¿Claudia Sheinbaum adelantó que pronto invitará a Raquel Buenrostro Sánchez, secretaria de la función pública?
La mandataria reiteró que la eliminación del INAI no significa que desaparecerá la transparencia y aseguró que su administración será más estricta con ese tema. Difícil creerlo.
El debate
Nuevamente se abrió el debate en torno a la transparencia, rendición de cuentas y un sistema nacional anticorrupción luego de que el expresidente decidiera empaquetar en sus 20 reformas la eliminación del INAI.
Se trata de una institución autónoma que siempre cumplió a cabalidad hasta 2018.
Gracias al INAI se conoció la corrupción en el gobierno de Peña Nieto. Durante esa administración, opositores, integrantes de la sociedad civil y agrupaciones sociales como Mexicanos contra la Corrupción recurrían al INAI para conocer el manejo de los recursos públicos y lograron que salieran a la luz los detalles de la rampante corrupción.
El derecho y el acceso a la información permitió que se conocieran y fueran procesados responsables de cometer delitos de corrupción y diversa índole. La actuación del INAI permitió que más de 10 gobernadores de todos los colores fueran a la cárcel por corruptos, entre ellos Javier Duarte de Veracruz, los de Tamaulipas, Eugenio Hernández y Tomás Yarrington (que hoy ya son integrantes de Morena); de Michoacán, Fausto Vallejo y Jesús Reyna; de Sonora, Guillermo Padres; de Tabasco, Andrés Granier; de Quintana Roo, Roberto Borge; Roberto Sandoval de Nayarit y de Chihuahua, César Duarte, además de mostrar la información con la que se conoció La Estafa Maestra, uno de los mayores escándalos de corrupción.
Y no sólo ellos, funcionarios de alto nivel fueron encarcelados o quedaron inhabilitados, como cuestionablemente ocurrió con Rosario Robles y con toda justicia, Emilio Lozoya, además la Secretaría de la Función Pública, entre diciembre de 2012 a abril de 2015, emitió sanciones para 140 funcionarios de la presidencia.
En la administración de Peña toda la trama tuvo consecuencias para los infractores, sin embargo, en el gobierno de quien prometió acabar con la corrupción, nada se hizo para reducirla, castigarla o desaparecerla y terminó siendo mucho más corrupta que la de Peña y con la enorme diferencia de que los corruptos no tuvieron consecuencias y privó la impunidad.
En contra de la transparencia
La pasada administración entabló una guerra sucia contra el INAI, AMLO lo quería desaparecer de un plumazo, no pudo por tratarse de un órgano constitucional, entonces decidió reducir su presupuesto, atacarlo por todos los flancos y dejó de nombrar a los comisionados como le correspondía, no lo hizo a pesar de que en repetidas ocasiones la SCJN estableció la necesidad de que se realizaran tales nombramientos antes de que el INAI cayera en inoperancia con cuatro comisionados, dado que la ley señala cinco como mínimo para sesionar.
En el foro exclusivo de su mañanera AMLO arremetió una y otra vez en contra del INAI, lamentando su existencia, lo calificó como un “aparato administrativo, burocrático, bueno para nada“, que cuesta a los ciudadanos más de mil millones de pesos; para intentar destruirlo instruyó a sus senadores a evitar el nombramiento de comisionados y su débil argumentación fue simplemente considerar al INAI como “herencia del pasado neoliberal”, y contando con el apoyo de quienes no quieren rendir cuentas de nada y a nadie, los senadores de Morena y sus aliados, consiguió que sus órdenes se cumplieran.
Con tanta opacidad, permitió el fraude en Segalmex, por un monto muy superior al de la Estafa Maestra, a pesar de que la propia Auditoria Superior de la Federación mantuvo registro de la corrupción en que incurrió Ignacio Ovalle, fue protegido y premiado con un cargo en Segob. Mega obras como Dos Bocas, han sido documentadas como un nido de corrupción, lo mismo que el Tren Maya o el AIFA, o la cancelación del NAIM, todas con enormes irregularidades que han costado al erario miles de millones de pesos que se seguirán pagando durante generaciones, pero sin que se conozcan los detalles, porque, claro, toda la información se ha reservado.
Lo que se supo fue principalmente producto del trabajo periodístico, de los dineros de Pio, de los fraudes y contratos para la prima Felipa, de los negocios de los hijos y sus cuates en el Tren Maya y en otras dependencias y un largo etcétera.
Se entiende el odio de AMLO al organismo de transparencia, la corrupción de su gobierno fue muy superior al de Peña, de ahí que su consigna sea destruir al INAI, la unidad de transparencia de la Secretaría de la Función Pública y contando con mayoría en el Congreso, inhabilitar a la Auditoría Superior de la Federación.
Lo bueno es que la presidenta Claudia Sheinbaum parece ser sensible a este tema e instruyó a la secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez a dialogar con los cuatro comisionados del INAI y acordar que se mantengan mesas de diálogo para definir el futuro del organismo. Según los comisionados, la secretaria fue receptiva y escuchó las inquietudes de los miembros del Instituto.
Al tiempo.
X: @diaz_manuel