“Sabes, quiero pedirte

Que nunca cambies

Me gusta así tu forma de ser

Nunca, nunca lo pienses

Esto que siento por ti

Hace más grande mi vivir

Porque las cosas de la vida

Contigo se viven mejor

Todo es amor si estamos juntos los dos.”

MARISELA / ANTONIO SOLÍS, ‘LA PAREJA IDEAL’

Slim no se está ‘divorciando’ de la 4t, ¡qué va! Tampoco le hace un guiño a la oposición; esta muy poco le interesa.

Carlos Slim es comerciante, eso sí, tal vez el mejor que haya dado México. Sabe en qué momento empujar la demanda para que le compren y cómo encarecer sus servicios (además de sus ya muy consabidos productos). Conoce bien aquello de doblar la apuesta. Y ahora apuesta por ‘una renovación de votos’ con “el segundo piso” del obradorato. ¿De verdad nadie lo ve?

¿Será que el ingeniero debe ser más… persuasivo con Claudia? ¿Ya sea de forma dulce, ‘coqueteándole’, o de manera más agresiva, como hizo esta semana, buscando arrinconarla en un obscura esquina…? Porque al magnate le interesa ella, ya ni siquiera López Obrador.

O tal vez en la cúpula del régimen ya lo entendieron, donde al comentario de que la Línea 12 del Metro de la CDMX se había caído por falta de mantenimiento no repelaron como acostumbran... Los integrantes de Morena, en especial Mario Delgado, se quedaron callados. López Obrador dócilmente dijo que no siempre estaba de acuerdo con Slim…

Lo que es un hecho es que los comentócratas y la opinión pública mexicana no captaron la indirecta que le mandó Slim a Claudia; en su juego sucio todos —o casi todos— se fueron con la finta de que había rompimiento con Morena. Juran y perjuran que apoyará a Xóchitl, que el señor está harto del gobierno, que ya no puede más. Mucho cuidado, ¡la intención del empresario es todo lo contrario! ¿En qué cabeza cabe pensar que unos y otro se desagradan cuando los mismos números señalan que en este sexenio el dueño de Grupo Carso duplicó su fortuna? ¡Pasó de tener 50 mil millones de dólares a 101 mil! Casi nada…

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Parte del acto ha sido que el ingeniero Slim se haya quejado amargamente de que Telmex ya no es negocio. El negar tener otros contratos con el gobierno más allá del Tren Maya. Se le olvidaron los otros 2,500 contratos... Otra vez, casi nada…

Mucho ojo: el silencio del régimen es producto del ejercicio que tienen que hacer para saber hasta dónde deberán negociar con Slim Helú. Hasta dónde lo pueden “comprar”. De cuáles podrían ser las próximas obras insignias en caso de que Claudia y Morena resulten victoriosos el 2 de junio.

Luego, en base a esas ofertas, el empresario ya sabrá si comprometerse nuevamente. En otras palabras, está vendiendo caro su amor.

¿Los analistas no ven que Slim apoya a López Obrador en eso de desaparecer a los órganos constitucionales autónomos (claro, el IFT no le ha permitido ofrecer los servicios de celular más caros pero, sobre todo, incursionar en el negocio de la televisión de paga)? Carlos Slim utilizó su plática como un distractor. Salvo para quejarse de que los negocios adjudicados al Ejército no se los hubieran dado a él, el empresario no alzó la voz para cuestionar estrategias, programas o al mismo gobierno de López Obrador.

No, no hemos entendido a Slim. No solo es de los hombres más ricos del mundo, no tiene ideologías (quizá por eso es tan rico). No le importa hacer negocios con el PRI, con el PAN o con Morena. Mientras él y sus empresas reciban utilidades, los colores están de más. Falsea, hace creer que se distancia de Claudia Sheinbaum, pero lo que hace es encarecerle el apoyo. Habilidoso al fin y al cabo el señor.

La sonda que mandó en su conferencia de prensa fue eso, una sonda. Saber qué desplantes le aguantaría Sheinbaum. El magnate quiere que ella le hable ‘en plata’. ¿Habría negocios?, ¿se hablaría en términos de obras? ¿cuáles? ¿De una televisora? ¿Cuál de todas? Mientras tanto, ella está viendo si le llega al —nuevo—precio. Es un tour de force lo que estamos atestiguando.

A este gigante no se le puede tomar literal todo lo que dice. Suelta precios y condiciones a sabiendas de que puede mantenerlos o rebajarlos de acuerdo al comprador. Sabe a quién darle crédito, a quién fiarle o a quién simplemente ignorar. El ingeniero dijo mucho, pero no todo lo que quiere o piensa. Por supuesto que no. Porque al final, él lo sabe, la administración pública cambia, presidentes van y vienen, pero él y su familia siguen ahí…

Slim ha lanzado el precio. Claudia deberá decidir si acepta el mismo o si está dispuesta a sortear sus dichos.

El ingeniero busca pareja.

Giros de la Perinola:

1.- En caso de que gane Xóchitl y/o ‘Corazón y fuerza por México’ el legislativo, la gente recordará que el empresario se “separó” a tiempo del obradorismo y se olvidará de que fue con AMLO cuando más se enriqueció.

2.- Somos testigos, eso sí, de que Slim es el ÚNICO que le está dando su lugar a Sheinbaum; ni López Obrador se lo da. El tabasqueño ya le fijó el rumbo, le impuso a los plurinominales, a los candidatos a gobernador, a una ministra; le dicta lo que tendría que defender y las obras que tendría que realizar. Carlos Slim no hace eso; él le habla a ella.

3.- Ante esto, la pregunta es: ¿a Claudia le conviene tomar la “oferta” del magnate y hacerse fuerte con él?

Mientras la oposición se hace ilusiones, Sheinbaum calibra los precios y pondera si le conviene tener a Slim o no comprometerse con él.

4.- Y en ese sentido, si le llegan al “precio”, igual que dijo que la L12 se cayó por falta de mantenimiento, el comerciante no tendrá ningún problema en asegurar que sí fueron los pernos, que fue la construcción y que ya despidió a los responsables. No importa, siempre y cuando en el gran balance no pierda.