Reyna Haydee Ramírez es una reportera que se dice ser “autónoma” de Sonora. No es la primera vez que pone en jaque al presidente de México ante su muy particular estilo para cuestionar y confrontarlo.

No es verdad que solo quiera pelear con él como los bots obradoristas han intentado hacer creer. Sencillamente creo que no le tiene miedo al presidente pero no por ello eso la vuelve irrespetuosa u ofensiva.

Tengo tiempo de conocerla por medio de las Mañaneras. Ha sido la única que ha logrado decir lo que muchos otros reporteros no se han atrevido: La censura en las mañaneras son ya un hecho y una realidad. Y ayer ella con datos contundentes lo demostró.

Dijo que Jesús Ramírez Cuevas es el que arma con las fichas el tablero de los periodistas que participarán en las mañaneras. Pone en primeras filas los que sabe que no incomodarán al presidente y a los demás los sienta hasta atrás.

No tengo necesidad de  asistir personalmente a las mañaneras para constatar esto. Soy muy observadora y he visto cientos de mañaneras por televisión  y la cosa es así. Ya ni disimulan.

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Raro no es que por ejemplo un Lord Molécula siempre se encuentre en las primeras filas de la mañanera.

Cuando Jesús empezó a ver el estilo y la fuerza que tenía Reyna para confrontar con argumentaciones sólidas y valientes al presidente, la fue relegando de tal manera que incluso ella contó ayer que  la tuvieron encerrada junto con dos periodistas más en una oficina para que de plano ni siquiera intentara entrar y hablar.

Ayer en su cuenta de X, Reyna avisó que por fin después de meses de intentarlo la dejaron entrar y estaba sentada un poco más adelante. Confesó que se hizo pasar por ciudadana que quería poner algún escrito con tal de que la dejaran entrar.

Por supuesto empezaron a haber reacciones en redes ante la presencia de Reyna en Palacio Nacional  y se le pidió a Jesús que la dejara hablar. Y la tuvo que dejar hablar. Muy en contra de él y del Presidente, le tuvieron que dar el micrófono. Si por ellos fuera hubieran ignorado a Reyna sin dudar.

Ahí es cuando Reyna narró este suceso y acusó de que se le censuraba a ella y otros periodistas más por parte de Jesús Ramírez Cuevas, para darle la palabra a periodistas paleros y porristas y silenciar a los periodistas independientes y serios que no iban precisamente con la consigna de aplaudirle al presidente.

Por supuesto AMLO lo negó, como también negó el hecho de que Reyna le hizo un reclamo respetuoso al presidente vía cadena nacional, acerca de que había hecho público en donde se encontraba y qué era de ella o cuál era su ubicación... El presidente lo volvió a negar.

Reyna refutó: “Sí, señor presidente, usted le dijo a todos que yo estaba en España, ese dato era personal”.

Presidente: “No, yo no dije eso; nunca lo he dicho. ¿Tienes las pruebas?

Reyna: “Sí. Sí las tengo”.

Presidente: “Ah, pues demuéstralas”.

Y es así como hoy circula el video en donde en una más de sus mañaneras, el presidente de México incluso portando la misma corbata que  tenía ayer, meses antes, le dijo a todos que Reyna se encontraba en España, tildándola de cobarde o de que había escapado.

Esto será un duro golpe para la credibilidad de López Obrador porque queda registrada una mentira (una de tantas) de su persona pero además el hecho de que el expone a periodistas que no le aplauden.

El presidente lo negó todo, como niega todo lo que lo incomoda o lo hace sentir culpable siempre.

Por supuesto, al sentirse tan acorralado, Andrés Manuel López Obrador mandó llamar a su fiel escudero Jesús Ramírez Cuevas para decirle al mundo que él es honesto, leal, trabajador, incorruptible pero además de todo, el presidente dijo una única verdad: “Jesús no se manda solo, yo le doy indicaciones”.

Y es así como después de esta mañanera liberadora para muchos periodistas serios y turbulenta para el presidente y su gabinete que empezaron a atacar en nado sincronizado cientos de cuentas en X a Reyna.

Ni siquiera pueden o saben dejar de verse tan obvios, todos al mismo tiempo ofendiéndola, denostándola e incluso creando una narrativa de que Reyna había sido grosera, irrespetuosa, y agresiva con el presidente cuando no fue así.

En otras épocas, el tema de los bots atacando sincronizadamente podían tener un efecto emocional en aquel al que se le atacaba, pero sinceramente hoy por hoy, incluso la propia Reyna dijo que en otras participaciones de ella en la mañanera la atacaban cientos de cuentas de bots en redes, esta vez no fue la excepción pero pienso que no la dañan en nada porque sabe de dónde vienen y quién les dio la instrucción de agredirla en la plataforma X, como una forma de empequeñecerla y amedrentarla.

El presidente dice que no es vengativo pero por supuesto que lo es y Jesús lo es aún más.

Me encantaría poder ir a la mañanera para poder preguntarle muchas cosas al presidente, pero no tengo esas credenciales para poder entrar. Es una pena.

Jamás mi intención sería agredirlo verbalmente porque no me da ni por mi forma de ser ni por mi educación ni mis valores; yo sí tengo clase para hacer algo así, pero cómo me gustaría preguntarle  por qué actúa como actúa el presidente.

Queda claro que lo que a él le falta es mucha más humildad. Nada le costaba con reconocer que sí, que había expuesto la ubicación de Reyna Hernández, pero prefirió no hacerse responsable de ello y negarlo.

La cosa es que ahí estaba la prueba de que era una realidad que la había expuesto. Y entonces queda como un mentiroso.

Claro, a él no le importa y no le roba el sueño que esto se sepa porque lastimosamente el vive de los más pobres e ignorantes, de quienes le dan su voto pero que apenas tienen para comer, luego entonces mucho menos tienen acceso a la información, a saber qué clase de cosas se están develando, quizá incluso ni siquiera sepan leer.

Entonces ahí es donde AMLO se siente tranquilo: La información no trasciende las redes sociales.

Es nuestro deber difundir la información que leemos y verificamos en redes sociales, sobre todo que verificamos, al mundo exterior, para que la gente pueda decidir su voto con claridad y con conciencia.

Ayer, el presidente sonreía ante la contundencia de Reyna y miraba a los presentes guiñándoles el ojo, como diciéndoles “déjenla que hable” pero en el fondo le dolió.

Tan le dolió que por eso mando a su bots, pagados con nuestros impuestos para atacar a la periodista, que tan “ya se la sabe” ni siquiera habrá querido entrar a sus redes a ver cuantas agresiones recibió el día de ayer, como una manera de silenciarla y de atemorizarla.

Ella no tiene miedo. Ni tendrá miedo.

La cosa es que si así hay un control de periodistas que puedan o no hablar en la Mañanera, es decir, hay censura, pues no me quiero imaginar la logística de las mañaneras de Claudia Sheinbaum de ser ella quien gane.

Porque si algo le reconozco al presidente es que tiene templanza para no explotar ante los embates de los periodistas que no son paleros. Se mantiene ecuánime y todo lo niega. Logra callarlos y darles como se diría coloquialmente “el avión”.

Pero Claudia Sheinbaum sí es explosiva y es algo en donde la cuidarán muchísimo para que sus propias Mañaneras no se conviertan en un ring de boxeo.

Para eso ella debe de entrenarse mentalmente, pero la víscera y la pasión le ganan.

En fin, lo importante es que ya se comprobó que en las mañaneras sí hay censura. Siempre se supo, pero ahora se sabe que la hay con mucha mayor claridad.

Creo que el presidente agotó lo exitosa que pudo ser la mañanera, ya sin él el formato se pierde y se acaba.

Quién sabe qué maroma tendrá que hacer Claudia Sheinbaum para ser vista y escuchada así como, hay que reconocer, el presidente de México es visto y escuchado por millones en su más grande creación de su sexenio que fue: la mañanera.

Es cuanto.