“Porque el alma se vacía
Como el cántaro y la nube
El amor acaba...
Porque suave se desliza como sombra la caricia, el amor acaba…
Porque el sentimiento es humo y ceniza la palabra, el amor acaba…
Porque el corazón de darse, llega un día que se parte… el amor acaba.
Porque se vuelven cadenas lo que fueron cintas blancas, el amor acaba.
Porque llega a ser rutina, la caricia más divina, el amor acaba…
Porque somos como ríos cada instante nueva el agua, el amor acaba
Porque mueren los deseos por la carne y por el beso, el amor acaba.
Porque el tiempo tiene grietas, porque grietas tiene el alma, porque nada es para siempre, que hasta la belleza cansa, el amor acaba”.
Ahí me imaginé al líder de la nación tarareando esta canción en su inmensa soledad en Palacio Nacional. Y es que ya tiene unos meses que no se sabe nada de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller.
Justo creo yo cuando inició la campaña electoral ella desapareció.
Tampoco es que se le viera siempre con el presidente ni todas las veces pero su ausencia en unas misteriosas y extrañas “mañanitas” para las mamás en la mañanera hizo que se incendiaran las alarmas.
Por supuesto el festejo por el 10 de Mayo ahí en Palacio Nacional principalmente hubiera sido dirigido a ella, quien es la madre de su hijo Jesús Ernesto. Pero Beatriz no estuvo presente.
El que estuvo ahí parado observando al grupo que tocaba sones jarochos era el presidente. Como si le estuvieran llevando serenata a él pues.
Después de dos canciones, se tomaron la foto con el, y los simpáticos bailarines le pusieron un sombrerito y nuevamente la foto. Llegó con un arreglo floral a la mañanera pero no se lo dio a nadie. Quizá era de “él para él” y listo.
Terminó el muy forzado festejo del 10 de Mayo en Palacio Nacional. No estuvo presente Beatriz, pero tampoco el presidente dio una sola explicación de su ausencia.
Y es que el siempre ha dicho que quiere suelo parejo. Y ya sabemos que se le ha dado por contar todos los “chismes” y vidas íntimas de varias personas, lo menos que podíamos esperar todos es que nos diera una explicación del porqué no estaba su esposa en dicho festejo.
Por supuesto que han corrido rumores de que aquel matrimonio ya terminó. Y se dice que una vez terminando el sexenio el presidente se hará oficial la ruptura.
La verdad es que no es algo que nos sorprenda, pasamos por lo mismo con el guapísimo de Enrique Peña Nieto y su bella esposa. Una vez acabado el sexenio se acaba la farsa... ¡Fuera máscaras! Dirían algunos.
La verdad es que admiro mucho a Beatriz por haber vivido con Andrés Manuel López Obrador. Con el paso de los años se habrá puesto un tanto más necio, e iracundo y eso es muy desgastante.
También pues, claro, da risa que se especule que el presidente es el padre del bebé de la bella Geraldine Ponce, quien a raíz del nacimiento de su hijo, se ha retirado de los reflectores extrañamente.
Pero todo puede pasar.
Me parece que el que López Obrador esté o no unido o enamorado todavía de Beatriz y ésta de él ni beneficia ni perjudica la contienda electoral. Ni le quita votos a Morena ni se los da.
Los quebrantos en los matrimonios se dan siempre y todos los días.
Claro que hay de matrimonios a matrimonios, por ejemplo los de la monarquía, esos en donde tienen que aparentar a fuerza amor uno por el otro cuando por dentro todo está roto, porque ahí sí importa el qué dirán y la sucesión de la corona.
Pero igual acá el presidente por vivir justamente en un Palacio, de pronto se ha confundido y se ha asumido como rey y quizá por eso le pese tanto salir a dar explicaciones de su estatus civil.
La verdad de las cosas es que también creo que este no tendría que ser un tema que tenga peso e importancia.
Es más, personalmente no me gusta cuando en los trabajos y en otros lugares te preguntan cuál es tu estado civil. ¿A quién le importa?
Pero como AMLO ha dicho que él es el más transparente de todos los seres humanos, pues estamos esperando que nos de alguna clase de explicación o algo de la ausencia de su ¿esposa? Beatriz Gutiérrez.
O no quisiera ser mal pensada y a lo mejor anda prófuga en Londres así como la esposa de Javier Duarte, Karime Macías.
O a lo mejor de plano sí se hartó de su marido y dijo hasta aquí. Lo cual se lo celebraría y sería algo totalmente entendible.
En fin que la debacle del presidente es algo triste: solo en un enorme Palacio que no es suyo, va terminando su sexenio. Rodeado de gente pero solo. Debe de ser muy triste.
Quizá era algo que él no se imaginó vivir pero a veces las cosas pasan así, son inimaginables e inesperadas.
La verdad de las cosas es que no me alegra ni me entristece que esté separado de su esposa. Nunca realmente me transmitieron un amor genuino entre ellos tampoco . Beatriz parecía más bien la roomie de él que otra cosa.
Quién sabe si ahora viviremos una pareja presidencial que sí derrame amor. Habrá que ver.
Es cuanto.