México ejemplar
Que una sociedad se rija y sea guiada por el fundamentalismo religioso representa una amenaza para aquellas otras que han logrado separar –como en el admirable caso mexicano– la política y la civilidad del poder de dios y su séquito sacerdotal. La era D. B. (después de la bisagra, lo mismo que “después de Cristo”) ha amenazado a la humanidad con sus tres monoteísmos derivados de la misma raíz: judaísmo, cristianismo e islamismo.
El cristianismo se ha incorporado como forma de vida regular y al parecer ya no es más una amenaza hoy. Pero desde el surgimiento de Estados Unidos de América hace un cuarto de milenio (4 de julio de 1776) y del Estado de Israel hace tres cuartos de siglo (14 de mayo de 1948), la raíz religiosa de ambos y su alianza política se han convertido en la amenaza no sólo para sus vecinos geográficos sino para el mundo. México lo sabe, también Palestina lo sabe. El mundo lo sabe.
Estados Unidos se guía por “God and the Bible”, el Destino Manifiesto y la Doctrina Monroe. Se conciben a sí, como el segundo pueblo elegido por dios después de los judíos. Estos se rigen por Yahvé, Moisés y la Torá. Ambos se sienten elegidos y con un destino glorioso dictado hace unos tres mil años. Ambos son violentos y racistas (el holocausto nazi lo ejercen ellos ahora).
Naturalmente, tras el discurso y la política guiada por la divinidad se enmascaran el poder económico y su interés por el dominio del mundo. La virulencia de Trump y Netanyahu ratifican más que nunca esos mandatos divinos y esos intereses.
|“Cantando para tus ojos”, Nour Darwish, soprano, Fadi Deeb, piano; canción de Amin Nasser con base en un poema del escritor y pintor palestino Jabra Ibrahim Jabra|:
Para muchos que en México hemos realmente luchado por décadas contra la violencia y la corrupción del PRI y el PAN, que hemos impulsado una izquierda electoral no corrupta, no parece simple extender esa lucha a otros países, uno espera que los ciudadanos sometidos a dictaduras, a autoritarismos la realicen por sí mismos y no encuentren como solución sólo el abandono, la migración.
Uno cree que el ejemplo mexicano, que ha iniciado apenas hace siete años después de siglos de sangre, puede contribuir a la lucha en otros países, que el admirable temple de la presidenta mexicana frente al imperio del norte es también ejemplar. Que desde la observación crítica se puede avanzar y consolidar un país verdaderamente democrático: no a las utopías del comunismo inexistente, no a los fascismos autoritarios y violentos.
¿No es suficiente contribución al mundo la consolidación de un país verdaderamente democrático en permanente vigilancia para no retroceder en lo ganado para la democracia, para los ciudadanos? Uno cree que es suficiente. Pero no. Es necesaria la solidaridad discursiva y cuando mucho diplomática, pues México no es un país poderoso como para enfrentar –y no lo quieren si no los radicales utópicos– a Estados Unidos. En el acto nos aplastaría.
México tiene que utilizar otras armas: la presidenta Sheinbaum es el ejemplo. A cada día, ante cada conflicto o mentira parece que va a reventar su control y paciencia: No, en cada conferencia matutina hace que la razón prevalezca.
Conozco muchos judíos, ningún palestino. He tenido algunas relaciones cercanas con algunos judíos. Y sin embargo, no puede uno más que expresar solidaridad ante el terror que su Estado, el israelí, impone a los palestinos; porque, cierto, los judíos que nacen en cualquier país, por la mediación religiosa reconocen a Israel como su patria. No queda sino condenar todo sionismo, su terror tanto como el terror islámico y el terror estadounidense contra los inmigrantes mexicanos en Los Ángeles. Sin embargo, nuestras limitaciones hacen que sea obligado actuar con diplomacia y serenidad. Y esto no es conservadurismo, es inteligencia.
Muchos de los que han luchado por lustros o décadas en México, tienen ahora posiciones y privilegios de gobierno: mal hacen cuando se envalentonan queriendo provocar al violento Estados Unidos. Su irresponsabilidad les hace olvidar que la dignidad, el orgullo pacifista es más potente que la provocación y la confrontación. De nuevo: la presidenta es el ejemplo.
|“Una carta a mamá”; sobre un poema de Kamal Nasser|:
Música de y para Palestina
Aunque no he dejado de participar en las conversaciones y en las redes sociales contra las expresiones brutales del sionismo, tenía el pendiente de publicar algo sobre música palestina. Su contraparte, la israelita, está impregnada por todo el mundo a través de sus músicos y su poder (NOTA: no es que los judíos sean geniales como muchos presumen: simplemente tienen acceso a un mundo de educación y privilegios de todo orden desde que nacen; en condiciones de igualdad, los niños no judíos “genios” sobrarían). Difundir un poco de esta música es contribuir con la causa, me dijo hace un par de días un estimado escritor e intenso activista en favor de Palestina que reflexiona, “este fin de semana será muy importante para Palestina”. Se refiere a las manifestaciones mundiales para el término del genocidio en Gaza; en tanto que Trump se organiza un desfile militar pro fascista en su cumpleaños (14 de junio) y recibe como regalo una protesta “No Kings Day” por todo el país; Netanyahu a su vez, justifica su ataque a Irán en Moisés.
No he encontrado mucha música clásica de compositores palestinos. Ahora mismo quién sabe en qué condición estén bajo el asedio asesino. Ópera palestina parece que no existe. Algunos autores han impulsado y desarrollado la música europea en su música local. Ahora presento a Amin Nasser, compositor que estudió en Alemania y Austria bajo el gusto y el rigor de los músicos de esos países, y que ha tratado de fusionar musicalmente a occidente y oriente, como se puede escuchar en sus obras.
|He escrito que me agradan los valses irregulares como los de Ravel o Sibelius, o la obertura a la opereta El murciélago, de Strauss; pues he encontrado otro, el de Nasser, “Vals oriental”:
Siete piezas correspondientes a un concierto del 6 de mayo de 2018 aparecen en un canal de youtube, que algo dice del compositor que no aparece en Wikipedia ni en otras fuentes biográficas:
“Amin Nasser es un compositor y músico palestino que ha sido un impulsor del avance de la música clásica en Palestina. Sus composiciones incluyen himnos nacionales y canciones artísticas que honran a su país y a su gente. Se inspira en las obras de poetas y artistas, creando composiciones que resaltan y honran su arte y su lucha por crear una patria para su pueblo. En el año 2000, fue nombrado primer director del Conservatorio Nacional de Música Edward Said, a cuya fundación contribuyó”.
El pianista del concierto es Fadi Deeb, palestino. A la cantante Nour Darwish la identifican algunas fuentes como israelí, mas en sus cuentas formales en Facebook e Instagram se anuncia como “soprano palestina”.
¿Final feliz o infeliz?
El prolífico filósofo hedonista y ateo francés Michel Onfray ha planteado que habrá una era post cristiana y post monoteísta, que se vivirá en todo caso en una suerte de epicureísmo en que la felicidad existencial será la prioridad del individuo y de la sociedad. Me parece francamente sobrado de optimismo. Las actuales generaciones no lo verán. ¿En 500, 1000 años? Tal vez, si los adictos a las armas y las guerras en nombre de sus dioses (incluido el dinero) no acaban con lo que hoy se conoce como civilización, que es muy poco civilizada.
|Una interpretación final de Nour Darwish, “El significado de la existencia”; aquí Nasser también escribió la letra: “En unos pocos minutos, la melodía y las palabras viajan a través del amplio territorio que compone nuestras vidas: del triunfo a la oscuridad; de la alegre felicidad a la soledad; de la incertidumbre a la hermosa resolución”, escribe el compositor, una pieza con dramatismo|:
