Contrario a lo que se esperaba, el magisterio nacional democrático, vio con agrado que efectivamente a Alfonso Cepeda se le haya otorgado una senaduría como una puerta trasera para que se vaya del SNTE.

Desde la visión del magisterio democrático parece correcta esta acción, porque seguramente la apreciación de este gobierno es que, como él ha sido un personaje que ha mantenido canonjías a manos llenas producto de las cuotas sindicales, llegó el momento de pedirle resultados.

En el marco del inicio de la campaña presidencial, resultaría urgente y relevante conocer el impacto electoral de lo que dice traer, pues dice representar a 2 millones de trabajadores, así como también saber cómo le va a cumplir a la Dra. Claudia Sheinbaum, porque hasta ahora lo único que se ha observado es un SNTE profundamente evasivo y simulador.

Ante tal realidad, en la que la Dra. Sheinbaum necesita la garantía de aquellos que han sido beneficiarios del régimen, como es este caso, ha llegado el momento de la verdad para Cepeda Salas.

Aunado a lo anterior, también causaron gran simpatía las propuestas de la candidata presidencial el pasado 1 de marzo en el Zócalo, cuando se refirió a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores de la educación, una evaluación sin opacidad y corruptelas y poner la educación al centro de la transformación, lo que en suma genera las condiciones propicias para un cambio profundo en la vida sindical y de México.

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Amplios sectores del magisterio nacional y democrático sin duda se agruparán en torno a estos ejes y a la candidatura de la Dra. pues están esperanzados en que, por fin, pasando el proceso electoral federal haya democracia con piso parejo en el SNTE.

Esa asignatura, hasta ahora pendiente, seguramente será cumplida.