“¿Quién ha empleado tan bien su vida, que no haya perdido la mitad de ella en sueños, en ansias febriles, en discutir con los necios, en tormentos amorosos, en perder el tiempo?”

August Graf Von Platen

“Entre más de chiste es un gobierno —que lo es— más seria debe ser la prensa”.

Digo yo

Ante la cantidad ingente de fake news que nos llega constantemente, comenzando por las 55,000 afirmaciones falsas o no verdaderas que nos ha recetado López Obrador en sus mañaneras, se requiere —hoy más que nunca— que la oposición y el periodismo sean absolutamente certeros.

Quien utiliza medias verdades o rumores sin confirmar es y debe seguir siendo solo y exclusivamente el presidente; algo que lo caracterice y a lo que se le asocie. Se lo ha ganado a pulso.

Eso de andar usando mentiras como certezas podrá ganar la nota o asestar un golpe al régimen momentáneamente, incluso impulsar por un tiempo a una oposición casi muerta, pero a la larga caer en exageraciones, parcialidades o invenciones no ayuda en nada a los medios o a quienes se piensan oposición.

No se deben comer ansias, sobre todo habiendo tantísimo de lo que sí se tiene evidencia y por lo que se puede cuestionar y criticar al gobierno en turno. Temas y acciones ilegales, erróneas, insostenibles llevadas a cabo por la 4T sobran.

Todo lo anterior viene a colación por la reciente contribución de Peniley Ramírez en Reforma donde concluye que la UIF de Santiago Nieto investiga actualmente al consejero del INE, Ciro Murayama. (Renglón aparte merece la reacción del consejero electoral: adusta, seria e invitando a ir al fondo de las cosas.)

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La Unidad de Inteligencia Financiera reaccionó diciendo que lo afirmado por la reportera es falso. El reportaje, plasmado en un artículo de opinión —sí de opinión, al igual que este que escribo— hizo que Santiago Nieto contestara en su cuenta de Twitter: “Es falso que haya instruido una investigación vs @CiroMurayamaINE o @liladowns. Hubo un requerimiento como parte del modelo de riesgo PEPs que se aplica a todas las autoridades que ha sido cancelado. El modelo detectó irregularidades en un director ejecutivo. Se entregará al OIC.”

Cierto, no dijo que la UIF no tendría por qué investigar la compraventa de casas de hace seis años; olvida que esa no es atribución de la Unidad. Pero logró desacreditar a Peniley por haber arribado a una conclusión no comprobada. Así, terminó por resultarle más sencillo a Nieto criticarla que probar que la información de la periodista estaba equivocada.

Me temo que la prensa está cayendo en concluir algo cuya investigación aún no arroja nada definitivo. Si hay una afrenta del ejecutivo federal contra el INE y dos de sus consejeros, esta debe analizarse y cuestionarse, mas no exagerar persecuciones pasadas (o presentes) a comisionados con ese objeto. Los críticos y la oposición no pueden —podemos— darnos el lujo de cometer errores. Hay que irse con calma, sin ansias. Existe mucho que cuestionar, suficiente para no tener que inventar o exagerar nada.

De no confirmar la información o al menos no señalar que esta debe ser corroborada, lo que sucede es que en lugar de cuestionar o marcar las fallas y errores del gobierno en turno, los que inquieren se convierten en la ayudantía del presidente y logran fortalecer aún más a un gobernante ya de por sí fuerte.

Peniley no es la única. El ex presidente Felipe Calderón también retomó una nota del rotativo Excélsior para comentar que dos vacunas anti covid que se administran en México no han sido autorizadas por la OMS. El error que hace el ex mandatario y todos los que afirman lo anterior es que dicha institución, la Organización Mundial de la Salud, solo está facultada para “reconocer”, no para “autorizar” las vacunas. Ello es independiente, naturalmente, de que la autoridad (el doctor Hugo López-Gatell) estaba obligada a aclarar en su momento lo que la prensa pregunta (entre otras personas, la periodista Peniley Ramírez) sobre el proceso de compra y efectividad de la vacuna Cansino. A la fecha no lo ha hecho, y me parece que nunca lo hará.

Se esperaría que las autoridades pertinentes se pronunciaran, presentaran sus acciones y demostraran lo dicho (u omitido) por ellos mismos. Sí, ya sabemos: el gobierno nunca presentará la información requerida, basta recordar que a la semana de la extinción de los fideicomisos Presidencia dijo presentaría pruebas de la corrupción al interior de estos, cosa que a la fecha no ha ocurrido. Pero ello no exime a los críticos de ser absolutamente confiables. Lo contrario significa “acompañar” la inútil próxima sección ‘Quién es quién de las noticias falsas’ una vez por semana en las mañaneras del primer mandatario.

La autoridad debe informar y rendir cuentas, sí, pues ante las dudas, las redes sociales llenan los espacios. La prensa debe hacer las preguntas correctas, mostrar evidencias ciertas y sustentar lo publicado.

Se requiere una prensa crítica, que se maneje ‘con pies de plomo’. Una que sepa autocontenerse y ser prudente (a menos que tenga ‘todos los pelos de la burra en la mano’, claro está), pues todo lo que diga será usado en su contra.

Ante los tiempos llenos de riesgos y demagogia se requieren publicaciones donde la información compartida sea doblemente verificada. La prensa no debe comer ansias. Es posible y, hoy más que nunca, es necesario.