Cuando somos testigos del peor genocidio en lo que va de nuestro siglo, contra el pueblo palestino a manos de los sionistas, resulta sumamente extraño, por decir lo menos, que parte de la sociedad española festeje el “Día de la Hispanidad” (sic) el 12 de octubre, fecha en que comenzó uno de los mayores exterminios documentos de la historia: el de las naciones indígenas de este continente.
Lo dijo bien la presidenta Claudia Sheinbaum en un mensaje difundido este 12 de octubre:
”El 12 de octubre no es el día de la raza ni de la hispanidad. Cristóbal Colón descubrió América para los europeos, pero en nuestro continente y en particular en lo que hoy llamamos México, ya había grandes civilizaciones y culturas de las cuales nos sentimos orgullosas y orgullosos. La llegada de los españoles hace más de cinco siglos representó sometimiento e incluso eliminación de los pueblos originarios. Ofrecer disculpas por los crímenes cometidos no es vergonzoso; por el contrario, engrandece y acerca a los pueblos”.
Desgraciadamente, en una sociedad en buena parte obsesionada por “glorias” genocidas pasadas, difícilmente podrá obtenerse algún acuerdo o consenso por los agravios del pasado.
Parte del desorden de las autoridades españolas es también ese enfermizo sentido de “superioridad” sobre las personas residentes en Latinoamérica. Para las personas de fe judía expulsadas por los “reyes católicos” si hubo ofrecimiento de disculpas. Para nosotros nada. Y así seguirán las cosas mientras sigan manteniendo a los parásitos franceses borbones a cargo de los contribuyentes del pequeño país de la península europea.
Rotundo no, entonces, al día del genocidio en América, porque de “hispanidad” no tiene nada. Que con su irrelevancia y su amargura se lo coman. México ya cambió.