La pandemia ha modificado la realidad laboral en el mundo de manera exponencial, cada país ha experimentado distintos procesos que le afectan a la clase trabajadora y a los procesos productivos. En México no hemos recuperado el empleo perdido, hay un déficit enorme de trabajo, el empleo recuperado ha sido pauperizado en su ingreso, los puestos creados son de uno o dos salarios mínimos, esto tiene como catalizador el millón de trabajadores que año con año se incorporan al mundo del trabajo (jóvenes).
Pero este estado epocal también ha modificado, en crecimiento y uso, las actividades de la tecnología, lo que ha permitido que cientos de miles de personas utilicen los servicios de plataformas digitales para realizar una actividad, la cual se ha ido ampliando conforme la tecnología permite acceso a diversos servicios. Estamos hablando de las plataformas de movilidad como Uber y Didi, así como las de reparto de mercancías como Rappi y Uber Eats, pero además existen opciones para la actividad creativa y profesional, en donde el profesionista ofrece servicios de diseño (Fiverr), asesoría jurídica, enfermería, etc., mediante una plataforma que hace el contacto con el usuario que lo necesita, cobrando un porcentaje o cuota del servicio final que se presta.
El fenómeno ha tomado tal dimensión que abarca a millones de personas en todo el planeta prestando una actividad en estas plataformas, lo que ha impulsado una discusión fundamental respecto de si esta actividad es laboral, porque en caso afirmativo se debería aplicar la legislación nacional correspondiente, pero en caso de no considerarse laboral también hay dos vertientes para dejar a la libre negociación de las partes o establecer condiciones mínimas de prestación del servicio con intervención del Estado como regulador. Al respecto se ha escrito en el ámbito académico bastante, rescato dos documentos que nos permitirán acercarnos mejor al problema, el primero de la OIT publicado en 2021 que tiene como título “World employment and social outlook. The role of digital labour platforms in transforming the world of work”, el segundo es el realizado por el Colegio de México y el Consejo Económico y Social de la Ciudad de México, titulado “El trabajo del futuro con derechos laborales. Diagnóstico y estrategia de política pública para el reconocimiento de derechos laborales de trabajadores de plataformas digitales”, a los que me referiré en próximas entregas.
Se han aventurado dos iniciativas presentadas en la Cámara de Diputados, del grupo parlamentario de Morena y del PRI respectivamente, las cuales también vamos a analizar oportunamente, pero podemos anticipar el dislocamiento que tienen de la complejidad del problema, cuyo análisis implica una política pública transversal, que abarque a todos los involucrados, los análisis sobre las distintas disciplinas del tema: fiscal, laboral, de transporte, de movilidad, económica, social, etc., los datos duros cualitativos y cuantitativos, mientras que una de las iniciativas sólo se refiere a los repartidores y la otra encuentra en la subcontratación la solución. Mal, pues cuando se ignoran los procesos de construcción de una política pública, la evaluación del objeto, el proceso y el resultado, con legislaciones aisladas e improvisadas, la mayoría de las veces se puede agravar una situación o caer en el entusiasmo legislativo que sólo sirve para la foto.
Por último, hay varios dilemas que no encuentran una respuesta fácil e iremos analizando en estas entregas:
La pertinencia del momento: ¿Cuál es la prioridad con el problema del empleo en México, en el corto y mediano plazo, así como el papel que juega en el status quo el ingreso que se recibe por medio de las plataformas?
La regulación atinente: ¿Con incorporar la figura a la ley laboral se resuelve el problema? Veamos el caso de las trabajadoras del hogar, cuya legislación es letra muerta. La actividad de las plataformas tiene su propia realidad compleja.
La organización sindical y la libre asociación: ¿Es una prioridad para el tema? ¿Realmente se podrá organizar a un grupo tan disperso con legitimidad? La experiencia de sindicatos como el de taxistas de Cancún, en donde el líder termina cobrando al que presta el servicio con beneficios nulos.
La seguridad social: Los que utilizan transporte para prestar su actividad en plataformas están expuestos en su integridad, se tiene que atender con urgencia el tema. El aspecto más importante sin duda, por ello el IMSS ha lanzado un plan piloto de cotización, así como el estudio del COLMEX habla de un seguro universal.
La subordinación laboral: ¿Realmente se dan los elementos propios de una relación laboral: puesto, jornada, subordinación, salario?
Los derechos mínimos: ¿Debe existir un piso mínimo de obligaciones y derechos? ¿El Estado debe intervenir o es un tema entre particulares?