En ocasiones, cuesta bastante digerir el desproporcionado cinismo y desfachatez de algunos personajes de la vida pública de este país que, siendo tantos y tan frecuentes sus descaros ya debiésemos estar acostumbrados pero no es así. El más reciente episodio de osadía, desvergüenza o como se le guste llamar, lo protagonizó nuevamente ‘la Ministra del presidente’, nada menos que Lenia Batres, quien tuvo la insolencia de participar en un acto político de Morena el fin de semana pasado, y no conforme con proporcionar información falsa y manipular los temas, remató con una frase que solo deja ver que no se puede ser más caradura, viniendo precisamente de ella, dijo: “Tenemos un Poder Judicial sumamente ineficaz”.
Ocurre que la ministra parece haber olvidado que todos en México y más allá de nuestras fronteras sabemos lo que se esconde bajo la toga que viste desde el pasado 14 de diciembre de 2023. Y cabe destacar que nadie tuvo que hurgar en su currículo. Fue ella misma la que nos mostró quién era en un video que circuló profusamente (diciembre 2023) en el que se le observa peleando con una vecina. El video fue grabado por una mujer de la cual sólo se oye la voz. Dicha persona es interpelada por un joven de enorme parecido físico con Martí Batres, hermano de Lenia.
El joven se muestra desesperado y a su lado tiene a Lenia. La discusión versa sobre unas macetas y el cuidado de unas plantas. En cierto punto, Lenia le ordena que deje de discutir con esa “hija de su reputísima madre” y que se meta a la casa.
Coincidentemente, el video se difundió el mismo día en que Batres dio a conocer que denunció por “daño moral” al periodista Claudio Ochoa, que en octubre de 2022 publicó que Lenia Batres duró más de un año sin pagar la renta en una vecindad en la Alcaldía Miguel Hidalgo.
Pero más allá de que sea una inquilina conflictiva, y una vecina pendenciera y vulgar, lo más delicado son los motivos por los que se le premia con una ministratura y lo más grave aún, el desempeño que ha tenido como togada.
En este contexto, cabe recordar que el presidente Andrés Manuel López Obrador mostrando su naturaleza pro dictatorial, maniobró de forma maquiavélica para imponer por primera vez en más de 100 años de historia de este país, a una ministra de la Corte por la vía del ‘dedazo’.
¿Qué hizo? Ejerció una presión insana para que quien fuera ministro y presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, renunciara anticipadamente a la fecha en que debería de culminar su encargo para el que fue electo por el Senado de la República (2024) a fin de obtener para su proyecto una ministra más en la Suprema Corte.
Posterior a ello, el presidente provocó la designación de una nueva ministra en forma directa tras el truco de enviar al Senado en dos ocasiones ternas prácticamente inelegibles -por el nivel del perfil de los personajes propuestos- para que obviamente fueran rechazados. Al final del día, sabía que la ley marca que tras ser rechazadas dos ternas por el Senado, el ejecutivo de la nación está facultado para nombrar de forma directa a quien ocupará el cargo y así lo hizo.
Así fue como llegó Lenia Batres a la magistratura, siendo un perfil reprobado para dicha responsabilidad, pero con el apoyo total del presidente, toda vez que cumple con una de las características que más importan a López, 90% lealtad, al igual que Yasmín Esquivel Mossa, Loretta Ortiz Ahlf, y Ana Margarita Ríos Farjat, aunque en defensa de estas últimas habrá que decir que a diferencia de Batres, ellas sí cuentan con las credenciales para dicho cargo.
Lenia Batres, de formación abogada, es integrante de una familia de reconocida dinastía de izquierda.
“Por eso desde los 13 años (1982-1985) se integró en las juventudes del Partido Socialista Unificado de México (PSUM), en el que militaban sus padres, Cuauhtémoc Batres y Rosario Guadarrama, maestros normalistas, quienes le pusieron Lenia en homenaje a Lenin, líder de la revolución Rusa.
También militó en el Partido de la Revolución Socialista (PRS). Fue fundadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y de Morena, junto con sus hermanos Martí, actual jefe de gobierno de la ciudad en sustitución de Claudia Sheinbaum, y su hermana Valentina, hoy diputada local de Morena.
Batres Guadarrama es licenciada en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y no tiene carrera judicial. Cuenta con tres diplomados: en ciencia política en la Habana, Cuba, uno en estudios parlamentarios por la UNAM y en estudios electorales por la UAM Iztapalapa.
Hasta antes de su designación era consejera adjunta de legislación y estudios normativos en la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República, que encabeza el mandatario Andrés Manuel López Obrador, con quien también trabajó como asesora cuando fue jefe de gobierno y con quien hay una cercana relación.
En su momento, César Astudillo, investigador en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, afirmó: “Batres llegará a la SCJN con un déficit de legitimidad del que no se tiene precedente, porque a pesar de que todos los ministros han accedido a la toga bajo el sistema de cuotas que impera en el país, ninguno lo había hecho en un contexto como éste. De ahí que su independencia e imparcialidad se encuentran inicialmente comprometidas, y se irán desvelando en el ejercicio del encargo.
Es paradójico que en un contexto en donde el presidente ha fijado como uno de los principales temas de campaña una reforma judicial para que, en el futuro, cerca de 100 millones de mexicanos puedan concurrir a elegir a los ministros de la SCJN, hoy, con su voto unilateral, haya ocupado una posición clave para los equilibrios democráticos de nuestra nación”, criticó.
“Lenia Batres comete error”, “Lenia Batres recibe críticas…”, “Lenia Batres se vuelve a equivocar”, “Lenia Batres confunde…”; suelen ser los encabezados de las noticias que, un día sí y al otro también, dan cuenta de los múltiples errores y equivocaciones en que incurre la ‘ministra del presidente’ -como se le conoce también a quien desde que asumió el cargo de ministra, hasta el 9 de febrero, le habían sido turnados 175 asuntos, y de acuerdo con una solicitud de transparencia, únicamente había concluido 7 casos-.
De ahí que su desfachatez y desvergüenza al afirmar que, “Tenemos un Poder Judicial sumamente ineficaz”, suena a un chiste que se cuenta solo.
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