Al menos cinco órdenes ejecutivas de las que firmó Trump van dirigidas específicamente a México, por ello se ha abierto un importante debate sobre si la presidenta Claudia Sheinbaum tiene los tamaños para enfrentar a Donald Trump o simplemente se asumirá “dura”, pero al igual que su antecesor, terminará obedeciendo y cediendo ante las imposiciones del estadounidense.
Esto se refuerza si la versión de que un misil estadounidense destruyó un laboratorio de fentanilo en México.
Sheinbaum tendría que pasar del discurso a las acciones, para que su presidencia no termine “doblándose” ante Trump, quien prefiere tratar con dos tipos de líderes, los dictatoriales con el poder y control de sus naciones, o bien, con presidentes débiles para someterlos.
Las imposiciones de Trump
En otras palabras, para el mandatario, la 4T ha sido como un día de campo. Con AMLO, que poseía la legitimidad y el poder hizo lo que se le antojó, como detener la transición energética e imponer los criterios de las grandes petroleras texanas, sin importar quebrar a Pemex y CFE, abandonar el cuidado al medio ambiente y cambio climático, y en asuntos de migración, consiguió establecer la política de “Quédate en México”, con la que obligaba a los migrantes que solicitaban asilo a esperar en México hasta sus audiencias en un tribunal de inmigración de Estados Unidos.
En su primer periodo, López Obrador aceptó que se quedaran los migrantes que esperaron durante meses en las ciudades fronterizas. De igual manera, cuando su gobierno instituyó el Título 42, una política que permitía a los agentes fronterizos estadounidenses expulsar a los solicitantes de asilo, México aceptó recibirlos.
En aquella ocasión, Trump fue demoledor al revelar la forma en que “dobló” al gobierno de Andrés Manuel: “Vino a verme el máximo representante de México justo debajo del puesto más alto, justo debajo del jefe que resulta ser el presidente de México. Nunca he visto a nadie doblarse así. Entró a mi oficina y se ríe de mí cuando le digo: ‘Necesitamos 28 mil soldados en la frontera, gratis’. Él me miró y me dijo algo como ‘¿(Desplegar soldados) gratis?’ ‘¿Por qué haríamos eso en México?’ Le dije: ‘necesitamos algo llamado ‘Quédate en México. Después de eso me miró y me dijo: ‘¡Señor: sería un honor tener 28 mil soldados en la frontera! ¡Sería un honor tener ‘Quédate en el maldito México’! ¡Queremos tener ‘Quédate en México!’”
No podemos olvidar la falaz valentía de AMLO que en campaña publicó uno de sus panfletos que tituló “Oye Trump” donde aseguraba que se enfrentaría a él. Pura faramalla, la realidad fue que se sometió y, a pesar de que el estadounidense lo insultaba y lo sobajaba, sostenía que era su amigo y tenían muy buena relación.
Con Sheinbaum no cambia mucho
Ahora lo que tenemos es una presidencia débil, Claudia no tiene el control de su partido, Morena, ni el control de su gabinete ya que más de la mitad fue impuesto por AMLO; y en el Congreso, lo mismo, lo controlan legisladores que ven por lo suyo, en particular, defenderse de posibles persecuciones judiciales por sus presuntos nexos con el crimen organizado.
Mientras Trump que requiere dos cosas: poner orden en el tema migratorio y generar condiciones de seguridad reduciendo la influencia de los carteles de la droga en la política mexicana y en el trasiego de droga, laboratorios de fentanilo e introducción de esa droga a su nación, necesitadar golpes espectaculares como el que le propinó a Colombia.
En México lo conseguiría con la aprehensión de importantes políticos, desde el exmandatario López Obrador, sus hijos y varios de sus principales operadores como Adán Augusto López, Ricardo Monreal y exgobernadores como Cuitláhuac García incrustado hoy en la CENAGAS, Cuauhtémoc Blanco, como otros en funciones, Rubén Rocha, Alfonso Durazo y Américo Villarreal.
La presidenta con el secretario Omar García Harfuch, inició con una estrategia de seguridad que ha dado algunos buenos resultados, sin embargo, Morena, controlado por Andy López Beltrán y las Cámaras, controladas por los grupos afines a Monreal y Adán Augusto, hacen todo lo posible para que la estrategia fracase.
Además están los gobernadores y exgobernadores que no apoyan a Claudia y la consideran “traidora” por no defenderlos, como Rubén Rocha de Sinaloa, un delincuente confeso que enfrenta a diario manifestaciones ciudadanas en su contra; Américo Villarreal, de Tamaulipas, con vínculos con el crimen organizado y el huachicol; Alfonso Durazo de Sonora y exgobernadores con fuero en el Congreso, comoAdán Augusto, Monreal y Cuauhtémoc Blanco.
México está a la deriva, con una presidenta que, aunque tenga voluntad de hacer algo, no puede porque los hilos del poder no los maneja ella.
Mientras Trump, que no traga lumbre, no impondrá aranceles ni castigos comerciales contra México como lo hizo con Colombia, pero sí lo hará en materia de seguridad y muy probablemente más pronto de lo esperado.
X: @diaz_manuel