En el universo político que vivimos, los planetas se han ido alineando a favor de la causa de Morena. De esta forma, no hay ninguna duda que, en unos días más, se pondrá en marcha el ‘Plan C’ que diseñó el presidente López Obrador, especialmente con el paquete de iniciativas que nacieron en esta administración. Es, como dijo el nuevo coordinador de Morena en el Senado, el tiempo perfecto que ha marcado el señor. No sabemos si se refirió al mandatario federal, lo cierto es que, por mucho, se avecinan tiempos de transformación política con este paso contundente que ha dado el lopezobradorismo a nivel nacional. Desde luego, es una responsabilidad mayúscula la que ha otorgado el pueblo de México. De hecho, la ciudadanía hizo efectivo el malestar por la actitud que tomó la oposición y, con ello, mostró su cariño incondicional a la coalición Seguimos Haciendo Historia.
Durante los seis años que vivimos en el mandato del presidente López Obrador, la política pública, siendo objetivos, ha dado un giro sustancial para beneficio social, especialmente en los sectores más vulnerables del territorio nacional. La prueba más contundente de ello son los altos índices de aprobación que, de manera clara, rebasó el cierre de cualquier expresidente de México. Los números son muy claros y contundentes. Y con un proyecto de nación bien cimentado, las condiciones son propicias para que el funcionamiento del gobierno, como lo fue este sexenio, eche raíces para continuar detonando el desarrollo del país. De hecho, la misma presidenta electa, con una visión muy nítida de lo que se necesita para profundizar las políticas públicas, armó un cuadro muy competitivo por la capacidad que tiene cada uno para encabezar las secretarías.
Y como el tema parlamentario resulta clave para apuntalar la agenda pública, ambas cámaras legislativas, con el apoyo de la presidenta electa, han constituido sus estructuras internas. Hace unos días, sabemos, quedó conformada la coordinación de los perfiles que se venían manejando en la opinión pública para San Lázaro. Algo similar pasó en el Senado de la República. Era prácticamente un hecho consumado que, para el caso, el extitular de la secretaría de gobierno, Adán Augusto López, tomará la batuta para conducir los trabajos de la fracción parlamentaria de Morena y aliados. En efecto, se nota que hay organización y planeación, lo mismo que justicia social, pues Gerardo Fernández Noroña, senador electo, encabezará los quehaceres desde la presidencia de la mesa directiva.
Así se promovió y así se concretó ayer en el transcurso de la mañana. Eso, en buena medida, ha traído unidad y fuerza, pues, todo parece indicar, Morena tiene amarrada la mayoría calificada que se necesita para modificar la constitución. Tal y como lo anticipamos en este espacio de opinión, los dos senadores electos del PRD, sin ningún liderazgo que los guíe, tomaron la decisión de estar en el lado correcto de la historia. De hecho, llamó la atención una reunión que sostuvo hace poco Araceli Saucedo con el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla. Ahí al parecer, se pudo concretar una operación política, tomando en cuenta el buen olfato que tiene el mandatario purépecha, para encauzar y sumar un escaño más a la cámara alta. Si fue así, eso influyó muchísimo.
Para efectos legislativos, entonces, será Adán Augusto López Hernández, futuro coordinador de los senadores. En todo caso, tiene el apoyo de la presidenta electa de México, y sobre todo de los legisladores de la coalición Seguimos Haciendo Historia. Siendo así, y por la premisa de conquistas que se lograron en seis años, la responsabilidad se convierte en un reto titánico. Para tal efecto, el extituar de la secretaría de gobierno, durante su paso por Bucareli, nos demostró la capacidad para operar los temas altamente complejos. Lo hizo, desde luego, mostrando el más alto nivel que se necesita para alcanzar acuerdos. Respecto a ello, hay que decirlo así, llega con buenas credenciales a la coordinación de la fracción.
Mientras eso suceda, al partido guinda le alcanzará perfectamente el cálculo que deslizó Manuel Velasco. Tiene en las filas de Morena a los senadores electos del extinto PRD. Hablamos de Araceli Saucedo y José Sabino. Ellos, seguramente, han tomado la decisión más difícil de su carrera, sin embargo, puedo decir que, en definitiva, están del lado correcto a pesar de las presiones internas de Jesús Zambrano, que está muy lejos de tener algún peso político que le permita tener injerencia en la toma de decisiones. Vaya que el Pacto por México que firmó el expresidente del Sol Azteca le ha cobrado factura. En la elección del pasado dos de junio, por ejemplo, fueron arrollados por la maquinaria guinda. Y, por si eso fuese poco, siempre estuvieron menospreciados por el PRI y PAN. De hecho, la misma Xóchitl Gálvez, una y otra vez, les hizo el feo en asambleas y mítines a los “Chuchos”. Eso, entre muchas cosas más que arrastró el PRD, justifica el fin que, por supuesto, notificó el mismo Consejo del Instituto Nacional Electoral.
Estoy seguro de que los senadores que emigraron a las filas de Morena, desde ahora, están plenamente adaptados al proceso que vendrá en puerta. La misma Claudia Sheinbaum, codo a codo, los arropó en el patio del federalismo, lo que resulta muy importante no solamente en el tema de motivación, sino en el rubro mediático.