Después de las marchas por la defensa del INE en todo el país, y de las opiniones y reacciones del gobierno federal sobre ese ejercicio ciudadano, parecería que no hay remedio: la polarización se va a mantener en México hasta la elección de 2024. A menos que los ciudadanos hagan algo innovador. Podría parecer contraintuitivo, pero los periódicos locales son los que podrían reducir la polarización. Los periódicos locales podrían ayudar a disminuir la división en sus comunidades eliminando la política nacional de sus páginas de opinión. Cuando las páginas de opinión se concentran en la política partidista nacional, las comunidades se polarizan.
Los profesores Joshua P. Darr, de la Universidad Estatal de Luisiana, Matthew P. Hitt, de la Universidad Estatal de Colorado, y Johanna L. Dunaway, de la Universidad Texas A&M, escribieron “Home Style Opinion: How Local Newspapers Can Slow Polarization”. El libro revela un hallazgo interesante: la polarización de los ciudadanos disminuye, o se matiza, cuando los medios de comunicación de las ciudades concentran sus secciones de opinión en temas locales, en lugar de enfocarse sólo en la política nacional. Los autores creen que este hallazgo debería inspirar a los medios de comunicación locales para ser más locales y más vibrantes. Darr, Hitt y Dunaway ya habían escrito que cuando un periódico local cierra, aumenta la polarización en esa comunidad.
El experimento que da origen al libro inició cuando Julie Makinen, editora ejecutiva del periódico “The Desert Sun” de Palm Springs, California, de la cadena de periódicos Gannett, se dio cuenta que, aunque era un periódico local, sólo publicaba historias sobre política nacional. Decidió entonces eliminar la política nacional de su página de opinión durante todo el mes de julio de 2019. No hubo editoriales, columnas, caricaturas ni cartas que mencionaran al presidente Trump, al Congreso o a la Suprema Corte, ni columnistas sindicados a nivel nacional. Sólo temas estrictamente locales y de California. En otras palabras, se tomaron unas vacaciones de verano de la política nacional.
Para llevar a cabo la investigación, los autores seleccionaron también a otro periódico de la cadena Gannet, el “Ventura County Star”, que mantuvo la cobertura y las opiniones de política nacional durante ese mes de julio de 2019. Ventura, en las afueras de Los Ángeles, era entonces la comunidad de comparación para la configuración del experimento. Los autores querían medir si cuando las noticias se vuelven más locales, disminuye la polarización. Realizaron encuestas en el área de Palm Springs, así como en Ventura.
“The Desert Sun” triplicó sus columnas de contenido local en julio, en relación con junio y agosto. Y se encontró que, en relación con Ventura, la polarización disminuyó en Palm Springs específicamente para quienes leían el periódico, quienes leían sobre política y quienes participaban en política. Los investigadores midieron específicamente lo que los politólogos llaman “polarización afectiva”. El hecho de que a los estadounidenses les disgusten cada vez más los unos a los otros, en función del partido, y realmente no quieran pasar tiempo juntos, en función del partido, es algo distintivo de la polarización. Los periódicos locales deberían preocuparse porque parte de su tarea es fomentar la identidad y la unidad comunitaria.
Temas como la preservación artística y cultural, el tráfico y el desarrollo del centro de la ciudad, la educación y el medio ambiente recibieron mucha más atención. El carácter único de Palm Springs brilló. Esto cambió la forma en que la gente piensa y siente sobre sus oponentes políticos. Los lectores de “The Desert Sun” disfrutaron el cambio: la cantidad de lectores “en línea” casi se duplicó en julio. En las encuestas, casi cinco veces más lectores dijeron que aprobaban el experimento que los que dijeron que lo desaprobaban. El experimento ayudó al periódico a reclutar más escritores de opinión, quienes luego continuaron escribiendo en los meses siguientes.
¿Podríamos hacer este mismo experimento en México? Parecería que la confianza en los medios está polarizada según las líneas de los partidos que se confrontan. Dada esta confusión y desacuerdo, podría parecer poco probable que el periodismo de opinión pudiera ser una influencia positiva. Pero la investigación de Darr, Hitt y Dunaway muestra que sí se puede.
El periodismo de opinión no es reportaje de noticias; se distingue por su punto de vista declarado. Tiene cuatro formatos básicos: editoriales institucionales, columnas de opinión, cartones y cartas al editor. Los cuatro formatos podrían ayudar a cerrar las divisiones políticas en México. A veces, los lectores no distinguen entre “hechos” y “opiniones”. A medida que las barreras entre opinión y noticias se desdibujan en la mente de muchos mexicanos, la confianza en los medios se está desvaneciendo. Las fuentes de noticias locales (periódicos diarios y programas de noticias de la televisión local) se consideran más confiables que las fuentes de noticias nacionales. Pero incluso esa confianza se está desgastando. Es hora de hacer algo al respecto.
Los artículos de opinión ayudan a interpretar eventos importantes y pueden cambiar la opinión de los lectores sobre los diversos temas. Las mejores páginas de artículos de opinión deberían funcionar como la plaza de la ciudad, en donde los lectores pueden discutir y debatir temas importantes para sus comunidades. Podrían ser un foro comunitario vibrante.
Si los columnistas son de fuera de la comunidad del periódico, su enfoque será más bien nacional. Y eso significa más opiniones enfocadas en conflictos ideológicos de “derecha vs. izquierda” entre los dos extremos políticos nacionales, y no en los problemas locales. Tal vez los periódicos de los estados, en México, podrían seguir las lecciones del libro de Darr, Hitt y Dunaway. Los periódicos locales pueden contener la creciente ola de división política en México, alejándose de las batallas partidistas de la Ciudad de México.
Para algunos, esto podría sonar como una dieta horrible: ¿Qué haríamos durante un mes sin las interpretaciones de las mañaneras de AMLO, sin Alito ni Marko, sin las corcholatas de Morena, sin los senadores y diputados. ¿De qué hablaríamos?
Pero veamos el lado positivo: por fin podríamos crear un foro para resaltar lo bueno que hay entre nosotros, el desarrollo de nuestro estado, el arte y la cultura, la revitalización del centro de nuestra ciudad, las escuelas, la restauración arquitectónica, los patrones de tráfico, la conservación del medio ambiente, y otros temas locales sobre los que no se puede leer en las páginas de internet de los periódicos de la ciudad de México.
Mudarse a lo local puede hacer que ahora sí conozcamos la opinión de los ejecutivos de empresas locales y funcionarios electos locales. Enfatizar lo local puede significar conocer, ahora sí, lo que piensan las élites locales. Las fundaciones y los filántropos locales van a despertar. Vamos a invertir en la cultura cívica local.
Tal vez el tamaño del efecto no va a ser enorme. Muchos van a seguir leyendo lo que les llega a sus grupos de WhatsApp. La polarización afectiva es compleja y es poco probable que se produzcan grandes cambios. Pero los periódicos locales pueden frenar la polarización. Los periódicos locales están en una posición única para unir a las comunidades en torno a identidades locales compartidas y cultivadas a través de un estilo hogareño distintivo, y brindan un foro civil y regulado para debatir soluciones a los problemas locales.
Si queremos que la democracia mexicana funcione mejor, a pesar de las crisis existenciales que enfrentamos hoy, hablemos mejor de nuestras comunidades. Estoy convencido de que un periodismo local sólido genera cohesión social, fomenta la participación política y mejora las decisiones y la eficiencia de los gobiernos municipales y estatales. Hay un costo para la sociedad y la democracia cuando no se cuenta con buenos periódicos locales. Creo que el destino de una comunidad está intrínsecamente vinculado con las organizaciones de noticias locales.
Los periódicos locales han jugado un papel vital tanto en la educación como en la construcción de cada comunidad. Han ayudado a establecer la agenda para el debate de importantes temas de política pública. Han construido una comunidad impulsando el crecimiento económico y el desarrollo regional. Han fomentado la cohesión social y el activismo político.
En una era de disrupción y polarización, el destino de miles de comunidades y de nuestra democracia están en juego. Las organizaciones de noticias locales sólidas tienen la capacidad de educarnos como ciudadanos y de mostrarnos cómo estamos conectados con otras personas. México pierde cuando la nación se divide.