro para monetizar en redes sociales una opinión que ni siquiera es del todo suya y que garrafalmente tasajean? Pues ya visto desde otro ángulo nos percatamos de estar frente a un panfleto publicitario buscando encarrilar un pensamiento.
Que casi estoy segura en la vida real no comparte. A esto hemos llegado en las redes sociales, de esta manera se vive la manipulación mental de que estamos siendo objetos. Hay demasiados vivillos utilizando nuestras dolencias y nuestras carencias emocionales, un claro indicativo, de: ¿En qué nivel estamos las sociedades hoy?
Porque también ocurre, que tomando como parámetro las palabras de los influencers, creemos que de esta manera se conducen en la vida real y es la rectitud su bastón, su flecha del señalamiento en los caminos agrestes que vamos encontrando, todo para toparnos con una realidad tan irrisoria que después nos llenamos de vergüenza por haber creído en algún momento, en sus palabras.
Y entonces llega la paradoja.
Tenemos a hombres utilizando las tergiversadas palabras de una mujer para mandar la indirecta a otra mujer: “No acepto a una mujer que me quiera “imponer”, porque ya viví mucho, conozco y sé todo sobre estar solo…” Y para demostrártelo te envío este video donde una mujer dice lo que yo te quería decir, pero no supe como… SIC.
Yéndome a la cuenta de twitter que es quién comparte este vídeo de Tik Tok, puedo leer y percatarme que muchos varones solamente refrendan lo que acabo de comentar. Hombres aplaudiendo y diciéndose representados por las palabras de la dama en cuestión, que curiosamente y más interesante; ¡Tiene la misma actitud de la fotografía principal que da imagen al artículo de Jazmín Muñoz que les mencioné…! De ahí tomar como clara referencia su artículo de hace años.
La tiktoker, recostada sobre una mano, con un teléfono sobre la cara da su discurso. Exactamente la misma postura de la mujer en fotografía del ensayo de Muñoz... De ahí la interesante, oh, perdón, causalidad.
Preguntando e indagando sobre el tema casi todas las opiniones recaen o convergen en un punto.
“Ser soltero puede ser una decisión o la respuesta a una circunstancia”. En la vida actual y contrario a nuestra historia vemos el aumento de solteros en general, indagando, encontramos que la adaptación a este estilo de vida son dos grandes caudales, temores o razones. La soltería encuentra sus raíces en las malas experiencias que marcaron su vida, de ahí que muchas veces, las causantes de estas decisiones hayan sido las malas experiencias en pareja, las malas situaciones respecto a su vida amorosa son las que llevaron a un ser humano a tomar la decisión de vivir a solas, tenga o no la necesidad de una pareja o en muchos casos, autoconvenciendose de no tener esa necesidad, la trillada frase que todos conocemos:
“Más vale sólo qué mal acompañado”
¿Hasta dónde la dominamos que la convertimos en un mantra diario?
Está la contraparte; hay quienes nunca pierden la fe y tras perder una relación siguen en busca de la “felicidad” después de cubrir y lamer sus heridas, pero ese será tema para otra columna.