Empezó con AMLO y continua con el segundo piso de la 4T. El fracaso en el sector salud es una de las peores burlas que un gobierno puede hacer a sus ciudadanos.
El grupo gobernante ha demostrado una absoluta falta de capacidad para atender la salud de los mexicanos, pero, eso sí, una brutal capacidad para la corrupción y un cinismo imperdonable, sobre todo cuando el tabasqueño dijo que tendríamos el mejor sistema de salud en el mundo, mejor que el de Dinamarca.
No lo fue, sin embargo, para AMLO y los suyos, sí fue un gran negocio. El expresidente destruyó y canceló lo que venía funcionando y que se podía mejorar, como el Seguro Popular, bajo el pobre argumento de que era un “programa de Calderón”, lo sustituyó por el INSABI, un fracaso que tuvo que cancelar a mitad del camino porque en menos de dos años se convirtió en un nido de corrupción. En su lugar recurrió a un viejo y fracasado programa que operó José López Portillo denominado IMSS-Coplamar y que en la 4T se llamó IMSS Bienestar.
Burla y desprecio
En su último informe de gobierno, cuando reunió en el Zócalo a miles de acarreados para festinar sus mentiras, AMLO aseguró que dejaba un sistema de salud: “No (...) como el de Dinamarca, es mejor que el de Dinamarca”.
Junto al fracaso, la retórica populista en torno a la pandemia y la falta de capacidad para atenderla, como decir en plena contingencia que harían a tiempo la vacuna Patria, que no era necesario utilizar cubrebocas o adquirir ventiladores de pésima calidad, como los que dolosamente vendió la empresa Philips.
México sigue sin medicamentos
La respuesta a la crisis de salud pública fue el desmantelamiento de las campañas de vacunación y del sistema de distribución de medicamentos, terminar con el esquema de compras y darle todo a Birmex, otro nido de corrupción, para, al final, terminar con otra de sus insanas ocurrencias, crear la “Mega Farmaciota”, un elefante blanco que nada más no funciona y ha costado miles de millones al erario.
El resultado está a la vista, un severo problema de enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades vasculares y la muerte de niños con cáncer porque desde 2019 se quedaron sin medicamentos, sin atención y seis años después siguen igual.
Pero, cuando los padres de familia salieron a protestar, AMLO acusó a los opositores de instigar a los padres como medida de presión para que el gobierno federal regresara al esquema de compras de millones de medicamentos a ciertos grupos farmacéuticos que dominaban el negocio en los sexenios anteriores. Sin nada más que su palabra, afirmó una y otra vez que el problema del abasto y distribución de medicamentos se iba a resolver, o “me dejo de llamar Andrés Manuel”. Han pasado los años y el señor se sigue llamando Andrés Manuel y la crisis sigue empeorando.
Corrupción criminal
La problemática en el sector ya destapó otro acto criminal de corrupción. El IMSS se enfrenta a una crisis estructural que amenaza la integridad de millones de derechohabientes. Las deficiencias en los servicios han alcanzado un punto crítico, tanto el IMSS como el ISSSTE denuncian la falta de medicamentos, insumos y de atención médica especializada.
De acuerdo con información de la Auditoría Superior de la Federación, el IMSS incurrió en diversas irregularidades en la contratación de servicios clínicos y anestesia en varias de sus unidades médicas.
Entre las anomalías se encuentran pagos sin comprobar y la participación de empresas con los mismos socios en licitaciones, lo que apunta a un posible esquema de corrupción. Como ejemplo, toda la cadena de suministro y atención. La ASF revisó el uso de 5 mil 750 millones de pesos erogados por el IMSS en 2023 y encontró inconsistencias en al menos mil 226 millones de pesos. Por ejemplo, la empresa “CBH+ Especialistas en Innovación Médica”, no entregó las máquinas de anestesia ni el personal necesario para su operación, obligando a los médicos a trabajar con recursos propios.
Otra más, el periodista Carlos Loret en Latinus, en su serie de investigación periodística del ‘Clan’ difundió una grabación cínica y criminal donde se escucha decir a Amílcar Olán, el íntimo amigo de los hijos del presidente, Andrés y Ernesto López Beltrán: “Yo soy experto en salud… jajaja”, en una llamada con un empresario beneficiado por el IMSS con millonarios contratos por la venta de medicamentos.
Lo último, la semana pasada se dio la detención del CEO de Philips Marc “D”, por parte la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León por su presunta participación y autorización en la venta de respiradores defectuosos durante la emergencia sanitaria por Covid-19.
Y la mata sigue dando, la corrupción sigue y se agrava.
X: @diaz_manuel