Hoy desperté (a Dios gracias) y encendí la televisión para ver la mañanera de Claudia Sheinbaum. No había tenido oportunidad de verla en esta semana, quería ver de qué se trataba y cómo sería el actuar de la presidenta en ese espacio que el expresidente López Obrador se apropió. Lo hizo suyo y jamás será igualado ni imitado, lo tenemos que reconocer.
Sinceramente hoy sentí paz y no siento ese enojo que lograba provocar en mi Andrés Manuel ante su cotidiano discurso de odio, de división, de polarización.
¡Qué paz!
Qué paz no escuchar gritos, ver manoteos, golpes al atril, rabia y furia. Qué paz ver a una mujer que se está haciendo cargo de este país sin mencionar que la culpa de todo la sigue teniendo Felipe Calderón.
Qué paz no escuchar las palabras “conservadores, fachos, neoliberales, opositores, adversarios”. Qué bueno fue ver una mujer hablando de las mujeres.
Claudia Sheinbaum con un genuino compañerismo con todas las mujeres ahí presentes, le llamó “Citla” a Citlalli Hernández, secretaria de la Mujer.
Citlalli expuso su presentación nada más leyendo diapositivas, cuál alumna universitaria. Claudia se colocó detrás de ella, pero no fue invasiva como lo era el expresidente con los que tomaban tribuna para hablar. Estuvo detras de las mujeres que hablaron y hablaron de una forma correcta y jamás las invadió ni las interrumpió.
Le hicieron preguntas que podrían ser incómodas: la más importante fue cuestionarle acerca de lo que opinaba con respecto el actuar de la Sedena al matar a varios inmigrantes en Chiapas y contestó de manera correcta. No se enojó, no atacó al medio que la cuestionó.
Dijo que era un hecho lamentable y que habrían consecuencias.
No le dio la palabra a muchos periodistas, hasta donde alcance a ver la mañanera, es decir que creo que López le daba más micrófonos a los periodistas que, claro, elegía él o Jesús.
Hoy Claudia también señaló a quien podía preguntarle así, con su dedo índice. En ese sentido debería de haber alguna otra manera de escoger al periodista que participe en las mañaneras, como un tómbola o por sorteo. Creo que sería lo más justo. Pero yo y mis sueños e ilusiones irreales... Pero si dejo de soñar, me muero.
No sé si la presidenta vaya a cambiar la realidad de este país. Pero cambió el ritmo de las mañaneras y realmente se apropió de ellas.
Yo veía muy difícil que Claudia pudiera tener sus propias mañaneras porque existiría la sombra de López Obrador.
Pero agradecí en el alma arrancar el día sin discursos de odio ni rabietas.
Y yo diría que los amigos más cercanos del expresidente ojalá le estén brindando contención y apoyo emocional porque debe de estar siendo muy difícil para él estar sin sus mañaneras, y debe de estar haciendo unos corajes marca ACME porque le encantaría pelear en el momento que Claudia, con toda calma y como toda una dama, responde a los cuestionamientos de los reporteros.
El camino aún es largo, se esperan más lluvias para Acapulco y Huatulco. Veremos cómo enfrenta las crisis la Presidenta.
Espero también ella cuente con un equipo que la contenga y le dé soporte emocional, porque gobernar no es cosa fácil.
Me siento en paz y no por ello me mantendré en silencio ante las injusticias y la violencia.
Pero después de 6 años de manoteos y gritos, uno agradece un poco de mesura, cordura y civilidad.
Me encantaría ver a Claudia Sheinbaum dialogando con alguna persona de la oposición.
Por supuesto hoy se sintió cómoda porque todos sus invitados son del “team” Morena. El reto estará en que pueda convivir y compartir un mismo espacio con gente que no votó por ella.
Como ya lo sabemos, claramente Claudia Sheinbaum eligió (entre ella y López Obrador) a quienes serían sus más cercanos Gente de López Obrador, de Morena y gente que quiere a la presidenta y la presidenta también quiere.
En ese contexto pues claro que todo es paz.
Pero es necesario que no le hable a los morenistas, así parece que lo hace, sino a todos lo mexicanos que no votamos por ella pero no por ello no es nuestra presidenta. Lo es... Para mí, sí.
Es cuanto.