Es bien conocido el hecho de que el estado de Sinaloa, y en particular, la ciudad de Culiacán, ha atestiguado recientemente periodos de violencia sin precedente. A raíz de la captura del Mayo Zambada, las dos facciones del cártel se disputan territorios en la entidad.

Como consecuencia de ello, se han reportado cientos de muertos, de desaparecidos y un espiral de balaceras que han colocado a los habitantes ante una situación pavorosa.

El gobernador Rubén Rocha ha demostrado una profunda incapacidad de ofrecer la menor solución al conflicto. Sin el ánimo de alimentar las especulaciones en torno a su probable connivencia con el crimen organizado, resultaría complejo defender la inocencia de un mandatario estatal ante el crecimiento desmedido del poderío del cártel. ¿Puede una organización criminal apoderarse de territorios del estado sin la colaboración de las autoridades? Cada lector tendrá su opinión.

En este contexto, no omito recomendar, como lo he hecho en este mismo espacio de SDPnoticias, el reportaje de Le Monde “Au coeur des labos du fentanilo” donde se expone cómo los criminales consideran como “gastos fijos” los sobornos y extorsiones a las autoridades. No mencionan nombres.

En todo caso, la respuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum ha resultado tibia, y si quiere, temerosa. En medio de la escalada de violencia y de las exigencias de los ciudadanos contra el gobernador Rocha, la jefa del Estado ha rechazado criticar abiertamente la labor de su correligionario de partido y, menos aún, iniciar una investigación sobre los lazos del gobernador con las bandas.

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AMLO -el lector recordará- hizo lo propio. Como si se tratase de un dogma partidista, los líderes del oficialismo deciden llegar hasta las últimas consecuencias en la defensa de sus colegas.

Bajo el argumento de que no debe el gobierno central intervenir en el nombramiento o remoción de un gobernador, Sheinbaum ha mirado hacia otro lado ante el fracaso de Rocha y ante sus probables vínculos con el crimen organizado.

La defensa de Rocha en Culiacán es insostenible. La gente sufre. Debe marcharse. Así lo exigen los ciudadanos. Merecen vivir en paz. Son gente valiosa que necesita recuperar el Estado.