En Guerrero se agudiza la crisis por falta de agua, alimentos y refugios para los habitantes de Acapulco que a la par afrontan un igual o mayor problema, los estragos de la rapiña y el crimen organizado.

Pero ¿cómo se va a recuperar el puerto? Una cosa es atender la emergencia y otra muy distinta es la reconstrucción de toda la infraestructura turística, hoteles, restaurantes, bares, playas, servicios y suministros, de vialidades, drenajes y servicios públicos en general que permitan el retorno a de miles de trabajadores a sus empleos. Quienes brindan esos empleos, también necesitan apoyo.

Por otro lado, está la recuperación de las viviendas de los acapulqueños y de la infraestructura de las zonas aledañas que no es una tarea menor, se requiere un plan adecuado para Guerrero y Acapulco que durará, si se hace bien, de tres a cinco años.

Guerrero, un estado marginado

Pero el problema viene de atrás, en el estudio “México, Cómo Vamos” publicado por Nexos, se muestra que el desempeño de la economía estatal se ubica por debajo del nivel nacional y se refleja en indicadores sociales desfavorables. Por ejemplo, Guerrero presenta el mayor índice de marginación y es el cuarto estado con mayor desigualdad medida con el coeficiente de Gini, sólo superado por la Ciudad de México, Oaxaca y Chiapas.

En el país, Guerrero presenta la segunda mayor tasa de analfabetismo en adultos mayores de 25 años (15.9 %), el 12 % de los adultos no terminó la educación básica, siendo el segundo estado con mayor porcentaje de población sin este tipo de educación sólo detrás de Chiapas. Apenas el 22 % de los adultos concluyó la educación media y un 16 % cuenta con educación superior.

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Otro de los rubros con mayor déficit es el de la seguridad pública. En 2019, de acuerdo con el Inegi, fue el quinto estado con mayor número de homicidios dolosos por habitante, sólo por debajo de Colima, Chihuahua, Baja California y Guanajuato. Asimismo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, en 2020 Guerrero fue la séptima entidad con mayor percepción de inseguridad: el 85% de los guerrerenses manifestó sentirse inseguro.

En lo que respecta a las finanzas públicas, de acuerdo con cifras del Inegi, los ingresos de la entidad han mostrado una contracción en términos reales de 2014 a 2019. El único rubro de ingreso que ha crecido son las participaciones federales (3.8 %), mientras que los ingresos propios (impuestos y contribuciones locales) cayeron a una tasa media anual de crecimiento de 7.5% entre 2014 y 2019.

De acuerdo con el estudio, en materia económica es prioritario generar oportunidades laborales en el sector formal para reducir los índices de migración y así retener trabajo y talento en la entidad. La reactivación económica tras la pandemia y la apuesta a la revitalización del sector turismo como motor de desarrollo puede ser una alternativa a la problemática económica.

Se requiere atención y estrategias claras

La reconstrucción representa un verdadero reto tanto para el gobierno federal como para el gobierno estatal, no será con promesas vanas ni dispersión de recursos a la población como se solucione el problema, es como dar una aspirina para combatir un cáncer.

Lamentablemente, se ha actuado mal, muy mal en la tragedia, el ejército no implementó el Programa DNIII y la escasa ayuda que llegó al principio fue mal distribuida generando descontrol, desorden y desesperación.

Cuando AMLO desapareció el Fonden, el fondo para desastres, aseguró que no se requería, y ahora urgentemente busca recursos para la emergencia, y en un giro, pretende que los 15,000 millones de los 13 fideicomisos eliminados de la SCJN se destinen a los damnificados de Guerrero.

Lo que quizá no esperaba es que, a pesar de los ataques en contra de la SCJN, hubo una respuesta inesperada, pulcra y sensata por parte de la ministra Norma Piña: “La propuesta que se hace desde el Poder Ejecutivo al Poder Judicial representa una alternativa real que nos permitirá actuar como Estado, en defensa de su población. Trabajaremos en conjunto por la recuperación de las personas más afectadas, para devolverles el derecho al futuro que les fue suspendido y buscar asegurarles, en el menor tiempo posible, condiciones de igualdad para continuar con su proyecto de vida”.

Esta magnífica respuesta se suma a la conocida solidaridad de la sociedad civil, de organizaciones sociales y de las personas que en lo individual se movilizan en favor de los afectados, mientras que el gobierno federal no ata ni desata y los funcionarios del gobierno estatal, han estado a la altura, pero limitados por las órdenes del gobierno federal, algunos incluso trabajando en desobediencia con tal de apoyar a la población.

La tragedia puede ser una oportunidad no solo para recuperar Acapulco, sino para mejorar, disminuir la desigualdad social y generar empleos dignos y estables que permitan el desarrollo económico y social de los guerrerenses.

Habrá que entender, como ya mencioné, que para atender a la población de más escasos recursos y que perdieron todo, también hay que apoyar a quienes generan la riqueza del puerto, la industria turística. Aunque no le guste al presidente, aquí aplica el proverbio: “Dale un pez a un hombre y comerá hoy. Enséñale a pescar y comerá el resto de su vida”.

X: @diaz_manuel